Bloomberg — La líder de extrema derecha Marine Le Pen se alió con una coalición de izquierdas para derrocar al gobierno francés, sumiendo al país en un prolongado periodo de turbulencias que probablemente inquiete aún más a los mercados.
La mayoría de los legisladores de la Asamblea Nacional respaldaron una moción de censura contra el gobierno de tres meses del Primer Ministro Michel Barnier, a raíz de una disputa sobre el presupuesto del próximo año. Ha sido el mandato más breve de un primer ministro desde la fundación de la V República francesa en 1958.
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Las raíces de la actual agitación se remontan a junio, cuando el presidente Emmanuel Macron convocó una votación anticipada para recuperarse de la derrota en las elecciones europeas. En lugar de ello, convirtió a la Agrupación Nacional de Le Pen en el partido más grande del Parlamento y su líder se convirtió en el agente de poder más influyente del país, mientras que su coalición centrista se desmoronaba.
“A quienes piensan que pretendo elegir una política desastrosa mediante una moción de censura, quiero decirles que la política desastrosa sería no censurar ese presupuesto, dijo el miércoles a los legisladores. “Es el fin de este gobierno efímero”.
¿Cómo han reaccionado los mercados?
El caos en la segunda mayor economía de la Unión Europea llevó a los inversores en bonos a castigar la deuda soberana de Francia en relación con sus pares, haciendo subir los costos de los préstamos más allá de países como España y Grecia, que tradicionalmente se han considerado más arriesgados.
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Barnier había advertido de una “tormenta” en los mercados financieros si era destituido.
De momento, la administración saliente continuará en funciones, lo que permitirá al gobierno evitar un cierre al estilo de EE.UU. Barnier puede utilizar las leyes de emergencia para recaudar impuestos y garantizar un nivel mínimo de gasto, pero el impacto más amplio es difícil de predecir.
El ministro de Economía y Finanzas, Antoine Armand, advirtió el martes de que la legislación provisional aumentaría los impuestos a millones de hogares y bloquearía los aumentos de gasto previstos para algunas prioridades, como la seguridad y la agricultura.
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El presidente francés es el único responsable de nombrar a un nuevo primer ministro, pero no hay un plazo constitucional para tomar una decisión ni un candidato obvio: Macron tardó casi dos meses en decidirse por Barnier.
Una vez nombrado, el nuevo primer ministro propone un gabinete, nombrado por el presidente, y luego tiene que enviar al Parlamento un nuevo proyecto de presupuesto para 2025.
No se pueden celebrar nuevas elecciones legislativas antes de julio
Barnier se convierte en el primer Primer Ministro francés que pierde una moción de censura en más de 60 años. El único Primer Ministro que fue destituido durante la V República fue Georges Pompidou en 1962 y, con el apoyo del poderoso Presidente Charles de Gaulle, volvió a ser nombrado.
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