Bloomberg — El presidente Joe Biden declaró que Israel había alcanzado un acuerdo de alto al fuego con el grupo militante libanés Hezbolá tras semanas de conversaciones con la mediación de Estados Unidos, y saludó el acuerdo como un paso importante para poner fin a un conflicto que ha matado a miles de personas.
Biden habló con los líderes de Israel y Líbano, y dijo en la Casa Blanca que todas las partes habían acordado un pacto que “pondría fin al devastador conflicto entre Israel y Hezbolá”. Biden dijo que Estados Unidos “sigue preparado para concluir una serie de acuerdos históricos con Arabia Saudita que incluyan un pacto de seguridad y garantías económicas” para la región.
Today, I have good news to report from the Middle East.
— President Biden (@POTUS) November 26, 2024
I have spoken to the Prime Ministers of Lebanon and Israel. And I am pleased to announce:
They have accepted the United States’ proposal to end the devastating conflict between Israel and Hezbollah.
A primera hora de este martes, el primer ministro Benjamin Netanyahu dijo que sometería la propuesta de alto al fuego a la votación de su gabinete de seguridad. Dijo que ahora Israel podría centrarse en “la amenaza iraní” y aumentar la presión sobre Hamás en la Franja de Gaza.
La propuesta de tregua se produjo después de que uno de los principales enviados de Biden para Oriente Medio, Amos Hochstein, viajara entre Israel y el Líbano en un intento de poner fin al conflicto antes de que el presidente electo Donald Trump asuma la Casa Blanca en enero. Tanto Hezbolá como Hamás están catalogadas como organizaciones terroristas por Estados Unidos y muchos otros países.
Biden y el presidente francés, Emmanuel Macron, emitieron una declaración conjunta en la que prometieron que sus naciones “trabajarán con Israel y el Líbano para garantizar que este acuerdo se implemente y se haga cumplir plenamente” y para evitar “otro ciclo de violencia”.
El acuerdo podría allanar el camino hacia un alto al fuego más duradero tras más de un año de enfrentamientos que han destruido la zona fronteriza entre Líbano e Israel y han visto cómo Israel bombardeaba partes de Beirut, así como otras ciudades libanesas.
En las horas previas a la intervención de Biden, la aviación israelí llevó a cabo algunos de sus ataques más intensos sobre Beirut.
Las negociaciones para un alto el fuego a largo plazo probablemente serán complicadas. Israel quiere que Hezbolá retire sus combatientes y armas de la región fronteriza en el sur del Líbano, y que las fuerzas de las Naciones Unidas y el ejército libanés patrullen la zona para garantizar que eso suceda.
Esos eran los requisitos de una resolución de la ONU, conocida como 1701, que puso fin a una guerra de 2006 entre los dos bandos. Un obstáculo clave para una tregua en este conflicto ha sido la insistencia de Israel en poder seguir atacando posiciones de Hezbolá si consideraba que el grupo estaba incumpliendo los términos de cualquier acuerdo de alto el fuego.
El primer ministro del Líbano, Najob Mikati, dijo que su gobierno estaba comprometido a reforzar la presencia de su ejército a lo largo de la frontera con Israel como parte del plan de alto el fuego, según la Agencia Nacional de Noticias estatal.
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Pero Netanyahu dijo en sus comentarios que la duración de la tregua depende de los acontecimientos en el Líbano. “Si Hezbolá decide rearmarse, atacaremos”, afirmó.
El alto el fuego tampoco fue unánime en el gabinete de seguridad de Israel. El ministro de Seguridad Nacional, de línea dura, Itamar Ben Gvir, votó en contra del acuerdo y publicó en X que se trata de “un grave error. Un alto el fuego en esta etapa no devolverá a los residentes del norte a sus hogares, no disuadirá a Hezbolá y, de hecho, perderá una oportunidad histórica de golpearlos con fuerza y ponerlos de rodillas”.
Los precios del petróleo y del oro han caído esta semana y los operadores son optimistas respecto de que una tregua ayudaría a calmar a Medio Oriente. El shekel israelí también se ha fortalecido.
Unas 3.100 personas han muerto en el Líbano por los ataques y la ofensiva terrestre israelíes en los dos últimos meses y 1,2 millones, más de una quinta parte de la población, han sido desplazadas.
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