Bloomberg — Una disputa entre dos ricas familias surcoreanas por el futuro de un imperio de zinc valorado en 11.000 millones de dólares ha desembocado en una amarga batalla por el control que podría obstaculizar los esfuerzos por diversificar el suministro mundial de metales de transición energética.
Esta lucha por el poder de Korea Zinc Co., que fundaron dos amigos que huyeron de Corea del Norte y que aún está en manos de las familias Choi y Chang, ha ocupado los titulares de los medios de comunicación.
Aun en un país de grandes conglomerados, donde son frecuentes las luchas por las herencias, en pocas ocasiones son los inversores privados los que suben al ring para medirse con ricos nombres de la clase dominante.
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Las tensiones en torno a la estrategia y el gasto se han agravado a lo largo de los meses, pero en septiembre llegaron a un punto de ebullición con la inesperada oferta pública de adquisición del conglomerado de la familia Chang, Young Poong Corp, y el fondo de capital riesgo MBK Partners, que desde entonces se ha endulzado hasta valorar Korea Zinc en 15,5 billones de wones (US$11.600 millones). Han seguido varias ruedas de prensa y anuncios en los periódicos.
En la reunión de esta semana de la LME (por sus siglas en inglés, Bolsa de Metales de Londres), una de las citas más importantes del calendario del sector metalúrgico, la pugna ya se ha hecho pública: Korea Zinc y Young Poong están negociando por separado con proveedores y clientes, lo que constituye un cambio significativo tras años de negociación de contratos conjuntos, según fuentes familiarizadas con el caso.
Ambas partes han enviado mensajes a sus clientes con anterioridad, recalcando su postura y en busca de apoyo, según estas fuentes, que han solicitado el anonimato por tratarse de conversaciones privadas.
La batalla y sus consecuencias, llegado el plazo del viernes para la oferta de Young Poong y MBK- tendrán implicaciones mucho más allá de Corea. Incluyendo a sus filiales, la empresa representa el 12% del zinc mundial producido fuera de China, el 5% del plomo y alrededor del 9% de la plata, según un análisis de Bloomberg que utiliza datos de la consultora CRU Group.
Estos datos son vitales para los esfuerzos por limitar el dominio metalúrgico de Pekín.
El zinc se utiliza para galvanizar el acero y como revestimiento para evitar la oxidación de los paneles solares y las turbinas eólicas. También existe una tecnología de baterías basada en el zinc, una alternativa a las opciones de litio. En la actualidad, China es tanto el mayor consumidor como el mayor productor, con aproximadamente la mitad de la producción mundial de refinado.
“En un mundo en el que se está produciendo una segmentación geopolítica, Korea Zinc es el mayor proveedor de zinc del mercado no chino y también es uno de los mayores productores de plata del mundo. Así que si se quieren paneles solares, es muy importante para esa cadena de suministro”, dijo Colin Hamilton, director gerente de investigación de materias primas de BMO Capital Markets.
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Para los proveedores y clientes que se reúnan en Londres esta semana, la cuestión será qué podría significar cualquier escisión para unos acuerdos que a veces duran décadas.
Un correo electrónico de Young Poong a los proveedores la semana pasada trataba de asegurarles que éstos serían respetados, pasara lo que pasara con la propiedad de la empresa, según tres fuentes conocedoras del correo. Las fuentes declinaron ser identificadas por no estar autorizadas a hablar de negociaciones contractuales.
Korea Zinc, como parte de su defensa, ha querido advertir de interrupciones en el suministro para las industrias clave de Corea del Sur si MBK toma el control.
“Si comercia con concentrados de zinc tiene que tener un contrato con Korea Zinc”, dijo Howard Okumura, veterano de la industria del zinc, consultor de marketing de metales básicos y ex director de marketing de Teck Resources Ltd. “Han invertido continuamente mientras todos los demás se quedaban quietos”.
Los bárbaros de la fundición
La saga es también una rara y audaz incursión del capital riesgo en Corea. MBK Partners, fundada por un antiguo banquero educado en EE.UU. y negociador del Grupo Carlyle, el multimillonario Michael ByungJu Kim, ha hecho una apuesta contraria al libro de jugadas tradicional al abrazar un negocio cíclico con Young Poong.
