Bloomberg — Tim Cook, CEO de Apple Inc (AAPL), tiene previsto asistir a la toma de posesión del presidente electo Donald Trump la próxima semana, el último de una oleada de líderes de Silicon Valley que viajan a Washington para la ceremonia.
También se espera que asistan el fundador de Amazon.com Inc (AMZN), Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, de Meta Platforms Inc (META), y Elon Musk, el multimillonario consejero delegado de Tesla Inc (TSLA) que se ha convertido rápidamente en uno de los principales partidarios y apoyos financieros de Trump.
Los asistentes a la inauguración fueron descritos por una persona familiarizada con el asunto bajo condición de anonimato. Apple declinó hacer comentarios.
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La comparecencia de los titanes tecnológicos se produce en un momento en que la industria ha tratado de calentar las relaciones con Trump tras su victoria el pasado noviembre, y a pesar de los frecuentes enfrentamientos durante su primer mandato. Muchos, incluido Cook, han viajado a la finca Mar-a-Lago de Trump en Florida, donde el presidente electo y Musk han mantenido una serie de reuniones y cenas privadas para discutir los planes para el próximo mandato.
El presidente entrante ha recaudado US$200 millones para su investidura, según una persona familiarizada con el esfuerzo de recaudación de fondos, pulverizando récords anteriores y subrayando los esfuerzos corporativos para establecer una buena relación con la nueva administración.
Para Apple en particular, la empresa está ansiosa por evitar nuevos aranceles sobre su emblemático iPhone, así como las medidas reguladoras europeas sobre su App Store. Cook aprovechó una relación personal con Trump durante su primer mandato para conseguir exenciones arancelarias para los productos de Apple.
Poco después de las elecciones, Cook publicó en las redes sociales que la empresa estaba "deseando colaborar con usted y con su administración para ayudar a garantizar que Estados Unidos siga liderando y siendo impulsado por el ingenio, la innovación y la creatividad".
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Pero Trump también ha polemizado con la compañía por sus políticas de privacidad, afirmando que debería hacer más para ayudar a las fuerzas de seguridad federales a acceder a teléfonos y aplicaciones encriptados. Durante años, Apple se ha resistido a las peticiones de las fuerzas de seguridad para construir una puerta trasera en el sistema operativo de sus teléfonos que permitiera a las autoridades acceder a los datos sin la contraseña del usuario, alegando que ese código podría ser explotado por piratas informáticos.
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