Bloomberg Línea — Los precios internacionales del petróleo han estado en una montaña rusa en las últimas semanas en medio de las tensiones en Medio Oriente y de las informaciones que apuntan a que Israel evitaría atacar la infraestructura de crudo de Irán, mientras que el recorte de la demanda de China aún genera incertidumbre en el mercado, especialmente en los países exportadores de Latinoamérica.
La semana pasada el petróleo se desplomó después de que se divulgara un informe que indicaba que Israel podría evitar atacar la infraestructura de petróleo de Irán en medio de la escalada de las tensiones en Medio Oriente, en donde se concentra alrededor de un tercio de la oferta mundial de petróleo, según informó Bloomberg.
El mercado petrolero esperaba las reacciones a posibles ataques a la infraestructura crítica en represalia a una descarga de misiles desde Irán el pasado 1 de octubre, pero las noticias de que Israel no pondrían en marcha esas operaciones “retrajeron casi por completo el rally del petróleo en los mercados internacionales”, según un informe de la financiera Balanz.
“Los mercados de futuros, por su parte, siguen mostrando una curva plana y estiman un precio del Brent en US$74 por barril dentro de 12 meses. Interpretamos esto como un mercado que espera una mayor oferta de la OPEC; sin embargo, la misma se daría si la actividad económica global sigue siendo buena, lo que permitiría unos precios del barril en niveles relativamente buenos en términos históricos”, dice Balanz en el reporte.
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A comienzo de octubre, el ataque de Irán a Israel con misiles balísticos impulsó los precios del petróleo Brent hacia valores cercanos los US$80 por barril. No obstante, la semana pasada el petróleo perdió casi un 8% luego de que se aliviaran los temores sobre un posible impacto al suministro por represalias de Israel contra la infraestructura.
Este lunes, el precio del Brent para entrega en diciembre cotizaba al alza en el mercado de futuro de Londres sobre los US$74, mientras que el WTI superaba los US$70, a la 1 p.m. de Nueva York.
En lo corrido del año hasta este 21 de octubre, la cotización del barril de petróleo Brent había caído un 3,71% y la del WTI un 1,52%, de acuerdo con cifras de Bloomberg.
Los precios del petróleo repuntan luego del recorte de tasas del Banco Popular de China (PBoC) al inicio de esta semana, “cuestión que podría estimular la actividad económica china, aumentando potencialmente la demanda de petróleo”, según el especialista en la firma de análisis Squared Financial, Renato Campos.
El PBoC recortó la tasa preferencial de préstamos a 1 año al 3,1% desde 3,35% y la LPR a cinco años hasta 3,6% desde el 3,85% previo, en línea con las expectativas.
El escenario de volatilidad de petróleo ha marcado la agenda en la cotización, mientras los analistas miran con desconfianza las medidas implementadas en China sin resultados directos en la demanda de este, agregó.
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¿Cómo queda Latinoamérica ante la bajada del petróleo?
El gerente de Estrategia de Itaú Colombia Comisionista de Bolsa, Camilo Díaz, explica a este medio que una caída en el precio del petróleo puede llevar a una depreciación de las monedas latinoamericanas, pero también puede generar un contexto en el que la Reserva Federal modere su postura y reduzca las tasas de interés, aliviando las presiones cambiarias.
“Tendrías que tener una caída un poco más relevante, romper los mínimos del año y estar por lo menos abajo cinco o diez dólares de esos mínimos, para que empieces a sentir efectos negativos” de la caída de los precios del petróleo, manifestó.
Aunque considera que la volatilidad del precio del petróleo puede tener efectos importantes en las economías de América Latina, dado que muchas de ellas son exportadoras de commodities o dependen de la estabilidad de los precios del crudo, el impacto de una caída en el precio es difícil de predecir con claridad ante la gran cantidad de variables que se conjugan en la fórmula.
En general, “la caída del petróleo tiene un impacto en los productores, países como México, Brasil y Colombia, que tienen una parte importante de sus exportaciones concentradas en él”, dijo a Bloomberg Línea el analista financiero Gregorio Gandini.
Por supuesto, “menor precio son menores ingresos. En primera instancia entran menos dólares y eso lleva a que las divisas locales pierdan fuerza frente al dólar, así como las transferencias o ingresos para los gobiernos, ya que las empresas de los tres países, Petrobras (PTR4), Pemex y Ecopetrol (ECOPETL), tiene incidencia sobre el presupuesto”, ahondó.
Según Gandini, hay particularidades en la región como el caso de Venezuela, en donde su alta dependencia a estos ingresos puede generar un fuerte impacto en medio de una caída en su nivel de producción.
Y en Guyana, que vive un ‘boom’ en la exploración de petróleo, “es posible que el impacto no sea tan fuerte por el aumento en su producción”, y al estar en la fase inicial, es posible que no se hayan incorporado estos ingresos de forma estructural en el presupuesto.
Por el contrario, “para países importadores de petróleo como Chile, Perú y Argentina, la caída del crudo podría aliviar las presiones inflacionarias y fortalecer sus monedas. Una menor factura energética significa una menor salida de dólares para pagar importaciones, lo que puede contribuir a estabilizar los tipos de cambio, aunque el impacto en cada caso también dependerá de las políticas monetarias vigentes”, respondió a Bloomberg Línea Lucía Chardin, analista de la firma financiera GHTrading.
En este sentido, señaló que “los movimientos del precio del petróleo presentan un arma de doble filo para Latam, favoreciendo a algunas economías y perjudicando a otras, al menos en principio, ya que todo está siempre conectado”.
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OPEP recorta previsiones de la demanda mundial de petróleo
El pasado lunes 14 de octubre, la OPEP recortó por tercer mes consecutivo sus previsiones de crecimiento de la demanda mundial de petróleo a 1,9 millones de barriles diarios en 2024, unos 106.000 barriles diarios menos de lo previsto anteriormente.
Según la OPEP, la revisión se debe a una ralentización del consumo mundial de combustible y a “unas expectativas ligeramente inferiores” para algunas regiones.
“El problema en este caso no es de producción, sino de demanda y depende mucho de la desaceleración de China. Si esta desaceleración continua, como se predice en 2025, tendremos una mayor debilidad en la demanda y eso mantendría precios bajos pesando más que cualquier supuesta la incertidumbre en la oferta por el conflicto en Oriente Medio”, remató Gandini.