Los ministros de finanzas del mundo están aturdidos y confundidos

Los ministros de finanzas del mundo están aturdidos y confundidos.
Por Consejo Editorial de Bloomberg Opinión
26 de abril, 2025 | 12:13 PM

Los funcionarios financieros rara vez se han mostrado tan desconcertados.

En las reuniones del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional celebradas esta semana, los ministros de Economía y los gobernadores de los bancos centrales expresaron su alarma por el rápido deterioro de las perspectivas de crecimiento mundial, no debido a una calamidad imprevista, como en el caso de Covid-19, sino a la errática política económica de Estados Unidos.

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Con la Casa Blanca todavía proponiendo un arancel “de base” del 10% a todos los socios comerciales de EE.UU., y un arancel de quién sabe cuán alto a las importaciones chinas, los economistas del FMI dicen que “las incertidumbres han subido a nuevos máximos”.

Las perspectivas son tan poco claras que han abandonado la práctica habitual y han ofrecido una “previsión de referencia”, en vez de una auténtica previsión, indicando, en efecto, que sus propias previsiones probablemente estarían equivocadas cuando alguien las lea.

Política comercial

Como era previsible, el crecimiento en este escenario, que contempla los aranceles propuestos hasta el 4 de abril, se estima que será más lento que el del año pasado, tanto en EE.UU. como en el resto del mundo, en parte por el incremento de las barreras comerciales y también porque la incertidumbre política es, en sí misma, un importante lastre potencial.

No obstante, lo que realmente importa no es un escenario central irrelevante, sino la diferencia, a partir de ahora, entre el mejor resultado posible y el peor.

Los reveses de la economía provocados por las políticas tienden a implicar no errores aislados, sino conjuntos de errores mutuamente reforzados.

Los expertos del FMI ponderan la amenaza de un empeoramiento de la guerra comercial, una incertidumbre aún mayor, los consiguientes descensos de los precios de los activos, el aumento de los costes de los préstamos, las fragilidades financieras, la reducción del margen de maniobra fiscal y el aumento de las divergencias regionales.

La combinación de estos riesgos causaría con toda seguridad una fuerte ralentización del crecimiento. Sin embargo, podría estar en juego algo más que la pérdida de uno o tres puntos porcentuales de expansión. Una sucesión de perturbaciones de esta índole, cada una de las cuales amplificaría a las demás, podría ocasionar un colapso financiero y, en el peor de los casos, una depresión global.

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Una mejor alternativa empieza por evitar una guerra comercial.

La Casa Blanca ha suavizado su discurso en respuesta a la caída de los precios de las acciones y (aún más inquietante) al aumento de los rendimientos de los bonos estadounidenses.

El presidente ahora afirma que espera llegar a un acuerdo con Pekín y reducir los aranceles estadounidenses actualmente punitivos. A medida que avanzan las negociaciones con China y otros socios comerciales de EE.UU., es esencial el deseo de una colaboración ordenada. Esto, por sí solo, contribuiría significativamente a mejorar las perspectivas económicas.

Con suerte, estas conversaciones podrían lograr algo más que simplemente restablecer esas previsiones de crecimiento previas, que eran poco alentadoras.

Junto con políticas internas más inteligentes (incluida la restricción presupuestaria en EE.UU. y la desregulación y una mayor inversión pública en Europa), una cooperación comercial renovada y revitalizada reduciría los desequilibrios regionales y pondría al alcance un crecimiento persistentemente más rápido.

Tengan en cuenta que la preocupación de la administración por las barreras no arancelarias y el “comercio injusto” no es en absoluto injustificada. El aumento de los aranceles ciertamente no es la solución, pero es sumamente deseable que se entablen conversaciones concisas sobre estos impedimentos.

Si las reuniones de esta semana indican un renovado espíritu de cooperación internacional, esto podría contribuir en gran medida a disipar la incertidumbre.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial de Bloomberg LP y sus propietarios.

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