MBK se ha comprometido a mejorar el gobierno corporativo de Korea Zinc, atacando el corazón de la cuestión de la transparencia que ha hecho recelar a los fondos mundiales a la hora de invertir en Corea del Sur y ha fomentado un “descuento Corea” para los grandes conglomerados.
En una entrevista concedida el lunes a Bloomberg News, un alto cargo de MBK afirmó que la empresa de capital riesgo estaba comprometida con el acuerdo, e incluso consideraría la posibilidad de mejorar su oferta para defenderse de cualquier oferta rival.
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“Las chaebol (son ciertas empresas con estructuras similares a los de los conglomerados, pero mucho más dependientes de los rasgos familiares), se enfrentan ahora a un nuevo reto: el creciente conflicto generacional a medida que estas empresas se transmiten y se enfrentan a peticiones más agresivas de los accionistas minoritarios para mejorar el gobierno corporativo”, dijo Park Ju-gun, director de la firma de investigación corporativa Leaders Index en Seúl.
"MBK está viendo claramente oportunidades de ganar dinero con estos dramas de los chaebol, y es posible que veamos más operaciones de este tipo si consigue hacerse con el control de Korea Zinc".
Korea Zinc ha criticado el movimiento como “fusiones y adquisiciones depredadoras”.
El acuerdo aumenta el riesgo de que la empresa sea despedazada y vendida a China, declaró a Bloomberg el vicepresidente de Korea Zinc, K.J. Kim, quien añadió que otros se han hecho eco de esta preocupación. MBK ha dicho que no tiene planes de vender el negocio a empresas chinas y que espera conservarlo durante aproximadamente una década.
Drama familiar
La lucha por el poder se remonta al ascenso de Choi Yun-beom, que se convirtió en presidente de la empresa hace poco menos de dos años, e inmediatamente empezó a erizar la piel.
Las familias habían empezado a hacer negocios juntas en 1949, cuando Choi Ki-ho y Chang Byung-hee fundaron su holding Young Poong. Convirtieron Young Poong en un conglomerado en expansión y crearon Korea Zinc en 1974. Ambas partes se entrelazaron mediante participaciones cruzadas durante más de siete décadas.
Los dos hijos de Chang, sin embargo, acabaron teniendo una participación mayor con el tiempo, ya que mantuvieron la mayor parte de su participación dentro de la familia. La participación de la familia Choi se dividió entre sus cinco hijos y se diluyó.
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Al tomar el timón a finales de 2022, Choi, que estudió en Amherst y Columbia y es nieto del cofundador - propuso una revisión. Durante décadas, Korea Zinc se había centrado principalmente en su negocio de refinado de metales no férreos.
Choi quería apostar el futuro de la empresa a los materiales ecológicos, invirtiendo fuertemente en energía limpia, baterías para vehículos eléctricos y reciclaje, mientras que la facción rival estaba interesada en que mantuviera fuertes dividendos.
Llegó a una serie de acuerdos con conglomerados surcoreanos, como Hyundai Motor Group, unidades de Hanwha Group, LG Chem Ltd y el comerciante de materias primas Trafigura Group, emitiendo nuevas acciones y recaudando fondos para financiar los nuevos proyectos.
Los Chang, que poseen colectivamente alrededor del 33% de Korea Zinc, consideraron que Choi estaba intentando aumentar su influencia trayendo inversores "amigos". Young Poong también ha criticado lo que, según la familia, ha sido un gasto despilfarrador en inversiones no esenciales por parte de Choi.
Ése fue el pistoletazo de salida en una carrera por aumentar las participaciones y la influencia, mientras se disputaban los detalles. Antes de que MBK respaldara a Young Poong, las dos facciones estaban enzarzadas en al menos dos batallas legales, incluida una sobre la decisión de Korea Zinc de emitir acciones a Hyundai.
Altos cargos de la familia Chang volaron a Londres a principios de verano para reunirse con posibles inversores que pudieran ayudar a su causa, preocupados porque el bando de Choi había conseguido grandes nombres como LG y Hanwha, según personas familiarizadas con el asunto.
La oferta respaldada por MBK para hacerse con el control ha provocado una subida de las acciones hasta un récord de 747.000 wones (US$553,87), pero ha retrocedido sin superar el nivel de mejora de la oferta de 750.000 wones (US$566,14) por acción, lo que indica cierto escepticismo entre los inversores.
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