El oro se mueve por estas horas en torno a los US$2.720 la onza, tras haber alcanzado máximos históricos de US$2.730 y lleva un alza del 38% en los últimos doce meses. Especialistas de mercado atribuyen este nuevo salto a una búsqueda selectiva en términos de activos de refugio, en el marco de un incremento de la conflictividad geopolítica a nivel mundial.
“El notable incremento del precio del oro en los últimos meses puede atribuirse a una serie de factores interrelacionados que están afectando tanto a los mercados financieros globales como a la percepción de los inversores sobre los activos de refugio seguro”, explicó a Bloomberg Línea Gonzalo Muñoz, analista de mercados de XTB Latam.
El experto sostuvo que uno de los elementos principales es el ciclo económico actual, que presenta características no vistas en décadas. “Nos encontramos en un periodo más restrictivo por parte de Estados Unidos, donde los riesgos en activos tradicionalmente considerados seguros, como los bonos del Tesoro, se han incrementado debido al creciente endeudamiento gubernamental”.
El ejecutivo consideró que la sostenibilidad de la deuda estadounidense y la capacidad de los mercados para absorber nuevas emisiones están en duda, lo que ha llevado a los inversores, incluidos los bancos centrales, a buscar alternativas más seguras como el oro”.
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Muñoz indicó que a esto se suman factores geopolíticos y económicos, como las elecciones en Estados Unidos, los conflictos armados y las recesiones en China, que impactan significativamente en la demanda de materias primas y generan incertidumbre a nivel global. El oro, históricamente reconocido como un activo refugio, ha ganado terreno en este entorno inestable, compitiendo incluso con el fortalecimiento del índice del dólar, según detalló el analista.
Otro factor clave en el reciente auge del oro, según agregó Muñoz, es la flexibilización de las políticas monetarias a nivel global. “No solo hemos visto recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, sino que también en Europa, China y muchas economías emergentes, especialmente en América Latina, se ha adoptado una postura más laxa”, expresó. Esta flexibilización ha contribuido a un entorno de mayor liquidez, lo que ha aumentado la demanda de activos como el oro, que ofrece seguridad en tiempos de volatilidad.
Lo concreto, según datos aportados por XTB Latam, es que los flujos de inversión hacia fondos cotizados en bolsa (ETF) vinculados al oro y otros metales preciosos han crecido de manera notable, lo que ha posicionado al metal como uno de los activos más valiosos no solo en el presente, sino también con una proyección optimista para los próximos años. Además, los bancos centrales han incrementado su exposición al oro, lo que ha elevado su porcentaje en las reservas totales a niveles no vistos en décadas. Esto subraya la confianza en el oro como una cobertura frente a la inflación y la depreciación de la deuda.
Por su parte, Rhona O’Connell, responsable de análisis de mercado para EMEA y Asia de StoneX, señaló a Bloomberg que “el oro se alimenta de la incertidumbre” y sostuvo que “la falta de claridad sobre la dirección a medio plazo de la política exterior de EE.UU. está aumentando el nerviosismo”.
Conflicto en Medio Oriente
“La fuerte subida del oro, activo de refugio por excelencia, responderían a la creciente tensión en Medio-Oriente y a la creciente incertidumbre suscitada por la cercana elección presidencial en Estados Unidos”, resume un informe del bróker argentino Aurum Valores.
Adicionalmente, relaciona esta última firma financiera, en un contexto de recortes de tasa de política monetaria, “el metal precioso se beneficia, dado que no está atado a pagos de interés y actualmente el mercado espera que en la próxima reunión de la Fed en la primera semana de noviembre se decida por un nuevo recorte de 25 puntos, con una probabilidad del 90%”.
En tanto, la firma financiera Balanz Capital subrayó que el oro superó los US$2.700 luego de que Israel anuncie que continuará su ofensiva militar en Gaza, a pesar de haber abatido a Yahya Sinwar, líder político de Hamás.
