Al pulso comercial con EE.UU., China responde con prudencia y medidas que trascienden los aranceles

A diferencia de la guerra mercantil desatada por la primera Administración de Donald Trump, China ha mostrado una cara más negociadora

Donald Trump, à direita, e Xi Jinping
12 de febrero, 2025 | 04:00 AM

Bloomberg Línea — El presidente Donald Trump inició una nueva guerra comercial con China con la imposición de un arancel del 10% sobre bienes de la potencia asiática que, por ahora, ha apelado más a la paciencia y las negociaciones que a la confrontación directa.

Mientras que Trump puso en vigor una serie de nuevos aranceles para bloquear la influencia de China en el comercio mundial, bajo el argumento que requiere que el país asiático realice esfuerzos para frenar el tráfico ilegal del fentanilo, Pekín ha optado por responder con un conjunto más amplio de herramientas políticas, en vez de contestar con medidas similares, arancel por arancel, posiblemente para “demostrar” sus capacidades, según lo analizan desde el banco estadounidense Citi en un reporte.

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El pulso comercial entre las dos potencias económicas vuelve a retomarse luego de que en 2020 Estados Unidos y China firmaran la denominada Fase 1 de un acuerdo para rebajar las tensiones, con miras a lograr un “comercio justo y recíproco”, según dijo Trump en su momento.

Ver +: Donald Trump y el Canal de Panamá: ¿es posible que EE.UU. recupere su control?

Justo esta semana, el mandatario estadounidense lanzó una nueva embestida al anunciar un arancel del 25% a las importaciones de acero y aluminio, intensificando sus esfuerzos para proteger a industrias estadounidenses políticamente importantes.

En cambio, dice el banco estadounidense en el reporte, “las autoridades chinas parecen preferir la paciencia y las negociaciones” mientras “los inversores (por ahora) parecen optimistas sobre los últimos aranceles estadounidenses a China”.

Veneta Andonova, analista internacional y profesora Asociada de la Facultad de Administración en la Universidad de los Andes, señala que la reacción de China, efectivamente, ha sido “cauta y flexible” en comparación con los antecedentes en la primera Administración Trump (2017-2021).

Considera que China buscaría recordarle a Estados Unidos con este enfoque el grado de interdependencia entre sus intereses. “China está analizando y viendo la situación desde una mirada muy diferente, no desde una estrategia que técnicamente llamaríamos de retaliación, sino que amplió un poco la forma en la cual interpreta la situación más allá de lo estrictamente económico, tal como Trump lo hizo”, anotó.

En el informe titulado EM under “America First Trade Policy”: What’s Next, Who’s Exposed?, los analistas de Citi resumen las respuestas de China a los aranceles aplicados por Trump en cuatro medidas específicas:

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  • Aranceles: 15% sobre carbón y GNL, así como 10% sobre petróleo crudo, maquinaria agrícola y ciertos vehículos, que entraron en vigencia a partir del 10 de febrero.
  • Controles de exportación: China aplicará restricciones a las exportaciones a Estados Unidos de varios minerales críticos que son claves de cara a la transición energética. El endurecimiento de los controles de exportación aplicarán para la salida de cinco metales básicos: tungsteno, telurio, bismuto, molibdeno e indio. Estas medidas se toman en respuesta a los controles sobre las exportaciones estadounidenses de semiconductores avanzados. En el pasado, China ya ha aplicado restricciones de este tipo para bienes considerados de doble uso, es decir, que son productos o tecnologías con aplicaciones tanto civiles como militares.
  • Lista de entidades norteamericanas: la empresa de biotecnología Illumina y el minorista de moda PVH, matriz de Calvin Klein y Tommy Hilfiger, fueron incluidos en su lista de entidades no confiables. En septiembre pasado, había anunciado una investigación a PVH por supuestas “medidas discriminatorias” contra los productos de la región de Xinjiang.
  • Investigación antimonopolio: China ha anunciado investigaciones a Google por supuestas violaciones antimonopolio, aunque los servicios de búsqueda de Alphabet Inc. (GOOGL) no están disponibles en el país desde 2010.

Los analistas de Citi señalan que China podría negociar tema por tema, asumiendo riesgos arancelarios futuros, o buscar un acuerdo amplio que abarque múltiples asuntos. Por ejemplo, la potencia asiática podría ceder en el asunto del fentanilo para obtener un indulto arancelario, pero “con el riesgo de ser golpeado con aranceles sobre otro tema más tarde”.

Además, el creciente impacto comercial y de inversión de China en Latinoamérica enfrentaría mayores restricciones por parte de EE.UU., con un escrutinio más riguroso sobre la relación del gigante asiático con México, Centroamérica y Colombia.

En contraste, mercados como Brasil, Chile y Perú tendrían mayor margen para defender sus intereses y mantener un equilibrio en sus relaciones con China.

Según cifras recopiladas por el holding financiero Credicorp, China representa el 39,1% de las exportaciones chilenas, el 31,7% de las brasileñas y el 29,2% de las peruanas.

