Bloomberg — El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció un nuevo paquete de ayuda económica para las víctimas de las tormentas que mataron a más de 220 personas en el peor desastre natural del país en más de seis décadas.
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España compromete 3.800 millones de euros (US$4.100 millones) en un nuevo paquete de ayuda para las víctimas de las inundaciones del 29 de octubre en Valencia, según dijo Sánchez en un discurso pronunciado el lunes en Madrid. El paquete enumera 110 medidas diferentes y se suma a un paquete anterior anunciado a principios de mes que destinaba 10.600 millones de euros, entre ayudas directas y garantías de préstamos.
El nuevo paquete incluye 500 millones de euros para retirar “miles de toneladas” de lodo y escombros y reparar las alcantarillas, dijo Sánchez. El paquete también pretende ayudar a cientos de trabajadores a mantener sus ingresos y ofrece 200 millones de euros en ayudas directas a los agricultores que perdieron al menos el 40% de su producción, entre otras cosas, dijo Sánchez.
Hasta ahora, unas 400 empresas han solicitado acogerse a programas de suspensión de empleo a causa de las inundaciones, lo que afecta a unos 9.000 trabajadores, dijo.
El anuncio se produce en medio de una creciente frustración entre los residentes locales de Valencia, alimentada por la sensación de que tanto el gobierno regional como el central hicieron demasiado poco y demasiado tarde. Se calcula que más de 100.000 personas participaron en una marcha el sábado para protestar por la gestión de las inundaciones y sus consecuencias, con el enfado dirigido en gran medida contra el presidente de la región de Valencia, Carlos Mazón, pero también en parte contra Sánchez.
Sánchez había dicho el 5 de noviembre que España destinaría hasta 10.600 millones de euros a su primer paquete de ayuda. En aquel momento, Sánchez dijo que ese paquete incluiría indemnizaciones directas a los residentes para cubrir las casas que quedaron destruidas, así como electrodomésticos y coches. La ayuda incluye la exención o el aplazamiento de determinados impuestos y gravámenes.
Miles de soldados, policías, bomberos y voluntarios siguen actuando en las zonas afectadas por las tormentas, que golpearon 75 pueblos de Valencia y otros tres de otras dos regiones. Casas enteras tienen que ser reconstruidas mientras que otras que quedaron en pie aún necesitan ser limpiadas del barro creado por la lluvia.
El gobierno central informó el 10 de noviembre de que hasta el momento se han registrado 222 muertes a causa de las inundaciones, 214 de ellas sólo en la región de Valencia, y todavía se están identificando más cadáveres y buscando a personas desaparecidas.
El enfado contra Mazón se ha visto agravado por las revelaciones de finales de la semana pasada de que había estado en un almuerzo durante más de tres horas con un periodista local el 29 de octubre, mientras el comité de emergencia de Valencia que preside se reunía y discutía qué hacer. El gobierno local envió una alerta después de las 8 de la tarde diciendo a la gente que buscara refugio, cuando las inundaciones ya habían comenzado y unas 13 horas después de que la agencia meteorológica nacional hubiera emitido la alerta roja.
Mazón y Sánchez, que pertenecen a partidos rivales, caminaban junto al rey Felipe VI el 2 de noviembre por una de las localidades más afectadas cuando una multitud furiosa empezó a arrojar barro y objetos contra los tres hombres. Sánchez fue sacado a toda prisa por su equipo de seguridad.
Aún se desconoce el coste total de las inundaciones. Las pérdidas totales de los seguros superarán los 3.500 millones de euros, según informó el gobierno la semana pasada, basándose en las primeras 72.000 reclamaciones de seguros. Se espera que el grueso de las reclamaciones de los seguros corra a cargo de una agencia gubernamental especial que existe para cubrir las catástrofes naturales, entre otros siniestros.
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