Bloomberg — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pasó las últimas horas -antes de que se implementen plenamente sus amplios aranceles- preparando negociaciones con aliados clave de su país, pero su insistencia en impulsar aranceles amplios del 104% sobre muchos productos chinos disminuyó el optimismo de que se evitaría una brutal guerra comercial.
Trump y altos funcionarios de su administración señalaron el martes que Estados Unidos estaba abierto a acuerdos que podrían reducir o eliminar los aranceles más altos sobre docenas de naciones, mientras que líderes asiáticos y europeos anunciaron planes para conversaciones con la Casa Blanca.
La Casa Blanca anunció que Trump está procediendo con aranceles que ascenderían al 104% sobre muchos productos chinos. Este paquete incluye gravámenes previos aplicados debido a la crisis del fentanilo, sus aranceles recíprocos y una represalia adicional anunciada por Trump después de que Pekín anunciara que gravaría las exportaciones estadounidenses a China.
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Las amenazas se produjeron después de que Pekín dejara claro que no tenía intención de ceder en una guerra comercial. Trump dijo en redes sociales que esperaba una llamada de los funcionarios chinos y los acusó de gestionar mal la situación.
“China también quiere llegar a un acuerdo, pero no sabe cómo ponerlo en marcha. Esperamos su llamada. ¡Se hará realidad!“, dijo el presidente.
El enfoque maximalista hacia China se produjo incluso cuando el presidente señaló una nueva voluntad de atender las solicitudes de otros países para reducir los aranceles que anunció la semana pasada.
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Trump dijo que las perspectivas de un acuerdo comercial con Corea del Sur “lucían bien” después de una conversación telefónica con el presidente interino Han Duck-soo.
“Tenemos las posibilidades y la probabilidad de un gran ACUERDO para ambos países”, publicó Trump en las redes sociales sobre las conversaciones con Corea del Sur.
Trump dijo que negociaría con las naciones sobre temas más allá del comercio y los aranceles, lo que constituiría un “proceso hermoso y eficiente”, y la Casa Blanca dijo que casi 70 países se habían comunicado la semana pasada buscando llegar a un acuerdo.
Los esfuerzos de esos países contrastan marcadamente con los de China, que ha amenazado con imponer aranceles de represalia sobre los productos estadounidenses a pesar de la postura de Trump.
Las guerras comerciales y arancelarias no tienen ganadores, y el proteccionismo no conduce a ninguna parte. Los chinos no somos alborotadores, pero no nos inmutaremos cuando surjan problemas. La intimidación, la amenaza y el chantaje no son la forma correcta de relacionarse con China, declaró un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino.
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El estancamiento hace difícil imaginar que el presidente chino, Xi Jinping, se apresure a comunicarse con su homólogo estadounidense para solicitar ayuda inmediata.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que Beijing estaba cometiendo un error e indicó que Trump estaría feliz si productos electrónicos como el iPhone de Apple Inc. se ensamblaran en Estados Unidos en lugar de en China.
“El presidente Trump tiene una columna vertebral de acero y no se quebrará”, dijo, y agregó que “Estados Unidos no necesita a otros países tanto como otros países nos necesitan a nosotros”.
Aun así, dijo, Trump sería “amable” si los líderes chinos se acercaran para negociar.
El índice S&P 500 subió un 3,4% en la apertura y el Nasdaq 100 subió un 3,5% por el optimismo de que los acuerdos comerciales podrían evitar las sanciones más severas, pero esas ganancias se evaporaron por la tarde cuando la Casa Blanca reiteró sus planes de impulsar los aranceles chinos amenazados.
Leavitt dijo que los acuerdos “solo se harán si benefician a los trabajadores estadounidenses y abordan los agobiantes déficits comerciales de nuestra nación” y que había ordenado a su equipo comercial que negocie acuerdos “personalizados y únicos” con cada nación.
El representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, dijo el martes en una audiencia en el Congreso que los aranceles de Trump “entrarán en vigor” y “estamos combinando eso con negociaciones inmediatas con nuestros socios”.
“Si tiene una mejor idea para lograr la reciprocidad y reducir nuestro déficit comercial, queremos hablar con usted. Queremos negociar con usted. Y funciona en ambos sentidos”, dijo Greer.
El presidente estadounidense afirmó haber hablado con el líder surcoreano sobre su tremendo e insostenible excedente, aranceles, construcción naval y la compra a gran escala de gas natural licuado estadounidense. También abordó su proyecto conjunto para el gasoducto de Alaska y el pago por la importante protección militar que brindamos a Corea del Sur.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, declaró previamente que “Japón tendrá prioridad” entre una larga lista de naciones que buscan persuadir a Trump para que reduzca sus supuestos aranceles recíprocos, y elogió a Tokio por abstenerse de tomar represalias contra Estados Unidos tras el anuncio de aranceles de Trump. Trump y el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, se comunicaron telefónicamente el lunes para establecer conversaciones, y el líder japonés instó al presidente a replantear su enfoque.
El director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, Kevin Hassett, dijo que Trump había dado instrucciones claras a su equipo para secuenciar las conversaciones con las naciones amigas antes que con otras que buscan un acuerdo.
“El presidente decidirá cuándo y si hablar con China, pero en este momento hemos recibido la instrucción de priorizar a nuestros aliados y socios comerciales como Japón y Corea”, dijo Hassett en una entrevista con Fox News.
También se espera que la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, viaje a Estados Unidos para negociar un alivio arancelario directamente con Trump.
Trump ha enviado señales contradictorias sobre su disposición a considerar exenciones para las naciones que buscan alivio de sus impuestos a las importaciones.
Ha elogiado a sus socios comerciales por ofrecer concesiones, pero también ha descartado algunas ofertas, incluida una del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, hecha en el Despacho Oval para eliminar las barreras y eliminar el superávit comercial con Estados Unidos. Trump también ha descartado la idea de una pausa general antes de la entrada en vigor de los aranceles.
“Puede haber aranceles permanentes y también puede haber negociaciones, porque hay cosas que necesitamos más allá de los aranceles”, dijo Trump a los periodistas el lunes.
Y algunos de los principales asesores de Trump se han mostrado públicamente divididos respecto al régimen arancelario. Elon Musk, el multimillonario asesor de Trump, criticó el anuncio y el martes calificó al asesor comercial Peter Navarro de “un auténtico imbécil” en una publicación en X.
*Esta nota se actualizó a las 12:41 horas ET.
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