Bloomberg — La administración Biden eludió su propio plazo de 30 días para que Israel proporcione una ayuda humanitaria significativamente mayor a la Franja de Gaza o se enfrente a un corte de armas, afirmando que se han hecho progresos a pesar de que los grupos de ayuda advierten de una hambruna inminente.
Israel ha hecho lo suficiente para calmar las preocupaciones de EE.UU. pero necesita hacer más, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel, en una sesión informativa el martes en Washington.
“Nosotros, en este momento, no hemos hecho una evaluación de que los israelíes estén violando la ley estadounidense”, dijo Patel a los periodistas. “Si no vemos que se están tomando medidas, por supuesto haremos cumplir adecuadamente la ley estadounidense”.
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La decisión se produce después de que el secretario de Estado, Antony Blinken, y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, advirtieran en una carta conjunta fechada el 13 de octubre a sus homólogos israelíes de la situación “cada vez más grave” en Gaza y dieran a Israel 30 días para mejorar la situación. La carta se hizo pública aunque su intención era marcar un hito en privado.
La carta de octubre hacía hincapié en que una ley estadounidense exige a los países que reciben armas estadounidenses que “faciliten y no denieguen, restrinjan o impidan arbitrariamente” la ayuda humanitaria proporcionada o apoyada por Estados Unidos.
Sin embargo, los grupos de ayuda cuestionaron las conclusiones de EE.UU. sobre la mejora de la ayuda.
El martes, ocho grupos, entre ellos Oxfam y Save the Children, afirmaron que Israel no ha cumplido los criterios específicos establecidos en la carta y que las acciones de Israel en realidad han “empeorado drásticamente” la situación dentro de Gaza.
“Israel ha incumplido las exigencias de su aliado, con un enorme coste humano para los civiles palestinos de Gaza”, afirmaron los grupos. “Los hechos son claros: la situación humanitaria en Gaza se encuentra ahora en su peor momento desde que comenzó la guerra en octubre de 2023″.
El viernes, un comité de revisión de hambrunas afiliado a Naciones Unidas emitió una alerta advirtiendo de la “probabilidad inminente y sustancial de hambruna” debido al “rápido deterioro de la situación en la Franja de Gaza”. Advirtió que es necesario actuar en cuestión de días y que el acceso a los alimentos está en niveles críticos y “deteriorándose rápidamente.”
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En su carta, Blinken y Austin pidieron a Israel que permitiera la entrada diaria de un mínimo de 350 camiones de ayuda en Gaza, que reforzara la seguridad de los centros de ayuda y la circulación de los trabajadores humanitarios y que pusiera fin al aislamiento del norte de Gaza, entre otras acciones.
Los israelíes han tomado medidas como la reapertura de un paso fronterizo hacia Gaza, la exención de ciertos requisitos aduaneros onerosos para los envíos de ayuda y el inicio de nuevas rutas de entrega dentro de Gaza, declaró Patel el martes, añadiendo que el gobierno israelí debía hacer más.
Solo 404 camiones entraron en Gaza entre el 1 y el 9 de noviembre, añadió Patel. Eso es mucho menos que los 350 diarios que se pedían en la carta estadounidense.
Los propios datos del gobierno israelí muestran que el número de camiones de ayuda que entran en Gaza puede haber disminuido en realidad en los días transcurridos desde la carta. La media de entregas registradas entre el 13 de octubre y el 10 de noviembre disminuyó un 15% en comparación con el mismo periodo antes del envío de la carta.
“Yo no lo vería como darles un pase”, dijo Patel, cuando se le preguntó repetidamente cómo había determinado EE.UU. que la situación estaba mejorando. Bajo interrogatorio, dijo: “No quiero que nos metamos en una madriguera de números específicos de camiones”.
La postura de Israel
Israel acogió con satisfacción la determinación del Departamento de Estado y se opuso a las advertencias de hambre generalizada. El enviado del país ante las Naciones Unidas, Danny Danon, dijo a los periodistas que Israel estaba intentando aumentar la ayuda a Gaza incluso mientras perseguía a los militantes de Hamás, que gobiernan la franja y desencadenaron la guerra con su ataque del 7 de octubre de 2023 contra el sur de Israel.
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“Trabajamos muy duro para atender las necesidades humanitarias en Gaza, y es un reto”, dijo Danon a los periodistas el martes. “Porque al otro lado está Hamás. Así que incluso si permitimos que los camiones crucen los puestos de control, Hamás secuestrará los camiones”.
Blinken y otros funcionarios estadounidenses han presionado repetidamente a Israel por las interrupciones en el suministro de alimentos, agua y otros bienes a Gaza, pero cualquier mejora en el volumen de ayuda suele durar poco.
El plazo de 30 días dado a Israel era para tener “algún tipo de marca en el muro hacia la que trabajar”, dijo el portavoz del Pentágono, el general de división Pat Ryder, a los periodistas en una sesión informativa separada el martes.
“El gobierno estadounidense cree que si no se hubiera enviado esta carta, si no se hubieran mantenido estas conversaciones, no habríamos visto el tipo de aumentos que hemos visto ahora”, dijo Ryder, añadiendo que “no vamos a levantar el pie del acelerador”.
Pero el presidente electo Donald Trump ha indicado que no está tan inclinado a presionar a Israel. El martes anunció que nombrará embajador en Israel al exgobernador de Arizona Mike Huckabee, un ministro bautista del sur ordenado que ha adoptado una visión expansiva de los derechos de Israel.
“Él ama a Israel, y al pueblo de Israel, y del mismo modo, el pueblo de Israel le ama a él”, dijo Trump en un comunicado el martes, añadiendo que “¡Mike trabajará incansablemente para lograr la Paz en Oriente Medio!”.
Con la colaboración de Jason Kao, Rachel Lavin y Natalia Drozdiak.
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