Bloomberg — La economía estadounidense se contrajo a principios de año, frenada por el descenso del gasto de los consumidores e importaciones aún mayores de lo inicialmente previsto.
El Producto Interno Bruto (PIB) disminuyó a un ritmo anualizado del 0,2% en el primer trimestre, según la segunda estimación de la Oficina de Análisis Económico publicada este jueves. Esto contrasta con la caída del 0,3% inicialmente comunicada.
El principal motor del crecimiento de la economía, el gasto del consumidor, avanzó un 1,2%, frente a la estimación inicial del 1,8%. Las exportaciones netas restaron 4,9 puntos porcentuales, ligeramente más que la primera proyección.
Las cifras del PIB se revisan varias veces a medida que se dispone de más datos, lo que permite al gobierno ajustar sus estimaciones. La primera proyección, publicada a finales de abril, mostraba que la economía se había contraído por primera vez desde 2022. La estimación definitiva se dará a conocer el mes que viene.
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El crecimiento económico se vio arrastrado a principios de año por un aumento de las importaciones, ya que las empresas estadounidenses trataron de adelantarse a los aranceles del presidente Donald Trump. Un gasto de los consumidores más moderado, así como un descenso del gasto del Gobierno federal, también lastraron la cifra.
Desde entonces, la Casa Blanca ha retirado o retrasado algunos de los gravámenes más punitivos, y la mayoría de los aranceles han sido bloqueados por un tribunal comercial estadounidense. Aunque las pausas han ayudado a calmar las preocupaciones de los estadounidenses sobre la economía y han llevado a muchos economistas a desechar sus pronósticos de recesión, las tasas arancelarias siguen siendo sustancialmente más altas que antes de que Trump asumiera el cargo.
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Los pronosticadores esperan en gran medida que el PIB repunte en el segundo trimestre, ya que los aranceles más altos desalientan las importaciones, y los bienes ya traídos se acumularán en inventarios más grandes que se suman al crecimiento. Más allá de eso, los economistas y los responsables políticos prestarán mucha atención a cómo las políticas de Trump -incluido el comercio, pero también la inmigración y los impuestos- afectarán al gasto de los consumidores y las empresas en el futuro.
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