El nuevo anuncio de Burger King para madres merece elogios, no indignación

Bebé de brazos
Por Beth Kowitt
13 de octubre, 2024 | 01:06 PM

En cada parto, pedía a mis padres que se presentasen en el hospital no con un peluche o un bonito traje de bebé para su nuevo nieto, sino con un bagel (panecillo) y salmón para mí.

Pregunte a cualquier nueva mamá, y seguro que tiene su propia versión de un bagel con salmón: un alimento del que está prohibido ingerir durante el embarazo, que ansiaba, pero del que se privó para no poner en peligro la salud del feto, por mínimo que fuese el riesgo (el salmón es históricamente tabú por la listeria).

Después de pasar por el dolor y el agotamiento mental, físico y emocional del alumbramiento, esa primera comida de lo que sea que te hayas privado a lo largo de meses será una de las mejores de tu vida.

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Por este motivo, los últimos anuncios de Grubhub y Burger King en el Reino Unido, que muestran a mujeres saboreando sus primeras comidas posparto, me resultan tan impactantes.

La publicidad que muestra a las madres primerizas suele estar totalmente saneada, con tantos padres sonrientes y bebés perfectamente dormidos, y genera expectativas irreales y a veces nocivas sobre lo que debería ser la paternidad.

En cambio, estos nuevos anuncios llaman la atención sobre el aspecto más complicado del parto, y reconocen no solamente el precioso tesoro que se ha ganado, sino también todo lo que se ha sacrificado para lograrlo.

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No obstante, en 2024, todos los temas relacionados con el cuerpo de una mujer son motivos de división.

En el caso de Burger King, hubo quienes consideraron el anuncio tan provocativo que firmaron una petición en Change.org para que prohibieran la campaña por presuntamente sacar provecho de lo que se supone que es un momento sagrado y privado.

Este argumento podría ser válido si el barco de la explotación del nacimiento de un bebé no ocurriera hace tiempo. Y lo que verdaderamente parece haber ofendido a la mayor parte es la venta de alimentos muy procesados a las madres primerizas.

Esta es solo una nueva versión de una vieja historia: todos tienen una opinión no solicitada sobre lo que las mujeres embarazadas y en posparto deberían ingerir, y aún más fervientemente, sobre lo que no deberían ingerir.

El mensaje subyacente es que no se puede confiar en que las mujeres tomen las decisiones correctas sobre su propia salud o la salud de sus bebés. Así que diré simplemente lo que debería ser obvio: después de hacer crecer y dar a luz a un pequeño ser humano, las mujeres deberían poder comer lo que quieran, sin que las juzguen.

Este escrutinio constante de las decisiones de las mujeres se produce al mismo tiempo que estamos viendo una alarmante falta de atención a los peligros del embarazo y el período posparto.

Por ejemplo, en un desgarrador documento de Bloomberg News de la semana pasada, Claire Suddath examina el estado de la salud materna en Arkansas, donde la tasa de mortalidad materna promedia 43,5 muertes por cada 100.000 nacidos vivos, la peor de Estados Unidos. Detalla cómo las cifras son aún más altas en la parte suroeste del estado, lo que lo convierte en un lugar más peligroso para dar a luz que México o Bután.

Arkansas, donde el 95% de las muertes relacionadas con el embarazo se consideran evitables, es el único estado de Estados Unidos que no se ha ampliado la cobertura de Medicaid posparto para las nuevas madres de ocho semanas a un año. Debido a un tecnicismo burocrático, a los electores ahora se les negará la oportunidad de votar en noviembre sobre si el estado debe mantener su actual ley del aborto, una de las más estrictas del país.

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Si a la maquinaria de la indignación moral le importara realmente la salud materna, utilizaría su energía para ayudar a las mujeres a dar a luz sin problemas en lugar de analizar sus elecciones alimentarias. De cualquier modo, deberían dejar que las exhaustas madres primerizas coman sus hamburguesas (o sus bagels con salmón ahumado) en paz.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial de Bloomberg LP y sus propietarios.

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