Ver +: China en LatAm: ¿cuáles son los países más endeudados y qué tan riesgoso es?

¿Por qué China está siendo más cauta en su respuesta a EE.UU. en esta ocasión?

La posición de negociación de China en esta ocasión se podría explicar en la actual situación económica del país, que en este momento es menos dinámica que durante la primera Administración de Donald Trump, aunque es probable que esté siendo más cauta en la respuesta buscando obtener una mejor ventaja.

La economía china se vio afectada desde el 2021 por cuenta de las fuertes restricciones impuestas por el Covid-19 al comercio internacional y recientemente se ha visto presionada ante el desplome del mercado inmobiliario.

Luego de siete años de continua ralentización, la economía del país creció en 2017 un 6,9% y en 2018 el PIB avanzó un 6,6%, lo que significó el peor registro desde 1990, pero estuvo encima de la expectativa oficial, de acuerdo a la Oficina Nacional de Estadísticas de China.

Ya en 2019 la economía creció un 6,1% y en 2020 avanzó un 2,3% a pesar del golpe de la pandemia en la economía mundial, para luego rebotar un 8,4%.

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Según cifras del Banco Mundial, en 2022 la economía de China creció un 3%, en 2023 avanzó un 5,2% y en el 2024 se desaceleró a 4,9%. La proyección es que en 2025 el PIB se expanda un 4,5% y en el 2026 un 4%, según cifras oficiales.

Si bien Citi estima impactos en el crecimiento de 0,3 puntos porcentuales en China en el caso de que EE.UU. mantenga los aranceles, pero también efectos indirectos más amplios al resto de los mercados emergentes, el analista financiero Gregorio Gandini cree que China podría estaría respondiendo de una manera más controlada para no deteriorar su economía, esperando a que las medidas más amplias de Trump afecten la economía estadounidense.

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“La estrategia parece ser no irse de frente, sino proteger la economía y buscar donde expandir su influencia política, como en Latinoamérica”, dijo Gandini.

La influencia de China en América Latina

Según un informe de 2023 de la Cepal, el intercambio comercial entre China y Latinoamérica y el Caribe multiplicó 35 veces su valor en este siglo, al pasar de los US$14.000 millones en 2000 a los US$500.000 millones en 2022, con lo que la potencia asiática se consolida como el segundo socio comercial de la región.

“Mientras que el valor de las exportaciones regionales a ese país se multiplicó por 49, el de las importaciones lo hizo por 30″, destacó la Cepal en el reporte Perspectivas del Comercio Internacional de la región.

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Gandini considera además que otra medida interesante que ha venido pasando desde hace tres años es que el Banco Central de China ha comprado oro de “forma masiva” para recomponer sus reservas internacionales y quitarle participación al dólar.

Según la Asociación del Oro del país asiático, el año pasado la producción de oro china llegó a 377,24 toneladas, un 0,56% más frente a 2023.

Ver +: Los millonarios números detrás del aumento de la influencia china en LatAm este siglo

En los mercados financieros, las reservas de fondos cotizados respaldados por oro (ETF) en el mercado chino llegaron a 114,73 toneladas en 2024, lo que representó un avance del 86,66%.

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Dante Romano, investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral y consultor en fyo, explica que China ha respondido de manera distinta a EE.UU. en comparación con 2018 en la medida en la que la realidad de ambas potencias ha cambiado.

Desde la perspectiva de los agronegocios, en los últimos tres años las importaciones chinas de soja se han estancado debido a dificultades económicas y el consumo se ha retraído.

Además, tras la guerra comercial, China ha reducido su dependencia de EE.UU. y ha incrementado sus compras de soja en Brasil.

En 2024, las importaciones chinas de soja procedentes de Estados Unidos cayeron un 5,7%.

No obstante, China “no tiene el mismo capital para tener un enfrentamiento contra EE.UU.” en comparación a la primera Administración Trump, opina Dante Romano.

Por su parte, EE.UU. ha fomentado su industria de biocombustibles, lo que ha aumentado el consumo interno de soja y reducido su necesidad de exportarla.

Romano considera que la actual tensión comercial no ha tomado por sorpresa al mercado, ya que desde el ascenso de Trump en las encuestas, China ha anticipado compras en EE.UU. y ha fortalecido su abastecimiento desde Sudamérica.

En caso de represalias comerciales, considera que el impacto sobre la soja se vería a final de año, ya que EE.UU. exporta a China principalmente entre octubre y diciembre.

Félix Valdivieso, director del centro de investigación IE China Observatory, dice que “todo apunta a que los chinos se han adherido a una estrategia de no escalada, no respondiendo con medidas de la misma envergadura, sino dejando que los propios aranceles de Trump perjudiquen la economía estadounidense”.

Según dice, las estimaciones apuntan a que estos impuestos costarán a EE.UU. más de US$100.000 millones de entre 2025 y 2040.

Ver +: ¿Cuál será el rol de China en Latam en 2025? Los puntos claves en su relación