Bloomberg Línea — Los países andinos mantienen vínculos económicos y de comercio estrechos con Estados Unidos, pues este país sigue siendo el socio comercial principal de la región, en especial con Colombia y Ecuador. Sin embargo, los analistas prevén que los escenarios económicos sean más volátiles con una victoria del expresidente republicano Donald Trump, aunque con la demócrata Kamala Harris de presidenta tampoco habría cambios significativos.
Los vínculos de la región Andina con Estados Unidos van más allá de los económico y un peso clave en las importaciones y exportaciones. La cooperación en materia de seguridad y la influencia de Estados Unidos por su rol predominante en la economía global, tienen un peso clave en estos países -Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Venezuela, Guyana y Surinam-, aun cuando el rol de China sigue en crecimiento en la región.
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“No necesariamente creemos que sea perjudicial [una victoria de Donal Trump] para la región Andina, sino que con Trump el rango de resultados posibles para el futuro de las relaciones bilaterales en la región es mucho más amplia. Lo anterior implica mayor incertidumbre y mayores riesgos de un deterioro en las relaciones si gana Trump”, explicó Theodore Kahn, director asociado de la consultora Control Risks, a Bloomberg Línea.
Para ejemplificarlo, el analista reseñó el rol clave de EE.UU. en las exportaciones e importaciones del sector energético de Colombia y Ecuador, así como el peso que tiene este país en los ingresos petroleros de Venezuela o, incluso, el fenómeno migratorio desde la región Andina hacia Norteamérica.
Sobre este último punto, Kahn destacó que Trump podría amenazar con imponer aranceles u otras sanciones si los gobiernos de la región no cooperan con su política de mano dura contra la migración ilegal.
“En cambio, el escenario con Harris es mucho más estable y predecible, sobre todo en su estilo de conducir las relaciones exteriores”, añadió Kahn.
Impactos de la guerra comercial entre EE.UU. y China
Estas dos superpotencias han desarrollado en los últimos años una guerra comercial extensa, en la disputa por ser la principal economía del mundo. Una de las características han sido las restricciones económicas y, por supuesto, los aranceles.
Entre las decenas de discursos de Donald Trump, una de las propuesta que mayor incertidumbre ha generado es la futura política arancelaria, en la que el republicano ha prometido aranceles del 10% al 20% sobre las importaciones de todo el mundo, y extender los aranceles a los productos chinos hasta el 60%.
El analista de Control Risks asegura que ambos candidatos, Trump y Harris, mantendrán su objetivo de contrarrestar el creciente poder de China a nivel global, pero en especial sobre América Latina, en donde están creciendo sus inversiones, pero sus “formas y tácticas de lograr esto serían muy distintas”.
La propuesta sobre China sería “bastante disruptiva para las economías andinas que dependen de las exportaciones de materia prima a China, como Perú, Bolivia y en cierta medida Ecuador. También es probable que Trump ejerza mayor presión abierta sobre gobiernos de la región para rechazar grandes inversiones chinas en sectores estratégicos”.
Colombia, por ejemplo, depende del mercado estadounidense para casi el 30% de sus exportaciones, y estaría más expuesta a los aranceles estadounidenses y sufriría el mayor golpe a su Producto Interno Bruto (PIB) de una presidencia de Trump, según la consultora. En la actualidad, China es el principal socio comercial de Sudamérica, y juega un papel clave en el financiamiento de proyectos de infraestructura y energía.
Por el contrario, Kahn considera que Harris, al igual que ha hecho el presidente Joe Biden, prefiera comunicar primero la preocupación sobre las inversiones chinas en la región antes de tomar acción.
La visión de Moody’s Ratings sobre China y la transición energética
Para la calificadora de riesgo, la capacidad del próximo gobierno de Estados Unidos de implementar nuevas políticas dependerá del equilibro de poder que haya en el Congreso, razón por la que algunas posturas frente a América Latina continuarán igual que en la actualidad, independiente de si a la presidencia llega Donald Trump o Kamala Harris, después de las elecciones del próximo 5 de noviembre.
“Moody’s Ratings anticipa que el próximo gobierno mantendrá su orientación hacia políticas comerciales más estrictas y prioridades en materia de inmigración, independientemente de quién gane las elecciones”, indicó la calificadora de riesgo en un análisis publicado el pasado 25 de septiembre.
El informe es claro al señalar que las tensiones entre ambas potencias económicas influirán en América Latina y el Caribe, en vista de las crecientes “fricciones geopolíticas”, las preocupaciones en materia de seguridad nacional y las rivalidades tecnológicas. Las perspectivas también se derivan del creciente comercio de China en América Latina y la inversión en infraestructura de energía renovable y tecnología de punta.
Los esfuerzos de Trump por promulgar políticas comerciales generales podría generar represalias, poner en riesgo el crecimiento global y acelerar la inflación, reduciendo la demanda externa de exportaciones de América Latina, según escribieron los analistas.
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En cuanto a la transición energética, la migración hacia una economía baja en carbono podrían continuar, aunque Trump podría revertir algunas políticas ambientales de la administración Biden, y que Harris por su parte continuaría.
“Fomentar la transición energética en América representaría una oportunidad para que EE.UU. profundice los lazos comerciales regionales y contrarreste la influencia de China en la región. Sudamérica se ha convertido en un destino importante para la inversión verde de China y es socio comercial para los minerales, que resultan fundamentales para las tecnologías verdes”, precisa el texto.
Por su parte, la consultora Control Risks aseguró que Trump podría desviarse “drásticamente” de la transición energética nacional y en el extranjero que adelante la administración Biden. “Es probable que su gobierno se aleje del friendshoring o de las estrategias para desarrollar cadenas de suministro de energía limpia entre los aliados geopolíticos”, lo que significaría riesgos para productores de minerales críticos en países como Colombia y Perú.
Así mismo, Trump podría agotar el apoyo financiero y técnico a la energía renovable y la iniciativa climática, mientras que los proyectos relacionados con el petróleo y el gas recibirían un fuerte apoyo, lo que beneficiaría a productores emergentes como Guyana y Suriname, adyacentes a la región Andina.