El mandatario electo Donald Trump, cuando fue presidente entre 2017 y 2021, solía criticar al titular de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell; primero, por subir las tasas de interés, y luego, por no bajarlas tanto como él quería. Cuando en octubre le preguntaron, en el Club Económico de Chicago, si mantendría a Powell para otro mandato, Trump no contestó la pregunta, pero dejó claro que seguiría intentando influir en la Fed, organismo que toma sus decisiones sin consultar al Poder Ejecutivo.
No está claro que Trump quiera echar a Powell, pero tampoco tiene herramientas para hacerlo. Hasta la fecha, ningún presidente de la Fed ha sido destituido de su cargo desde la creación de la institución en 1913.
Por otro lado, Powell ha declarado que no cree que el presidente de Estados Unidos tenga potestad para destituirlo y ha señalado que no renunciaría si se lo pidieran.
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El mandato de Powell
Jerome Powell finalizará su mandato como presidente de la Reserva Federal (Fed) el 15 de mayo de 2026. Sin embargo, su cargo como gobernador de la Junta de la Fed tiene una duración mayor, finalizando en enero de 2028. Esto se debe a que los mandatos para el cargo de presidente y de gobernador son independientes en duración.
Powell fue elegido en 2012 por el expresidente demócrata Barack Obama para formar parte de la Junta de Gobernadores de la Fed. El segundo paso fue cuando el propio Trump lo ascendió a presidente del banco central estadounidense, el 2 de noviembre de 2017, apostando por la continuidad en la política monetaria estadounidense en previsión del fin del mandato de Janet Yellen como presidenta en febrero de 2018.
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¿Puede Trump sacar a Jerome Powell?
Un informe publicado por el holding financiero suizo Mirabaud destaca que Trump no tiene los medios para deshacerse de Powell (si es que quisiera hacerlo) y repasa lo que dice la normativa estadounidense: “La Ley de la Reserva Federal es bastante vaga al respecto. Especifica que un presidente puede destituir a un gobernador (lo que podría incluir al presidente de la Fed) por causa justificada y no por razones políticas.
Según informes periciales, la causa justificada implica un mal desempeño de funciones, la revelación no autorizada de información confidencial, un comportamiento personal inadecuado (como el acoso sexual) o el incumplimiento de las obligaciones del cargo. Sin embargo, si así fuera, el “asunto” se remitiría al Congreso para que se pronunciara.
En otras palabras, destaca Mirabaud, Trump puede estar descontento con el presidente de la Reserva Federal, pero no tiene poder para destituir al presidente del banco central o de cualquier otra agencia independiente.
¿Cómo puede influir Trump en la política monetaria?
Ahora bien, ¿qué acciones puede llevar a cabo Trump para interferir en la política monetaria de Estados Unidos? Al respecto, el informe de Mirabaud resume:
- Presión: es el presidente de los Estados Unidos quien nombra al presidente de la Reserva Federal, esperando (indirectamente) que comprometa su lealtad o su complacencia. No puede despedirlo directamente, pero puede ejercer una fuerte presión para que dimita. El informe recuerda que el expresidente de la Fed, Thomas McCabe, se vio obligado a dimitir tras un enfrentamiento con la administración de Harry Truman. William Miller estuvo al frente de la Fed durante un año antes de que Jimmy Carter lo trasladara al Tesoro estadounidense.
- Quejas: contrariamente a la creencia popular, un presidente estadounidense tiene todas las oportunidades para criticar a la Reserva Federal de Estados Unidos. En el pasado, los presidentes Lyndon Johnson y Richard Nixon ejercieron una presión considerable sobre la Reserva Federal estadounidense, acusándola de querer subir los tipos de interés. El presidente de la Reserva Federal, Paul Volker, recibió incluso una orden directa de Ronald Reagan instándole a no subir las tasas antes de las elecciones presidenciales de 1984. Más recientemente, George H. W. Bush criticó duramente a Alan Greenspan en 1992 por sus numerosas bajadas de tipos (13 entre 1991 y 1992).
- Cambio de miembros de la Fed: Trump podría sustituir gradualmente a algunos de los colegas de Jerome Powell en la Fed, con la oportunidad de remodelar su composición. De hecho, a principios de 2026 quedará vacante un puesto de gobernador en el Consejo de la Fed, mientras que el mandato del vicepresidente encargado de la supervisión bancaria finaliza a mediados de 2026, y otro vicepresidente verá cómo termina su mandato en 2027.
Estos nombramientos darían a Trump la oportunidad de influir en la dirección de la política monetaria y la regulación bancaria de la Fed, especialmente con un Senado republicano que facilitaría la confirmación de candidatos que compartan sus propias opiniones económicas. Incluso, como se mencionó, el propio Powell termina su mandato dentro del período de Gobierno de Donald Trump.
“Tenemos nuestras dudas sobre si el presidente estadounidense quiere realmente despedir al presidente de la Fed, Powell”, sostiene Mirabaud. Y agrega: “Las consecuencias serían dramáticas para la confianza de los inversores y, por supuesto, para los mercados financieros. Sin embargo, podemos imaginar que si los tipos de interés no se movieran en la dirección ‘correcta’, el enfado de Trump podría aumentar”.
Posibles reemplazos
El estudio de Mirabaud enumera los posibles reemplazantes para el cargo de presidente de la Fed, una vez que Powell deje su puesto:
- Judy Shelton: polémica economista y exasesora de Trump; Shelton es conocida por sus posturas poco ortodoxas y su apoyo a una vuelta parcial al patrón oro. Anteriormente fue nominada por Trump para un puesto en la Fed en 2020, aunque su confirmación fracasó.
- Christopher Waller: actualmente es miembro de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal; Waller es respetado en los círculos financieros y podría ser una opción más consensuada, aunque comparte algunas opiniones favorables al crecimiento.
- Larry Kudlow: antiguo asesor económico de Trump y presentador de Fox Business; Kudlow es un firme defensor de las políticas favorables al crecimiento y la desregulación. Su estilo encaja bien con el enfoque económico de Trump, aunque no tenga un pasado directo en la Fed.
- Kevin Warsh: exgobernador de la Fed y figura influyente entre los conservadores económicos, Warsh ya había sido propuesto para el puesto en 2017. Podría ofrecer un enfoque más riguroso y ortodoxo, al tiempo que estaría en línea con ciertas políticas favorables al crecimiento.
- John Williams: aunque es presidente de la Fed de Nueva York, es generalmente neutral, pero también podría ser una opción aceptable para una administración Trump debido a su sólida experiencia en política monetaria. Se le considera moderado y pragmático, lo que podría encajar con un enfoque centrado en la estabilidad económica.
- Randal Quarles: sería el más cercano al enfoque de Trump. Exvicepresidente de supervisión de la Fed, Quarles fue nombrado por Trump y es conocido por su visión favorable a una regulación bancaria más flexible, en línea con la política de desregulación que ha apoyado Trump. Es respetado en los círculos financieros y se considera que tiene una postura más acomodaticia hacia los mercados.
- Mohamed El-Erian: aunque más improbable, el economista y estratega jefe de Allianz es respetado en los círculos financieros y tiene amplia experiencia en los mercados internacionales. Podría representar una elección inesperada pero pragmática para Trump.