Bloomberg — El multimillonario fundador de LVMH, Bernard Arnault, de 76 años, ha dado señales de que podría permanecer al frente del grupo de lujo durante casi diez años más.
LVMH comunicó que, en la junta general anual del mes que viene, intentará subir el límite de edad del CEO y del presidente a 85 años, desde los actuales 80 años. La última vez que se elevó el límite de edad fue en 2022.

Las reorganizaciones del equipo directivo alimentaron las especulaciones de que Arnault, padre de cinco hijos, estaba preparando un plan de sucesión, especialmente si se tiene en cuenta que todos ellos ocupan en la actualidad puestos clave en el conglomerado.
En noviembre pasado, Alexandre Arnault regresó a la sede de LVMH en París, procedente de Tiffany & Co. en Nueva York.
La empresa informó este miércoles de que Frederic Arnault, director general de Financiere Agache, una de las sociedades holding a través de las cuales la familia controla su participación en LVMH Moët Hennessy Louis Vuitton SE, dirigirá la marca italiana de cachemira Loro Piana desde el mes de junio.
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Aún así, la presentación sugiere que Arnault no está pensando en un retiro inminente de la compañía que ha dirigido desde 1989.
Su riqueza se estima en alrededor de US$179.000 millones de en el Índice de multimillonarios de Bloomberg, lo que lo convierte en la persona más rica de Europa.
Al igual que sus rivales, algunas de las marcas clave de LVMH han tenido dificultades en medio de una desaceleración más amplia del lujo a medida que los consumidores restringieron el gasto después de un auge pospandémico.
Arnault es una figura destacada en los círculos políticos franceses y es invitado regularmente al Palacio del Elíseo cuando los jefes de estado vienen a París.
Pero desató la polémica cuando, tras asistir a la investidura de Donald Trump como presidente, dijo que había un viento de optimismo en Estados Unidos, en contraste con su Francia natal.
Arnault y Trump se conocen desde que el empresario francés llegó por primera vez a Nueva York a principios de la década de 1980, huyendo de un gobierno socialista en Francia y buscando iniciar un negocio inmobiliario, un esfuerzo que no tuvo éxito.
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