Bloomberg — Por primera vez en una década, la obesidad en EE.UU. está disminuyendo, y un nuevo estudio sugiere que se debe a medicamentos tan populares como el Ozempic.
El número de estadounidenses obesos no ha dejado de aumentar durante años, y el índice de masa corporal medio del país, o IMC, se ha ido arrastrando junto con él. Pero en 2023, algo cambió: los niveles de obesidad cayeron al 43,96% desde el 44,1% del año anterior. Es un descenso pequeño, pero significativo, dicen los investigadores. El mayor cambio se produjo en el Sur, según el análisis, donde también se registró la mayor concentración de recetas de estos fármacos.
Leer más: Biden propone que Medicare y Medicaid cubran los medicamentos contra la obesidad
Los hallazgos, publicados el viernes en JAMA Health Forum, sugieren que medicamentos superventas como Ozempic y Wegovy, de Novo Nordisk A/S, y Mounjaro y Zepbound, de Eli Lilly & Co., pueden estar empezando a mover la aguja de la epidemia de obesidad en Estados Unidos.
“Ya estamos viendo el impacto en los datos”, afirmó en una entrevista Benjamin Rader, epidemiólogo computacional del Hospital Infantil de Boston que dirigió el estudio.
Rader y sus colegas analizaron las historias clínicas electrónicas y las reclamaciones de seguros desidentificadas de millones de adultos estadounidenses para rastrear la prevalencia de la obesidad durante la última década. Utilizaron los datos de las reclamaciones para cartografiar las prescripciones de fármacos como Ozempic y Mounjaro, que forman parte de una clase de medicamentos conocidos como GLP-1.
Millones de estadounidenses luchan contra la obesidad, que se sabe que aumenta el riesgo de padecer enfermedades peligrosas como la diabetes, las cardiopatías y el cáncer. Según un estudio reciente de la revista médica The Lancet, se prevé que el creciente porcentaje de estadounidenses obesos y con sobrepeso sobrecargue el sistema sanitario y dispare los costes médicos de forma significativa en el próximo cuarto de siglo si no se invierte la tendencia.
Según los expertos, los medicamentos seguros y eficaces para perder peso tienen el potencial de cambiar esa trayectoria, pero su uso se ha visto obstaculizado por la escasez generalizada de suministros y unos precios elevados que dificultan el acceso. Incluso con esos retos, los medicamentos están empezando a tener un impacto, dijo Rader.
“Aunque la obesidad sigue siendo una preocupación considerable para la salud pública, las reducciones observadas en la prevalencia de la obesidad sugieren una reversión alentadora de los aumentos previos de larga duración”, escribieron los investigadores.
El impacto del fármaco fue más obvio en el sur, donde las tasas de obesidad cayeron al 45% desde el 46% del año anterior. En esa región, el 6% de los residentes recibieron de media una receta para medicamentos contra la diabetes y la pérdida de peso, frente al 5,1% de los del Medio Oeste, el 4,4% de los del Noreste y el 3,4% de los del Oeste.
Las tasas de obesidad en otras regiones se mantuvieron estables, excepto en el Oeste, donde subieron.
Los investigadores advirtieron que el Sur experimentó un número desproporcionadamente alto de muertes por Covid-19 entre individuos con obesidad, lo que podría haber influido en sus hallazgos. Sin embargo, el mayor número de muertes por coronavirus se produjo antes de 2023, por lo que no explicaría todo el descenso, señalaron.
Leer más: Lilly probará fármacos contra la obesidad para tratar adicciones en 2025, dijo su CEO
Rader espera ver reducciones en las afecciones relacionadas con la obesidad, como las enfermedades cardiovasculares, a medida que mejore el acceso a los medicamentos. Actualmente, menos de 20 programas estatales de Medicaid los cubren para perder peso. Medicare, el plan de salud del gobierno para los estadounidenses de más edad, no cubre actualmente los fármacos para perder peso, aunque una propuesta de la administración Biden podría cambiar esto pronto. Alrededor del 60% de los empleadores han optado por cubrir las inyecciones para sus empleados.
Lea más en Bloomberg.com
