Bloomberg — La inflación subyacente de Estados Unidos subió más de lo previsto en septiembre, lo que supone una pausa en el reciente avance hacia la moderación de las presiones sobre los precios.
El llamado índice de precios al consumo subyacente -que excluye los costes de alimentación y energía- aumentó un 0,3% respecto a agosto y un 3,3% respecto a hace un año, según mostraron el jueves las cifras de la Oficina de Estadísticas Laborales.
Los economistas consideran que el índice subyacente es mejor indicador de la inflación que el IPC general, que subió un 0,2% respecto al mes anterior y un 2,4% respecto al año anterior, lo que sigue siendo la tasa anual más baja desde principios de 2021 y se debe en gran medida al abaratamiento de los precios de la energía.
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El informe indica que la vivienda y los alimentos combinados representaron más del 75% del avance mensual general.
Las cifras de inflación, superiores a las esperadas, junto con el extraordinario informe sobre el empleo en EE.UU. de la semana pasada, probablemente amplificarán el debate sobre si la Reserva Federal optará por un pequeño recorte de las tasas de interés el mes que viene o hará una pausa tras la gran reducción de septiembre.
Los funcionarios han previsto otro recorte de medio punto para finales de año, y muchos han dicho que están atentos a la evolución del mercado laboral.
Los futuros bursátiles y los rendimientos del Tesoro bajaron, mientras que el dólar apenas varió. Los operadores ven más probabilidades de que la Fed recorte las tasas en 25 puntos básicos el mes que viene.
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La Reserva Federal comenzó a bajar las tasas de interés en septiembre, con una reducción de 50 puntos básicos, debido al continuo avance de la inflación y a una serie de datos débiles sobre el mercado laboral. Las minutas de la reunión publicadas el miércoles indican que hubo un intenso debate sobre la magnitud del recorte, y los funcionarios que han hablado desde entonces dicen que están a favor de un enfoque gradual.
A pesar de los datos, la inflación sigue en gran medida una tendencia a la baja. El indicador preferido de la Reserva Federal, conocido como índice de precios de los gastos de consumo personal, ha tendido a acercarse al objetivo del 2% fijado por el banco central.
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