Bloomberg — China está planeando recortar los impuestos sobre la compra de viviendas a medida que el gobierno aumenta el apoyo fiscal para reactivar un mercado inmobiliario moribundo, según personas familiarizadas con el asunto.
Los reguladores están trabajando en una propuesta que permitiría a las megaciudades, incluidas Shanghái y Pekín, reducir el impuesto sobre las escrituras para los compradores hasta un 1%, desde el nivel actual de hasta el 3%, dijeron las personas, que pidieron no ser identificadas porque el asunto es privado. Los gobiernos municipales tienen margen de maniobra para modificar las normas, añadieron.
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El plan, insinuado el viernes por el Ministro de Finanzas Lan Fo’an, subraya la creciente voluntad de Pekín de utilizar herramientas fiscales para apuntalar la lenta economía junto con la relajación monetaria. Lan se comprometió a llevar a cabo políticas fiscales “más contundentes” el próximo año después de revelar un canje de deuda de 10 billones de yuanes (US$1,4 billones) para los gobiernos locales, lo que indica que podrían llegar medidas más audaces después de que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, asuma el cargo.
Según la última propuesta, se espera que las ciudades de primer nivel puedan eliminar la distinción entre viviendas ordinarias y de lujo, lo que reduciría sustancialmente los costes de compra para las personas que deseen mejorar sus residencias, dijeron personas familiarizadas con el asunto. Tras el Tercer Pleno, celebrado en julio, China anunció por primera vez su intención de eliminar estas distinciones.
En Shanghái, por ejemplo, los apartamentos de más de 144 metros cuadrados (1.550 pies cuadrados) se consideran “no ordinarios”.
La medida, si se lleva a cabo, ayudará a reducir el coste de la compra de viviendas e impulsará la venta de propiedades, afirmó Raymond Cheng, responsable de investigación inmobiliaria en China de CGS International Securities Hong Kong.
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Un indicador de Bloomberg Intelligence de las acciones de los promotores inmobiliarios subió hasta un 0,3% tras conocerse la noticia, antes de reanudar las pérdidas.
Además del impuesto sobre las escrituras, los propietarios chinos también están sujetos a elevados impuestos sobre el valor añadido, de alrededor del 5%, si venden antes de dos años.
El Ministerio de Finanzas, la Administración Estatal de Impuestos y el Ministerio de Vivienda no respondieron a las peticiones de comentarios.
Los economistas reclaman más apoyo fiscal para garantizar el cumplimiento del objetivo de crecimiento económico de China de aproximadamente el 5% este año. El mes pasado, el Presidente Xi Jinping reiteró la necesidad de alcanzar ese objetivo. El desplome del sector inmobiliario, que dura ya un año, ha hecho desaparecer miles de millones de dólares de la riqueza de los hogares, lo que ha agravado las presiones deflacionistas.
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El recorte del impuesto sobre las escrituras inmobiliarias es coherente con las expectativas anteriores de que el Gobierno adopte políticas fiscales que ayuden al sector inmobiliario, dijo Jeff Zhang, analista de Morningstar Inc.
El plan de recortar los impuestos sobre la propiedad va a reavivar las expectativas de los inversores de un estímulo a gran escala para impulsar la demanda interna y combatir la deflación, después de que la reunión legislativa de alto nivel de la semana pasada no cumpliera las previsiones del mercado.
En los dos últimos meses, China ha puesto en marcha su paquete de medidas más enérgicas para impulsar el mercado inmobiliario: recorte de los costes de los préstamos hipotecarios existentes, relajación de las restricciones a la compra en las grandes ciudades y flexibilización de los requisitos de pago inicial.
Las ventas de inmuebles residenciales aumentaron en octubre por primera vez este año, lo que sugiere que las medidas de apoyo estaban ayudando a inyectar cierta confianza en los compradores. No obstante, la recuperación fue desigual: los promotores estatales fueron los más beneficiados por el estímulo y los compradores prefirieron las viviendas existentes.
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El país también prometió en octubre casi duplicar la cuota de préstamos para proyectos residenciales inacabados hasta 4 billones de yuanes. Pero el anuncio decepcionó debido a la falta de cifras concretas para bonos especiales que permitan a los gobiernos locales digerir unos 60 millones de unidades sin vender.
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