Bloomberg — La inflación mayorista de Estados Unidos se enfrió sorpresivamente en diciembre, gracias a una caída en los costos de los alimentos y a la estabilidad de los precios de los servicios, lo que podría ayudar a mitigar las preocupaciones sobre las persistentes presiones sobre los precios.
El índice de precios al productor para la demanda final aumentó un 0,2% frente al mes anterior, según un informe de la Oficina de Estadísticas Laborales publicado el martes. La mediana de las proyecciones de los economistas en una encuesta de Bloomberg era de un incremento del 0,4%. Un indicador que excluye alimentos y energía se mantuvo sin cambios respecto de noviembre.
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Sobre una base interanual, el IPP general subió un 3,3% y el índice subyacente aumentó un 3,5%.
El informe del IPP precede al índice de precios al consumidor, que concita mayor atención, y que publicará la Oficina de Estadísticas Laborales el miércoles. En las últimas semanas, los inversionistas y los consumidores han elevado las expectativas de inflación ante una fuerte demanda y las amenazas de la administración entrante de Trump de aumentar los aranceles a los bienes importados.
Los rendimientos de los bonos del Tesoro cayeron y los futuros del índice S&P 500 subieron, mientras que el dólar bajó tras conocerse las cifras.
Los economistas prestan mucha atención al informe del IPP porque varios de sus componentes forman parte del indicador de inflación preferido por la Reserva Federal: el índice de precios de gastos de consumo personal.
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En diciembre, estas categorías fueron dispares, ya que no hubo cambios en la atención hospitalaria y se registraron ligeros aumentos en los servicios médicos y la gestión de carteras. Las tarifas aéreas, sin embargo, experimentaron el mayor aumento desde marzo de 2022.
La persistente inflación de los últimos meses de 2024, combinada con la fortaleza del mercado laboral, motivó a los responsables de la Reserva Federal a rebajar sus expectativas de recortes de tasas de interés este año.
El informe del IPP mostró un descenso del 0,1% en los precios de los alimentos, incluida una caída de casi el 15% en el costo de las verduras. Los precios de la energía aumentaron un 3,5%.
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