Bloomberg — Las autoridades estadounidenses advierten que el Estado Islámico intentará utilizar el letal ataque de Año Nuevo en Nueva Orleans para incitar más actos de violencia, aunque afirman que no hay señales de que el grupo haya dirigido el incidente, según una evaluación obtenida por Bloomberg News.
Las autoridades afirman que el sospechoso del ataque, el veterano del ejército estadounidense Shamsud-Din Jabbar, publicó videos en línea en los que prometía apoyo al grupo antes de conducir una camioneta Ford por una concurrida calle del Barrio Francés durante las celebraciones de Año Nuevo, matando a 15 personas. Las autoridades dijeron que tenía una bandera del Estado Islámico en el vehículo alquilado.
El ataque fue el segundo más letal en suelo estadounidense vinculado a un grupo terrorista extranjero desde los ataques del 11 de septiembre de 2001 por Al Qaeda y ha sido celebrado por partidarios del Estado Islámico en línea, según muestra la evaluación del Grupo de Trabajo Conjunto contra el Terrorismo del Buró Federal de Investigaciones.
“El uso de múltiples tácticas por parte del agresor y su experiencia militar en Estados Unidos probablemente también serán intensamente explotados por ISIS en propaganda destinada a movilizar a otros extremistas violentos locales (HVEs) a cometer actos de violencia similares”, señala la evaluación, utilizando un acrónimo para el Estado Islámico de Irak y Siria.
“El ataque de Bourbon Street pone de relieve que los extremistas violentos siguen considerando las aceras densamente pobladas, los desfiles, las reuniones masivas y otros eventos al aire libre a lo largo de las calles, especialmente durante los días festivos, como objetivos vulnerables de oportunidad”, afirmó.
La presencia de la bandera y el apoyo prometido por Jabbar ayudan a explicar por qué las autoridades se apresuraron a calificar el ataque mortal como un acto de terrorismo. Si bien las autoridades han dicho durante años que el Estado Islámico ha sido derrotado en gran medida, los investigadores dicen que ha inspirado más ataques en los últimos años y aumentan las preocupaciones sobre su resurgimiento en su antiguo bastión de Siria.
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Los investigadores siguen investigando los vínculos de Jabbar con el grupo y cómo pudo haberse radicalizado y llevado a perpetrar el ataque. Jabbar también tenía problemas personales y financieros, según numerosos informes, por lo que es posible que estuviera buscando una causa a la que adherirse, dijo Vanda Felbab-Brown, directora de la Iniciativa sobre Actores Armados No Estatales de la Brookings Institution.
Las autoridades estadounidenses no han encontrado hasta el momento ninguna evidencia que demuestre que el Estado Islámico dirigió el ataque, según un funcionario que pidió no ser identificado hablando sobre los detalles de la investigación.
“Si esto se originó a partir de operaciones de reclutamiento del Estado Islámico, sería un panorama mucho más preocupante que si se trata de un acto de un individuo que bien podría no tener ninguna ideología y tomar un arma y disparar en un club nocturno”, dijo Felbab-Brown. “La amenaza terrorista internacional no es tan grande como lo era hace 20 años, pero sigue siendo sustancial”.
Desde 2019, cuando el entonces presidente Donald Trump declaró que el llamado califato del grupo había sido derrotado, el Estado Islámico ha hecho “metástasis” en otros lugares, desde Afganistán hasta la región africana del Sahel, dijo Clara Broekaert, investigadora del Centro Soufan que se centra en el terrorismo. Mozambique está lidiando con una insurgencia vinculada al Estado Islámico, mientras que, según se informa, el grupo ha estado detrás de ataques en Somalia.
El Estado Islámico Khorasan, una rama que opera en Pakistán y Afganistán, ha concentrado sus esfuerzos en ataques fuera de su territorio, afirmó. El grupo ha intensificado sus operaciones de propaganda a raíz de las medidas represivas en las redes sociales, publicando en sus propias plataformas y empleando sofisticados servicios de traducción para ampliar su alcance.
En el año 2024 “se vieron unos cinco intentos frustrados del Estado Islámico, lo que supone un aumento significativo desde 2023″, afirmó Broekaert. La mayoría de los intentos, tanto los que tuvieron éxito como los que fracasaron, fueron inspirados por el Estado Islámico, en lugar de dirigidos por el grupo, afirmó.
En Siria, donde los rebeldes islamistas derrocaron al régimen del presidente Bashar al-Assad, han aumentado las preocupaciones sobre el Estado Islámico. En diciembre, Estados Unidos lanzó unos 75 ataques aéreos contra objetivos del Estado Islámico en un intento de impedir que se reagrupara.
El poder del grupo se ha reducido drásticamente desde su apogeo alrededor de 2014 y 2015, cuando gobernaba un vasto territorio que abarcaba partes de Irak y Siria, según Daniel Byman, director del Programa de Guerra, Amenazas Irregulares y Terrorismo del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
“A medida que pierde éxito, se vuelve menos inspirador”, dijo Byman. “Pero no ha desaparecido por completo”.
Más recientemente, las autoridades han culpado al Estado Islámico de Khorasan por el ataque de marzo al recinto de conciertos Crocus City Hall en Moscú, mientras que el sospechoso de un complot frustrado para atacar un concierto de Taylor Swift en Viena en agosto habría estado inspirado por el Estado Islámico.
Estados Unidos mantiene desde hace tiempo una presencia militar en el noreste de Siria en un intento de impedir que el grupo se reconstituya. Según el Pentágono, esa cifra incluye aproximadamente 2.000 soldados antes de la caída del régimen de Asad.
“Este es un momento de vulnerabilidad en el que ISIS buscará reagruparse, aprovechando la transición en Siria”, dijo el secretario de Estado Antony Blinken a los periodistas el mes pasado.
Las autoridades estadounidenses han luchado durante mucho tiempo para prevenir ataques de “lobos solitarios” cometidos por estadounidenses radicalizados o inspirados por el Estado Islámico u otros grupos terroristas islamistas, incluida Al Qaeda.
La evaluación del Grupo de Trabajo Conjunto contra el Terrorismo no indicó cuál había sido el ataque terrorista más letal en suelo estadounidense desde el 11 de septiembre.
En 2016, Omar Mateen mató a 49 personas en el club nocturno Pulse de Orlando (Florida). El atacante, nacido en Nueva York, había hablado de jurar lealtad a un grupo terrorista.
El esposo y la esposa Syed Rizwan Farook y Tashfeen Malik mataron a 14 personas en una fiesta de vacaciones de la oficina en San Bernardino, California, en diciembre de 2015, en un ataque que las autoridades dijeron que fue inspirado por el Estado Islámico pero no dirigido por él.
Nidal Hasan, mayor del ejército estadounidense y psiquiatra, mató a 13 personas e hirió a más de 30 en Fort Hood en 2009, inspirado en parte por Anwar al-Awlaki, ciudadano estadounidense y miembro de Al Qaeda muerto en un ataque con aviones no tripulados estadounidenses en Yemen en 2011.
Las personas que encajan en la descripción de “lobo solitario” generalmente son menos hábiles porque carecen del entrenamiento formal que proporcionan los grupos terroristas, pero son más difíciles de detener porque no están en el radar de las autoridades, dijo Byman del CSIS.
“El terrorismo en general es muy oportunista”, dijo Broekaert, del Centro Soufan. Dijo que las celebraciones de las fiestas han sido el blanco de ataques por su combinación de grandes multitudes y simbolismo.
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