Bloomberg — La OTAN planea pedir a los aliados europeos y a Canadá que aumenten sus reservas de armamento y equipamiento en cerca de un 30% en los próximos años, según un alto funcionario de la alianza.
Los nuevos objetivos para las capacidades militares de los aliados de la OTAN, que actualizarían los fijados antes de la invasión rusa de Ucrania, se están debatiendo actualmente con el objetivo de adoptarlos a principios de junio, cuando los ministros de Defensa de la alianza se reúnan en Bruselas.
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Alcanzar estos nuevos niveles requeriría un enorme esfuerzo financiero por parte de la mayoría de los aliados europeos y Canadá, mientras que los desembolsos estadounidenses no tendrían por qué cambiar, añadieron los funcionarios.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte está respondiendo a la creciente amenaza de Rusia, así como al impulso del presidente Donald Trump de trasladar una mayor parte de la carga de la defensa de EE.UU. al resto de la alianza.
Tal y como están previstos actualmente, los nuevos objetivos requerirían un aumento del 30% en general en todos los sectores en el volumen de equipamiento, con algunas categorías específicas subiendo mucho más, o menos, según uno de los funcionarios, al que como a los demás se le concedió el anonimato para hablar de planes sensibles.
Según el alto funcionario de la OTAN, estos nuevos objetivos, cuya aplicación llevará entre 5 y 15 años, darán lugar a una fuerza europea y canadiense mucho más fuerte dentro de la OTAN y menos dependiente de EE.UU.
EE.UU. podría cumplir en gran medida los nuevos objetivos con los equipos que ya posee. Pero la mayoría de los aliados tendrían que elevar el gasto en defensa a más del 3% del producto interior bruto, un nivel que se espera ampliamente que los líderes establezcan como su nuevo objetivo de gasto cuando se reúnan para una cumbre de la OTAN en La Haya a finales de junio.
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Trump ha acusado repetidamente a los miembros de la OTAN de aprovecharse de Washington al no gastar lo suficiente en defensa. Ha indicado que EE.UU. dará un paso atrás en su tradicional papel de seguridad en Europa y ha exigido a los aliados que gasten el 5%, un objetivo ampliamente considerado poco realista y que ni siquiera EE.UU. cumple.
Los aliados esperan ahora ampliamente que EE.UU. reduzca su presencia de tropas en Europa a medida que sus prioridades se desplazan a la región Indo-Pacífica.
Desde que Trump ganó las elecciones, los países europeos se han apresurado a aumentar el gasto en defensa y a replantearse su posicionamiento militar.
Las cinco áreas principales a las que se apunta en el próximo periodo son los sistemas de defensa aérea, las capacidades de fuego profundo, la logística, los sistemas de comunicación e información y las capacidades de maniobra terrestre. Estas se apuntalarán con un aumento de las existencias de armamento y piezas de repuesto. Los sistemas de defensa aérea se señalaron específicamente como un área que requiere más capacidad por parte de todos los aliados, incluido EE.UU.
Aunque Europa aumente sus capacidades, EE.UU. seguirá siendo una columna vertebral esencial, sobre todo en áreas de alto poder de combate como inteligencia y reconocimiento, logística, submarinos nucleares.
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