Bloomberg — El presidente electo Donald Trump está a punto de invocar poderes de emergencia como parte de su plan para desatar la producción nacional de energía, al tiempo que busca revertir las acciones del presidente Joe Biden para combatir el cambio climático, según personas familiarizadas con el asunto.
La medida formará parte de una serie de acciones que Trump emprenderá - horas después de jurar el cargo este lunes- para cumplir las promesas de campaña de impulsar la producción nacional de energía. El presidente electo está dispuesto a obligar a cambios de política que permitan nuevas explotaciones de petróleo y gas en tierras federales, al tiempo que dirige un retroceso de las regulaciones climáticas de la era Biden, dijeron las personas que pidieron no ser nombradas debido a la confidencialidad de la información.
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Aunque muchas de las acciones ejecutivas simplemente darán el pistoletazo de salida a un largo proceso normativo, están llamadas a tocar todo el espectro de la industria energética estadounidense, desde los campos petrolíferos hasta los concesionarios de automóviles. También subrayan la determinación de Trump de reorientar la política del gobierno federal hacia la producción de petróleo y gas, un giro brusco respecto a los esfuerzos de Biden por frenar los combustibles fósiles.
No estaba claro de inmediato cómo se utilizaría una declaración de emergencia energética, aunque un presidente puede desbloquear poderes especiales sobre el transporte de crudo y utilizar a las autoridades para dirigir cambios en cómo se genera y transmite la electricidad.
Durante la campaña electoral, Trump prometió que declararía una emergencia nacional en materia de energía, afirmando que era necesario aumentar la producción y hacer frente a la creciente demanda derivada de la rápida adopción de la inteligencia artificial. Un portavoz de la transición de Trump no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios, pero el propio presidente electo hizo un guiño al esfuerzo durante unas declaraciones en el Capital One Arena el domingo.
"Vamos a utilizar nuestros poderes de emergencia para permitir que países y empresarios y gente con mucho dinero construyan grandes plantas, plantas de inteligencia artificial", dijo Trump. "Necesitamos el doble de la energía que ya tenemos, y va a acabar siendo más que eso".
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Declarar una emergencia nacional permite a un presidente recurrir a hasta 150 poderes especiales normalmente destinados a hacer frente a huracanes, ataques terroristas y otros acontecimientos imprevistos, según un informe del Centro Brennan para la Justicia.
Sin embargo, no está claro de inmediato que Trump pueda utilizarlos con éxito para lograr el objetivo de construir más centrales eléctricas. Durante su primer mandato, intentó utilizar poderes especiales para ayudar a evitar que las centrales nucleares y de carbón no rentables de todo el país se retiraran, invocando la autoridad de emergencia contenida en la Ley Federal de Energía Eléctrica que normalmente se reserva para desastres naturales y otras crisis. El esfuerzo fue finalmente abandonado.
Supondría un cambio importante en Washington, donde los ecologistas llevan años presionando a Biden para que declare una emergencia climática, utilizando la proclamación para detener las exportaciones de petróleo e, incluso, potencialmente, frenar los flujos nacionales de crudo.
Estatuto de la Guerra Fría
Una declaración permitiría a Trump recurrir a diversas autoridades de emergencia en otras leyes también, incluyendo un estatuto de la era de la Guerra Fría utilizado inicialmente por el presidente Harry Truman para aumentar la producción de acero durante la Guerra de Corea. Biden invocó la ley, conocida como Ley de Producción de Defensa, para fomentar la fabricación estadounidense de tecnologías de energías renovables, como paneles solares, pilas de combustible y bombas de calor, afirmando que eran necesarias para ayudar a evitar el cambio climático y aumentar la seguridad nacional.
Una posibilidad es declarar una “emergencia de seguridad de la red” utilizando la autoridad contenida en una ley de transporte de 2015, dijo Mark P. Nevitt, profesor asociado de la Facultad de Derecho de la Universidad Emory. “‘Emergencia’ no está definida por el Congreso, por lo que es probable que el presidente tenga amplia autoridad para declarar una ‘emergencia energética’”, dijo en un correo electrónico.
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Se espera ampliamente que Trump haga uso de la autoridad ejecutiva para levantar una moratoria sobre nuevas licencias estadounidenses para exportar gas natural licuado, haciendo realidad una promesa de campaña de rescindir la medida promulgada por Biden y ordenar a su administración que anule los incentivos federales para los vehículos eléctricos. También se espera que desencadene la retirada de un conjunto de estrictas normativas gubernamentales sobre contaminación y ahorro de combustible de los vehículos que, en conjunto, forman lo que él ha denominado un “mandato de los VE” (vehículos eléctricos).
Otras medidas previstas para el primer día incluyen ordenar la revocación de la decisión de Biden de retirar unos 625 millones de acres de aguas estadounidenses de la disponibilidad para el arrendamiento de petróleo y gas. La declaración de Biden ya ha suscitado un desafío legal por parte del Instituto Americano del Petróleo, Alaska y los estados del Golfo de Alabama, Georgia, Luisiana y Misisipi, pero la legalidad de la revocación de Trump también será decidida probablemente por los tribunales federales. La última vez que Trump intentó una medida similar -revertir una retirada de la era Obama de las aguas del Ártico- fue rechazada por un tribunal federal de distrito con sede en Alaska.
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