Bloomberg — El gobierno del presidente Joe Biden está a punto de iniciar una investigación comercial sobre los semiconductores chinos en los próximos días, como parte de un impulso para reducir la dependencia de una tecnología que los funcionarios estadounidenses creen que plantea riesgos para la seguridad nacional.
La investigación podría dar lugar a aranceles u otras medidas para restringir las importaciones de semiconductores de modelos antiguos y los productos que los contienen, incluidos dispositivos médicos, automóviles, teléfonos inteligentes y armamento, según personas familiarizadas con el asunto.
La investigación que examina los llamados chips fundacionales podría tardar meses en concluir, lo que significa que cualquier reacción a los hallazgos quedará a discreción del equipo entrante del presidente electo Donald Trump.
Los funcionarios de Biden han debatido durante meses si iniciar la investigación en virtud de la Sección 301, que permite a EE.UU. imponer restricciones a los países con prácticas comerciales desleales, dijeron las personas. Esta semana, los funcionarios de la Casa Blanca acordaron seguir adelante con la investigación que podría ayudar a proteger la industria estadounidense de chips.
Aprobar ahora la investigación significa que la nueva administración Trump tendrá probablemente la opción de imponer restricciones comerciales para proteger la producción nacional de semiconductores en los primeros meses del mandato del presidente electo.
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Reforzar la industria estadounidense de semiconductores ha sido un objetivo clave para Biden, que ha tomado medidas agresivas para limitar la exportación de tecnología avanzada estadounidense a China. Biden promulgó una ley que proporcionaba miles de millones de dólares en incentivos para que los fabricantes de chips construyeran fábricas de semiconductores en EE.UU. con el fin de paliar la necesidad de chips más baratos fabricados en China.
Los portavoces del Consejo de Seguridad Nacional y del Representante de Comercio de EEUU declinaron hacer comentarios.
Competencia mundial
La Casa Blanca ha aprovechado los dos últimos años para aplicar restricciones a la exportación de semiconductores avanzados fabricados con tecnología estadounidense y de sus aliados. Pero mientras tanto, China ha sido capaz de fabricar los tipos de semiconductores más antiguos y ampliamente disponibles a un coste inferior al de sus competidores.
A los funcionarios de Biden les preocupa que, sin restricciones, Pekín inunde los mercados estadounidense y mundial con chips baratos que subcoticen a otras empresas y las dejen fuera del negocio.
En mayo, la Casa Blanca anunció que aumentará los aranceles sobre los semiconductores chinos heredados de la actual tasa del 25% al 50% para 2025. Pero el equipo de Biden coincidió en gran medida en que eso no era suficiente para evitar una perturbación del mercado en el futuro, sobre todo teniendo en cuenta que EE.UU. pretende aumentar la producción nacional de semiconductores.
Para imponer esos aranceles, Biden utilizó la misma autoridad que empleó Trump para imponer más de US$300.000 millones en aranceles a productos chinos durante su primer mandato.
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