Plazo fijo UVA: por qué están en caída libre pese a la aceleración de la inflación

Los depósitos que ajustan por inflación, uno de los instrumentos de mayor crecimiento durante parte de 2021 y 2022, acumulan seis meses seguidos de retrocesos

Stacks of 100 Argentine peso notes are displayed for a photograph in Buenos Aires, Argentina, on Monday, Dec. 13, 2010. Argentina is printing pesos at the fastest pace in at least four months, fueling inflation that economists estimate is climbing to about 30 percent. Photographer: Diego Giudice/Bloomberg
09 de febrero, 2023 | 05:35 AM

Buenos Aires — Los plazos fijos UVA no repuntan. Pese a que dentro del mercado se descuenta que la inflación permanecerá en niveles récord durante este 2023, los depósitos que ajustan por la variación de precios siguen en franco retroceso: acumulan seis meses seguidas a la baja y el stock de estas colocaciones por parte del sector privado está en su nivel nominal más bajo en más de ocho meses.

Al 2 de febrero de este 2023, último dato oficial disponible, el sector privado tenía $321.429 millones colocados en plazos fijos UVA. Se trata del nivel nominal más bajo desde el 2 de junio del año pasado, con el agravante de que en el medio la inflación acumulada fue superior al 50% (entre junio y diciembre fue del 50,6% pero aun resta computar el dato de enero, que se conocerá la semana próxima).

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Auge y caída de los plazos fijos UVA

El apetito de los ahorristas por los plazos fijos UVA comenzó a crecer con fuerza hacia diciembre de 2020, apenas unos meses después de que las tasas mínimas garantizadas para los depósitos tradicionales comenzaran a perder contra la inflación.

Tras un primer semestre de 2021 trepando a un ritmo mensual promedio superior al 20% -con un pico de casi 28% mensual en febrero-, la avidez por colocar depósitos que ajusten por inflación pero cuya duración es de 90 días se fue diluyendo a medida que se acercaban las elecciones de medio término.

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Superados los comicios, y tras cuatro meses seguidos de retrocesos en términos reales, el stock de depósitos UVA volvió a repuntar hacia el cierre de 2021. Durante los primeros siete meses del año pasado, las colocaciones de privados en estos instrumentos volvió a repuntar, promediando incrementos mensuales de casi un 14% y alcanzando un stock récord de $405.000 millones hacia el cierre de julio.

Pero esa tendencia alcista se revirtió desde la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía, a pesar de que la inflación acumulada desde entonces sería superior al 40% (en caso de que la inflación de enero marque 5,5% o más). El motivo de esa retroceso puede encontrarse en la decisión que tomó el tigrense de intentar llevar las tasas de los plazos fijos tradicionales a terreno positivo, algo que recién logró hacia fines de 2022.

Desde su máximo, el stock de plazos fijos acumula una caída nominal superior a los $84.000 millones (un 20,8%). En ese período -es decir, desde fines de julio de 2022- pasaron de representar un 7,2% del total de depósitos del sector privado a 3,8% en la actualidad.

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Baja representatividad

Lo cierto es que los plazos fijos UVA, más allá de crecer a tasas de dos dígitos durante buena parte de 2021 y de 2022, nunca superaron aquella barrera de fines de julio pasado del 7,2% del total de depósitos.

Hacia el inicio de la gestión del Frente de Todos, explicaban menos de 1,7% de los depósitos. Pero, al calor de la inflación y tasas reales negativas durante casi dos años ininterrumpidos, fueron ganando terreno hasta alcanzar un techo hace algo más de seis meses, antes de volver a caer a niveles debajo del 4%.

Evolución de los plazos fijos UVAdfd
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Por qué no se toman más plazos fijos atados a la inflación

Massa tomó formalmente las riendas de la economía argentina el 3 de agosto. Por entonces, la Argentina atravesaba un período de fuerte turbulencia cambiaria, en el que la brecha cambiaria superaba el 150% y con reservas netas del Banco Central (BCRA) en mínimos.

Pero para apaciguar ese escenario de estrés cambiario, el ex presidente de la Cámara de Diputados envió una serie de señales al mercado entre las que se incluyó el compromiso por llevar la tasa de política monetaria a terreno positivo en términos reales.

Así, la tasa mínima garantizada que deben pagar los bancos por los plazos fijos tradicionales ‒cuyo nivel está atado a la tasa de política monetaria‒ pasó de 53% a 61% de TNA a fines de julio, para luego volver a incrementarse a 69,5% a principio de agosto y a 75% en septiembre.

Estas subas de tasas le permiten a los ahorristas acortar duration, bajar de los 90 días de plazo fijo UVA a 30 días del tradicional con una tasa ya más cercana a la inflación.

Otro de los motivos que explica por qué no hay más colocaciones en estos instrumentos en un contexto en el que la inflación interanual viaja a un ritmo que ronda el 100% puede encontrarse en el hecho de que, a diferencia de lo que ocurre con los inversores minoristas, los bancos no están obligados a ofrecer estas colocaciones para los inversores institucionales.

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