Bloomberg — Volkswagen AG y los sindicatos iniciaron este miércoles negociaciones sobre amplios recortes de costos, con las tensiones entre ambas partes más elevadas de lo que han sido en años.
Las conversaciones se centran en el plan de VW de cerrar potencialmente fábricas en Alemania por primera vez después de eliminar protecciones laborales de décadas de antigüedad a principios de este mes. El sindicato IG Metall ha prometido luchar contra esos planes, amenazando con huelgas que podrían paralizar al mayor fabricante de automóviles de Europa durante semanas.
“No habrá conversaciones sobre cierres de fábricas y despidos masivos con nosotros”, dijo Thorsten Gröger, principal negociador del sindicato. Si VW se atiene a sus planes de recortes, “decenas de miles de compañeros obligarán a la empresa a volver al buen camino”.
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La disputa supone una gran prueba para el CEO, Oliver Blume, después de que los enfrentamientos sindicales acabaran con varios de sus predecesores. El CEO ha advertido de que los costos en Alemania son demasiado elevados a medida que las ventas disminuyen y los fabricantes chinos empujan hacia Europa. VW también ha perdido impulso en el mercado asiático clave, donde las marcas nacionales dominan en coches eléctricos.
La primera ronda de conversaciones tiene lugar en Hannover, donde cientos de sindicalistas se reunieron este miércoles, muchos de ellos portando banderas y haciendo sonar silbatos.
Ambas partes siguen muy distanciadas, con IG Metall exigiendo una subida salarial del 7% para los trabajadores industriales. Los líderes sindicales han dicho que los empleados no deberían tener que sufrir por los errores de la dirección, incluidos los malos resultados de VW en Estados Unidos.
El principal objetivo de Blume es la marca homónima de turismos de VW, cuyos márgenes de beneficio se están reduciendo en medio de una transición a los VE y una ralentización del gasto de los consumidores.
VW podría forzar decisiones sobre cierres de plantas este año, allanando el camino para más de 15.000 recortes de empleo, dijeron analistas de Jefferies a principios de este mes. El fabricante de automóviles está considerando cerrar de dos a tres instalaciones, con hasta cinco plantas alemanas en estudio, dijeron los analistas.
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A principios de este mes, VW tuvo una muestra de la ira provocada por sus planes de recortes, con miles de trabajadores gritando a los directivos en la fábrica de Wolfsburgo, la mayor de Europa. Los ejecutivos lamentaron la caída de las ventas que le ha dejado con unas dos plantas de más.
Los recortes de empleo en VW son más difíciles de llevar a cabo que en otros lugares. La mitad de los puestos de su consejo de supervisión están ocupados por representantes de los trabajadores, y el estado alemán de Baja Sajonia, que posee una participación del 20%, suele ponerse del lado de los sindicatos.
“Volkswagen necesita soluciones ya”, dijo el miércoles en el parlamento estatal Stephan Weil, primer ministro de Baja Sajonia y miembro del consejo de supervisión. Hacer que el fabricante de automóviles sea competitivo “es la base del éxito económico a largo plazo y de la seguridad de los puestos de trabajo”.
Las huelgas podrían comenzar tan pronto como el 1 de diciembre, cuando expire un periodo de gracia entre VW y el sindicato.
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