Bloomberg — Los líderes de la Unión Europea discutieron sobre la entrega de armas a Kiev y sobre quién les representaría en la diplomacia liderada por Estados Unidos, mientras el bloque se esforzaba por formular una estrategia sobre Ucrania.
Una cumbre de la UE celebrada en Bruselas abordó el riesgo de quedar al margen mientras el presidente estadounidense, Donald Trump, se apresura a entablar conversaciones con el ruso Vladimir Putin y Ucrania para poner fin a la guerra de tres años. Los líderes de la UE aún no han respondido a las demandas de presentar a una figura de alto nivel como parte de una oferta para entrar en el proceso y representar al bloque de 27 miembros.
“Necesitamos un equipo negociador y un representante que hable en nombre de los ciudadanos europeos”, declaró a los periodistas el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, al comenzar la reunión el jueves.
Las tensiones desembocaron en un acalorado intercambio entre Sánchez y la responsable de política exterior de la UE, Kaja Kallas. Cuando el líder español repitió su petición de un enviado especial en la reunión a puerta cerrada, Kallas se ofendió.
“¿Para qué estoy aquí?”, dijo, según relatos de múltiples personas informadas de la discusión.
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Los líderes están cada vez más alarmados por quedar al margen de los tratos de Trump con el Kremlin, y por el riesgo de ser incapaces de ponerse de acuerdo sobre cómo ayudar a Ucrania a defenderse. Durante la cumbre, repasaron la secuencia de la diplomacia telefónica de Trump esta semana, que dio lugar a un acuerdo para detener los ataques a las infraestructuras energéticas.
El esfuerzo de Kallas por conseguir 5.000 millones de euros (US$5.400 millones) para asegurar municiones para Ucrania este año también se encontró con un obstáculo. Fue paralizado por Francia e Italia, que se resistieron a comprometerse con volúmenes financieros específicos, según diplomáticos europeos familiarizados con las conversaciones.
En su intervención ante la cumbre de líderes por videoconferencia, el ucraniano Volodymyr Zelenskiy hizo una petición urgente de financiación para comprar munición “lo antes posible”, haciendo referencia a un ataque masivo nocturno con drones sobre Ucrania mientras se prolonga la guerra.
“Es crucial que su apoyo a Ucrania no disminuya, sino que continúe y crezca”, dijo Zelenskiy, según un texto del discurso. “Y esto es especialmente cierto para la defensa aérea, la ayuda militar y nuestra resistencia general”.
Reunión en París
Con Trump presionando por un alto el fuego, Putin ha dejado claro que quiere un cese de las entregas de armas a Ucrania en cualquier acuerdo más amplio, lo que complica aún más el empuje de la UE para reforzar a Kiev.
Los líderes de los países europeos se reunirán en París la próxima semana para debatir su postura sobre Ucrania y sus exigencias sobre el proceso de paz, según personas familiarizadas con los planes. Alemania, Italia y Polonia serán algunos de los países de la UE implicados, así como naciones no pertenecientes a la UE como el Reino Unido y Canadá, dijeron las personas, a las que se concedió el anonimato para hablar de deliberaciones delicadas.
Kallas presentó una propuesta a principios de este año para que los miembros de la UE aportaran hasta 40.000 millones de euros en ayuda militar en 2025, intensificándola después de que 20.000 millones llegaran a Kiev en 2024. La ayuda sería voluntaria, pero se animaría a los participantes a realizar contribuciones en metálico o en equipos en proporción a sus respectivas economías.
Tras las reticencias de varios países, el debate se redujo para centrarse esta semana en el componente de la munición.
Italia y otras naciones piden más detalles técnicos y financieros, y afirmaron que la iniciativa aún está en fase de elaboración, según dijeron diplomáticos italianos. Los diplomáticos franceses dijeron que, aunque comparten los objetivos del esfuerzo, la prioridad es poner en práctica la parte de 18.000 millones de euros que la UE aporta a Kiev de un paquete de préstamos del Grupo de los Siete.
Un portavoz de la UE dijo que el bloque no comenta las reuniones a puerta cerrada. Un funcionario español dijo que Madrid no descartaba a Kallas y declinó hacer comentarios sobre las discusiones de la cumbre.
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Hecho ‘al revés’
El primer ministro finlandés, Petteri Orpo, respaldó la iniciativa y lamentó los vientos en contra que soplan desde algunas capitales de la UE. Muchos países no están “actuando adecuadamente” en lo que respecta a la entrega de armas a Ucrania, afirmó.
Sin embargo, otros criticaron la secuencia de cuantificar prematuramente los compromisos de los Estados miembros antes de asegurarse primero su respaldo. El presidente lituano, Gitanas Nauseda, dijo que fijar primero las cifras “se hizo al revés”.
“Puede dar la impresión de que alguien no hace lo suficiente, pero la disposición a apoyar a Ucrania está ahí, aunque ahora sea difícil cuantificarla”, declaró Nauseda a los periodistas.
La UE y sus Estados miembros han enviado 50.000 millones de euros en apoyo militar a Ucrania desde que comenzó la invasión a gran escala en febrero de 2022. Estados Unidos ha comprometido US$66.500 millones, unos 11.000 millones de euros más, en ese lapso de tiempo.
La Hungría del primer ministro Viktor Orban mantuvo su resistencia a ayudar a Ucrania. Pero los esfuerzos por ganarse a Orban para lograr un acuerdo de los 27 estados, una pieza habitual en las cumbres, fueron abandonados. Por segunda reunión consecutiva, los líderes se resignaron a seguir adelante sin Budapest.
Con la colaboración de Donato Paolo Mancini, Daniel Basteiro, Alberto Nardelli, Milda Seputyte, Samy Adghirni, Michal Kubala y Michael Nienaber.
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