El buen comienzo de Milei ha demostrado que los escépticos estaban equivocados

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Milei
Por Bloomberg Editors
09 de enero, 2025 | 06:51 AM

En su primer año como presidente argentino, Javier Milei ha sorprendido a sus críticos. Para la mayoría, sus promesas de reformas radicales eran absurdas o inviables. Su gusto por blandir una motosierra no ayudó. No obstante, 12 meses después, sus escépticos, entre ellos algunos iluminados, están teniendo que recapacitar.

La economía de Argentina continúa adoleciendo de numerosos problemas, sin embargo, es innegable que sus primeras reformas han sido atrevidas y asombrosamente exitosas.

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Prometió luchar contra la burocracia, recortar drásticamente el gasto público y acabar con el exceso de regulación, y lo ha logrado. En vez de derrumbarse, la economía parece más sólida.

Si bien el programa de Milei agudizó en un inicio la recesión, la producción se ha recuperado desde entonces hasta alcanzar el nivel anterior a diciembre de 2023. Ahora, la mayoría de los analistas esperan un crecimiento moderado este año.

La inflación ha descendido de más del 20% mensual a menos del 3%, todavía elevada, pero un avance considerable. Ha eliminado ministerios, ha reducido drásticamente el gasto público y ha conseguido que el saldo presupuestario gubernamental pase del déficit (excluidos los pagos de intereses) al superávit. Los inversionistas están muy impresionados: la prima que exigen por la deuda pública de Argentina ha caído radicalmente.

El mayor revés fue un incremento inicial de la tasa de pobreza de aproximadamente el 40% a más del 50%, aunque, según la última estimación del gobierno, la tasa ha retrocedido a su nivel anterior.

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Milei goza aún de apoyo popular. Le ha ayudado el haber advertido a sus votantes de que las cosas iban a empeorar antes de que mejorasen, y si continúa el crecimiento, las cifras de pobreza deberían seguir mejorando.

No obstante, sus reformas, como él mismo afirma, están muy lejos de haberse completado. De momento, puede seguir desregulando gracias a una ley que amplía su autoridad legislativa durante un año. En cuanto caduque, deberá lidiar con el Congreso Nacional de Argentina, donde su partido es minoritario.

El mayor desafío de Milei será gestionar la transición que pretende realizar Argentina hacia una economía (en su mayor parte) dolarizada.

Durante su campaña, prometió cerrar el banco central y adoptar el dólar de golpe. Una vez en el cargo, adoptó una estrategia más factible, aunque no menos radical, de “dolarización endógena“, es decir, ayudar a los argentinos a abandonar gradualmente el peso y utilizar dólares para las transacciones cotidianas.

Hasta ahora, un aumento de los depósitos bancarios denominados en dólares, con la ayuda de una amnistía fiscal, ha permitido que esto ocurra sin provocar un desplome del valor del peso (desde su mínimo histórico de julio, la moneda nacional se ha apreciado más del 20% frente al dólar en los mercados paralelos).

Esta reestructuración del sistema financiero tiene como objetivo evitar que se reanude una política monetaria inflacionaria, que ha asolado al país durante décadas. Pero para que funcione a mediano plazo y más allá, como bien señala Milei, serán necesarias otras reformas.

Levantar los controles de capital y seguir desregulando requerirá tiempo y un apoyo político constante. Ninguna de estas dos cosas puede darse por sentada.

Muchos en Estados Unidos ven a Milei como el Donald Trump de Argentina y, sin duda, han declarado su mutua admiración (Elon Musk y Vivek Ramaswamy, que encabezará el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge, por sus siglas en inglés) de Trump, son admiradores declarados).

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Vale la pena señalar que, si bien Trump y Milei comparten el gusto por la disrupción política y por atacar al establishment, ideológicamente no son tan cercanos.

Trump es un intervencionista de mano dura, especialmente cuando se trata del comercio; Milei es un libertario económico. Con toda probabilidad, si Milei aprovecha su éxito inicial, él y el presidente electo de EE.UU. terminarán por parecer menos alineados.

Por otra parte, tanto Trump como Milei han demostrado tener habilidad para confundir las expectativas.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial de Bloomberg LP y sus propietarios.

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