Bloomberg — Los adultos jóvenes sanos infectados deliberadamente con el coronavirus no notaron ningún efecto cognitivo, pero sus resultados en las pruebas mostraron lo contrario.
Un singular estudio del Reino Unido que examina las repercusiones de este virus ha descubierto una pequeña pero persistente reducción de la memoria y la capacidad de ejecución entre las personas infectadas de forma experimental.
Este hallazgo, que se publicó en la revista eClinicalMedicine, se suma a las evidencias de que el Covid-19 podría haber causado cambios cognitivos mensurables en la población en general.
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“Futuras investigaciones tendrán que examinar los mecanismos biológicos que intervienen en esta correlación, establecer en qué se distinguen de los observados en el caso de otras infecciones respiratorias y explorar si con intervenciones específicas se podrían normalizar dichos procesos ejecutores y de memoria”, han escrito Adam Hampshire y Gregory Scott, del Departamento de Ciencias Cerebrales del Imperial College de Londres, y sus homólogos.
El efecto medio en todas las tareas cognitivas en los puntos temporales de seguimiento fue de -0,42 desviaciones estándar, un valor comparado con el observado por los científicos en una investigación anterior de “ciencia ciudadana” en la que intervinieron más de 81.000 sujetos durante la primera oleada de la pandemia en el Gran Bretaña en el año 2020.
El hecho de que se redujera la precisión de la memoria es de interés, según los autores, ya que este proceso se ha asociado estrechamente con la función cerebral en el lóbulo temporal medial del órgano, donde se observaron signos de encogimiento acelerado tras una enfermedad Covid-19 mayoritariamente leve en un estudio publicado en la revista Nature en 2022.
Pequeñas reducciones
Para la última investigación, treitna y cuatro voluntarios de entre 18 y 30 años completaron 11 tareas informatizadas durante dos días consecutivos antes de que se les inoculara por vía nasal la cepa original, o de tipo salvaje, del SARS-CoV-2 a inicios de 2021.
"Este fue el primer estudio, y probablemente será el único, de Desafío Humano en el que voluntarios no vacunados y sin virus fueron inoculados con SARS-CoV-2 de tipo salvaje", dijeron los autores.
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Aproximadamente la mitad del grupo desarrolló una infección leve por Covid-19; los demás permanecieron no infectados.
Ninguno de los participantes informó de déficit cognitivo alguno tras su exposición inicial al coronavirus. Sin embargo, otras seis rondas de pruebas descubrieron que el grupo infectado presentaba reducciones pequeñas pero mensurables en las puntuaciones cognitivas en comparación con los que no estaban infectados. Las diferencias seguían siendo evidentes un año después de su inoculación.
Los participantes en el estudio eran en su mayoría varones blancos, lo que podría limitar la generalización de los hallazgos a otros grupos. Los investigadores también advirtieron del peligro de generalizar los resultados a variantes más recientes, que se han relacionado con déficits cognitivos menores.
La vacunación contra el Covid-19 también se asocia a un menor riesgo de problemas cognitivos persistentes tras la infección.
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