Las perspectivas empresariales alemanas caen en medio de la incertidumbre económica

“Esta debilidad de la economía alemana se está volviendo crónica”, dijo el presidente del Ifo, Clemens Fuest, en una entrevista en Bloomberg TV.

Por

Bloomberg — Las expectativas empresariales alemanas se hundieron en diciembre, lo que pone de relieve los retos a los que se enfrenta la primera economía europea con unas elecciones anticipadas que probablemente traerán un cambio de gobierno.

El indicador de expectativas del instituto Ifo se desplomó hasta 84,4 desde 87, según informó el instituto este martes. Los analistas encuestados por Bloomberg habían previsto un ligero repunte y ninguno vio un retroceso de esa magnitud. Una medida de las condiciones actuales subió, situando el índice general en 84,7 desde los 85,6 de hace un mes.

“Esta debilidad de la economía alemana se está volviendo crónica”, dijo el presidente del Ifo, Clemens Fuest, en una entrevista en Bloomberg TV. “Lleva estancada mucho tiempo”, por lo que “el próximo gobierno debe dar prioridad al crecimiento económico”.

Por el contrario, hubo optimismo entre los inversores, ya que el índice de expectativas del instituto ZEW saltó a 15,7 desde 7,4, más de lo que anticipaba cualquier analista encuestado por Bloomberg.

“Con las elecciones anticipadas que se avecinan en Alemania y las consiguientes expectativas de una política económica que fomente la inversión privada, así como la perspectiva de nuevos recortes de las tasas de interés, las perspectivas económicas están mejorando”, declaró Achim Wambach, presidente del ZEW.

Ese sentimiento se refleja sin duda en el índice de referencia alemán DAX, que este mes superó por primera vez los 20.000 puntos.

La mayor economía de Europa se encogerá por segundo año consecutivo en 2024, aunque el Bundesbank estima que habrá una recuperación gradual en 2025. Sin embargo, abundan los riesgos para esa previsión, desde la agitación política en el país y en Francia hasta los aranceles comerciales con los que amenaza el presidente electo de EE.UU., Donald Trump.

Gran parte de los males del país son estructurales, lo que reduce las posibilidades de un rápido cambio de tendencia. Los fabricantes de automóviles llevan mucho tiempo luchando contra la competencia china, las industrias que consumen mucha energía se tambalean por los altos costos y las empresas más pequeñas que forman la columna vertebral de la economía se ahogan en la burocracia.

Lea además: Producción industrial de Alemania cae: aumenta el riesgo de recesión

Hay grandes esperanzas de que las elecciones de febrero traigan algo de alivio. El probable próximo canciller, Friedrich Merz, está haciendo campaña con una plataforma liberal favorable a las empresas que promete menos regulaciones y menos impuestos. También se ha mostrado abierto a aumentar las inversiones públicas, para sentar las bases de una futura expansión.

Con decenas de miles de puestos de trabajo en peligro, el cambio es urgente. El presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, advirtió la semana pasada de que el mercado laboral, un pilar de fortaleza hasta ahora, está “respondiendo notablemente” a la prolongada debilidad económica. El desempleo no ha dejado de subir en los dos últimos años, hasta alcanzar el 6,1% en noviembre.

Lea también: Los trabajadores de VW inician huelga por los planes de recorte de costes en Alemania

La actividad empresarial mejoró ligeramente en diciembre, según el Índice Compuesto de Gestores de Compras de S&P. Aunque se mantiene en niveles que sugieren que el sector privado sigue contrayéndose, los servicios superaron las estimaciones de los analistas.

Pero, poniendo de relieve lo difíciles que serán las mejoras a largo plazo, Alemania anunció este martes que reducirá las ventas de deuda federal en un 13% el año que viene, a medida que el gobierno va recortando gastos a pesar de la tambaleante economía y la presión para apoyar a Ucrania.

Lea más en Bloomberg.com