Bloomberg — El parlamento de Israel aprobó un proyecto de ley para restringir drásticamente la principal organización de las Naciones Unidas que apoya a los palestinos, amenazando aún más el ya lento flujo de ayuda humanitaria a los desplazados de Gaza.
La decisión de prácticamente prohibir el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (OOPS) se produce a pesar de los llamamientos de los aliados europeos de Israel, así como de Canadá, Australia y Japón, para que no se siguiera adelante con la legislación. El gobierno de Joe Biden también ha presionado a Israel para que aumente las entregas de ayuda a la franja de Gaza, afirmando que una ley estadounidense puede exigir que se reduzca el flujo de armas estadounidenses a Israel a menos que mejore la situación.
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El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, afirmó que la aprobación de las leyes podría tener “consecuencias devastadoras” para los palestinos afectados por el conflicto. No existe “ninguna alternativa” a la UNRWA, añadió.
El proyecto de ley, que se convirtió en definitivo tras ser aprobado en segunda y tercera lectura por la Knesset, como se conoce al parlamento, prohíbe las actividades de la agencia dentro de los territorios israelíes. Aunque técnicamente esto no incluye Gaza y Cisjordania, la organización se vería muy afectada ya que sus operaciones diarias y su logística requieren la coordinación con Israel y el uso de terrenos y pasos controlados por Israel.
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“La propuesta prohíbe a la UNRWA operar cualquier representación, proporcionar cualquier servicio o llevar a cabo cualquier actividad, directa o indirectamente, dentro del territorio soberano de Israel”, según un comunicado de la Knesset. La ley entrará en vigor al cabo de 90 días.
La UNRWA, con almacenes, vehículos y mano de obra bien establecidos, ha dirigido activamente la distribución de ayuda a más del 90% de la población de Gaza desplazada por la guerra al sur de Gaza. Israel prohibió a la organización operar en el norte de Gaza, donde permanecen entre 200.000 y 300.000 palestinos en medio de la penuria.
La jefa humanitaria en funciones de la ONU, Joyce Msuya, afirmó en un comunicado el sábado “que toda la población del norte de Gaza corre el riesgo de morir” y criticó a las fuerzas israelíes por su “flagrante desprecio por la humanidad básica”, citando los ataques contra hospitales, trabajadores sanitarios y personal de primera intervención.
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Las antiguas tensiones entre Israel y la UNRWA alcanzaron su punto álgido después de que cientos de militantes de Hamás, apoyada por Irán, asaltaran el sur de Israel el 07 de octubre del año pasado, matando a unos 1.200 israelíes y tomando 250 rehenes. Más de 43.000 palestinos han muerto en la posterior campaña militar israelí, según el Ministerio de Sanidad dirigido por Hamás, que no distingue entre combatientes y víctimas civiles.
Israel afirmó que al menos 12 empleados de la UNRWA participaron directamente en el ataque transfronterizo del año pasado, que desencadenó la actual guerra de Gaza. Hamás está designada como organización terrorista por Estados Unidos y otras naciones.
Inicialmente negando las acusaciones israelíes, la UNRWA dijo en marzo que Israel intentó coaccionar a algunos miembros del personal de la agencia, detenidos por el ejército durante las operaciones terrestres en Gaza junto a miles de residentes, para que dijeran que tenían vínculos con Hamás y participaron en los ataques del 7 de octubre. Sin embargo, en agosto, la agencia dijo que nueve empleados podrían haber estado implicados en los ataques y que iban a ser despedidos.
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“Hago un llamamiento a Israel para que actúe de forma coherente con sus obligaciones en virtud de la Carta de las Naciones Unidas y sus demás obligaciones en virtud del derecho internacional”, declaró Gurerres. “Señalo este asunto a la atención de la Asamblea General de la ONU y mantendré a la Asamblea estrechamente informada a medida que se desarrolle la situación”.
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