La Fed se enfrenta a una importante decisión tras el próximo recorte de tasas

Jerome Powell
Por Mohamed El-Erian
17 de diciembre, 2024 | 05:59 AM

Los mercados y los economistas coinciden en que la Fed recortará las tasas de interés en su reunión de este miércoles. También hay consenso en que esto irá acompañado de una orientación a futuro que sugerirá menos recortes para el 2025 que los señalados previamente, una tasa terminal más elevada y una pausa en enero.

Aparte de esto, mucho dependerá de la evolución del pensamiento de la Reserva Federal sobre una tasa de inflación que se está mostrando persistente por encima de su objetivo del 2%.

Esta semana, los mercados prevén una probabilidad superior al 90% de un recorte de 0,25 puntos porcentuales de la tasa de los fondos federales.

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Pese a la dispersión de las predicciones, es previsible que las autoridades fijen las tasas en niveles más altos, junto con una elevación de la tasa terminal más próxima a lo que espera el mercado.

Finalmente, aunque el presidente Jerome Powell no descartará por completo sus opciones para el mes de enero, se cree que señalará en su conferencia de prensa que el banco central se mantendrá al margen cuando el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) se reúna el mes que viene.

Lo que ocurra después de enero es un interesante tema de discusión.

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Muchos consideran que el “salto” irá acompañado de una reanudación de la relajación, con recortes trimestrales a lo largo del próximo año. Otros piensan que se trata más bien de una «pausa», y asignan mayor incertidumbre a los recortes de tasas que se produzcan a partir de ese momento.

Son muy pocos, al menos por ahora, los que opinan que la reducción de este miércoles podría marcar el final del presente ciclo de recortes.

Las distintas valoraciones sobre la inflación, la economía y las intenciones políticas de la administración entrante explicarían este abanico de opiniones. Además, el hecho de que la senda de relajación de la Fed en 2024 haya acabado divergiendo en unos 75 puntos básicos del consenso en los mercados de hace un año también está influyendo.

Los datos de inflación de la semana pasada confirmaron que el camino de regreso al objetivo del 2% de la Fed es ahora más vacilante, algo que algunos de nosotros hemos notado desde hace tiempo. Los precios al consumidor, excluyendo los costos volátiles de los alimentos y la energía, aumentaron un 0,3% por cuarto mes consecutivo, según el informe publicado el miércoles pasado.

El informe del índice de precios al productor que siguió al día siguiente fue algo más positivo de lo esperado. Los componentes de ambos no se traducen cómodamente en un rápido 2% para el indicador de inflación favorito de la Fed.

También es notable que los datos coincidan con sorpresas positivas derivadas de una serie de informes sobre la actividad económica y las intenciones de inversión.

Mientras tanto, aunque pocos se apresuran a estimar con seguridad los efectos precisos de las políticas del presidente electo Donald Trump, la mayoría cree que una combinación de aranceles más altos, restricciones a la migración y la repatriación y presión fiscal podría resultar inflacionaria antes de que una desregulación y liberalización significativas produzcan beneficios del lado de la oferta. Después de todo, también tenemos indicios de que las condiciones de liquidez son bastante laxas.

En un mundo así, la Fed pronto se verá obligada a afrontar una importante decisión política, que tendrá consecuencias para el continuo excepcionalismo económico estadounidense y la salud del mercado de valores.

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¿Debería reafirmar implícita y explícitamente su meta de inflación del 2% y redoblar los esfuerzos para que la economía alcance ese objetivo?

Powell dijo el mes pasado que “no adivinamos, no especulamos y no asumimos” cuando se trata de las políticas de la administración entrante. Mantener la meta actual implicaría de todos modos que la Fed aplicara un “recorte bastante agresivo” este miércoles.

A puertas cerradas, la idea de futuros recortes comenzaría a cambiar de “podemos seguir recortando las tasas, ya que es simplemente una cuestión de tiempo hasta que la inflación llegue a nuestra meta” a “necesitamos mantener la restricción de la política monetaria durante bastante más tiempo del que anticipamos”. De hecho, en un escenario así, un giro de 180° que incluya un aumento de las tasas no está del todo descartado.

De lo contrario, ¿debería reconocer implícitamente que, con todos los cambios estructurales en curso, tanto a nivel nacional como internacional, la tasa de inflación de equilibrio de la economía ha aumentado?

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Dicho de otro modo, la economía puede funcionar a una tasa de inflación cercana al 3% sin desanclar las expectativas y, por lo tanto, sin perjudicar las perspectivas de crecimiento. Si eso es cierto, cuanto más intente la Fed obligar a la economía a un mundo con una inflación estricta del 2%, mayores serán las amenazas al excepcionalismo económico estadounidense, al mercado de valores y a la estabilidad financiera.

Para ser claros, este segundo escenario no es uno en el que la Fed abandone públicamente su meta de inflación para un nuevo rango de 2,5%-3%. Esto no sucederá, dado el grado en que no la ha alcanzado en los últimos tres años.

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En cambio, en sus comentarios públicos, la Fed simplemente seguiría postergando la fecha para alcanzar la meta actual. A puertas cerradas, la política se ejecutaría con un objetivo de facto más alto por ahora. La duración de esto dependerá en parte del progreso que logre la administración en sus políticas de mejora de la productividad y del lado de la oferta, los enfoques de fijación de precios de las empresas y la evolución de la economía global.

Para sortear con éxito lo que creo que puede ser un punto de decisión inevitable, la Reserva Federal tendrá que cambiar su forma de formular políticas. Tendrá que pasar de lo que actualmente es una dependencia excesiva de los datos históricos a incorporar un enfoque más estratégico y prospectivo.

El resultado de su elección tendrá importantes consecuencias para el crecimiento, así como para las valoraciones de los mercados y la volatilidad, en Estados Unidos y en muchos otros lugares.

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Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial de Bloomberg LP y sus propietarios.

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