El viernes 11 de octubre, el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, participó de un encuentro político en Aurora, Colorado, en el que prometió una embestida en contra de los inmigrantes sin papeles. Concretamente, invocó como solución al problema de la inmigración: la ley de extranjeros enemigos (Alien Enemies Act), promulgada en 1798, y que el presidente demócrata Franklin Delano Roosevelt utilizó para encarcelar a familias enteras de inmigrantes de origen italiano, alemán y principalmente japonés durante la Segunda Guerra Mundial.
No fue la primera ni la última vez que el líder republicano hizo alusión al uso de aquella ley. Tras aquel mitín de Colorado, Trump volvió a la carga y, en un artículo de opinión publicado en el Des Moines Register, prometió: “Usaré la Ley de Enemigos Extranjeros para expulsar de Estados Unidos a los miembros de pandillas, traficantes de drogas o miembros de cárteles conocidos o sospechosos”.
El futuro mandatario agregó: “Transferiremos porciones masivas de la aplicación de la ley federal a la aplicación de la ley de inmigración”.
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Según un artículo de la agencia de noticias EFE, esta ley fue utilizada solamente en tiempos de guerra.
¿De qué se trata esta ley?
Las leyes de extranjería y sedición fueron un conjunto de cuatro normas promulgadas en 1798, que impusieron restricciones a la inmigración y la libertad de expresión en los Estados Unidos.
La Ley de Naturalización de 1798 aumentó los requisitos para solicitar la ciudadanía; la Ley de Amigos Extranjeros de 1798 permitió al presidente encarcelar y deportar a los no ciudadanos; la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 otorgó al presidente poderes adicionales para detener a los no ciudadanos en tiempos de guerra; y la Ley de Sedición de 1798 criminalizó las declaraciones falsas y maliciosas contra el gobierno federal.
La Ley de Amigos Extranjeros y la Ley de Sedición expiraron después de un número determinado de años, y la Ley de Naturalización fue derogada en 1802. La Ley de Enemigos Extranjeros sigue vigente.
En concreto, la Ley de Enemigos Extranjeros fue promulgada para complementar la Ley de Amigos Extranjeros, otorgando al gobierno poderes adicionales para regular a los no ciudadanos. Bajo esta ley, el presidente podía autorizar el arresto, reubicación o deportación de cualquier hombre mayor de 14 años originario de un país enemigo extranjero. También proporcionaba algunas protecciones legales para aquellos sujetos a la ley.
Ahora, en 2024, el expresidente Donald Trump anunció semanas atrás que, si fuera elegido presidente para un segundo mandato, invocaría la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para agilizar la remoción de no ciudadanos y redes criminales que operan en los Estados Unidos.
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Críticas a esta normativa
Según una columna de opinión publicada por Katherine Yon Ebright, de Brennan Center, esta ley es es “anticuada, peligrosa y propensa al abuso”.
Entre las críticas que la analista hace a dicha ley sobresalen:
- “Esta ley le permite al presidente aplicar esta facultad contra un extenso grupo de personas no ciudadanas, incluidas todas las personas nativas, ciudadanas, habitantes o súbditas de la nación o gobierno hostil”.
- “No distingue entre las personas no ciudadanas que se encuentran en los Estados Unidos ilegalmente y las que tienen un estado inmigratorio legal, como la residencia permanente. Tampoco distingue entre personas no ciudadanas leales y desleales”.
- “La Ley de Enemigos Extranjeros no le exige al presidente determinar ni siquiera creer que las personas no ciudadanas detenidas o deportadas representan una amenaza para la seguridad nacional. Solo basta con haber nacido o residido en el país incorrecto o tener un pasaporte de ese país”.
- “Dado que la Ley de Enemigos Extranjeros no le exige al presidente demostrar ningún comportamiento ilícito ni amenaza por parte de las personas no ciudadanas afectadas, la ley no les concede ninguna oportunidad de presentar pruebas de su lealtad a los Estados Unidos”.
- “No hay ningún procesamiento mediante el cual puedan apelar a la decisión presidencial de detención o deportación. Cuando se han presentado casos de habeas corpus de personas no ciudadanas detenidas, los tribunales, por lo general, han restringido su revisión judicial y se han limitado a determinar si la persona detenida era, en efecto, no ciudadana con una conexión obligatoria —lugar de nacimiento, ciudadanía o residencia— a la nación o al gobierno hostil”.
La Ley de Enemigos Extranjeros se ha empleado tres veces, las tres durante una guerra declarada: la Guerra de 1812, la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial.