La industria tecnológica verde se enfrenta a las elecciones en EE.UU. y a los recortes de tasas

Los capitalistas de riesgo y las startups están tratando de encontrar la forma de navegar por lo que podría ser un año turbulento

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Bloomberg — Para muchos, la Semana del Clima de Nueva York representa muchas cosas.

Para el presidente Joe Biden, una oportunidad para dar su paseo triunfal por la lucha contra el cambio climático. Mientras que para el príncipe Guillermo la ocasión de resaltar a grupos y compañías con soluciones medioambientales singulares. Y para los banqueros, supone abordar el tema de emisiones cero que se nos está escapando del alcance.

Para los profesionales de las tecnologías limpias, la Semana del Clima ha sido una ocasión para reflexionar sobre el futuro del sector, que afronta un periodo decisivo.

El descenso de las tasas de interés, unos comicios presidenciales a cara o cruz y la menor financiación para la próxima ola de tecnologías que permitan reducir las emisiones de carbono son cuestiones que preocupan a los fundadores de startups y a los inversores de capital riesgo.

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Con centenares de eventos y la simultánea Asamblea General de la ONU, Bloomberg Green sorteó el atasco de Nueva York para obtener las primicias de lo que los veteranos de la tecnología climática preparan para el 2025.

El entorno de financiación es más saludable, pero sigue habiendo cautela

La mayoría de los capitalistas de riesgo con los que hemos hablado afirman que han observado un renovado interés inversor en los últimos meses en comparación con el primer semestre de 2024, cuando la financiación global de capital en tecnología climática en los mercados privados y públicos se redujo a la mitad respecto al mismo periodo del año anterior, según BloombergNEF. Pero pocos están listos para anunciar un regreso todavía.

Sean O’Sullivan, fundador de SOSV, cuya empresa de capital riesgo ha financiado más de 250 empresas emergentes de tecnología climática, lo expresa de la siguiente manera: “El paciente ha dejado de sangrar y estamos en periodo de recuperación, pero aún es incierto”.

Aunque la bajada de las tasas de interés federales anunciada en septiembre hace más atractiva la financiación de tecnologías climáticas intensivas en capital, O’Sullivan afirma que otros retos macroeconómicos - como la estrechez del mercado de capitales y la incertidumbre ante las elecciones estadounidenses - seguirán pesando sobre la confianza de los inversores.

"A estas alturas no está claro que nada haya dado un vuelco importante", añade.

También es importante señalar que el reciente repunte de los acuerdos de tecnología climática no se distribuye de manera uniforme, afirma Sophie Bakalar, socia de Collaborative Fund.

Existe una “cantidad saludable” de dinero de riesgo para las startups en fase inicial, y las empresas con un modelo de negocio probado pueden acceder a una “sólida reserva de capital” de los bancos a través del mecanismo tradicional de financiación de proyectos, dice Bakalar, pero los inversores son reacios a respaldar a las empresas que recaudan fondos para una ronda de serie B o C, muchas de las cuales se encuentran en lo que se conoce en el mundo del capital riesgo como el “Valle de la Muerte”.

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Se trata de una fase crucial en la que las startups intentan alcanzar escala comercial pero no generan suficientes ingresos. El déficit de financiación podría significar que más empresas mueran en lugar en vez de avanzar.

Se prevé que muchas startups en fase de crecimiento se queden pronto sin el efectivo que recaudaron mientras las tasas de interés eran excepcionalmente bajos durante el auge de la tecnología climática de 2021, por lo que “es probable que oigamos hablar de mucha más consolidación” en los próximos seis a doce meses, afirma Bakalar.

Las turbulencias electorales en EE.UU. llevan a los inversores a apostar sobre seguro

A apenas a un mes de las elecciones estadounidenses, sus implicaciones para el sector de la tecnología climática están en boca de todos. A pesar de la amenaza del ex presidente Donald Trump de rescindir todos los fondos “no gastados” de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés), el consenso en la Semana del Clima es que el legado climático de la administración Biden probablemente sobrevivirá, independientemente de quién se siente en la Casa Blanca el año que viene.

También hay muchos republicanos, en la Cámara de Representantes, en el Senado, los gobernadores, que están a favor desde una perspectiva puramente de creación de empleo en sus regiones”, afirma Chris Mangieri, director de la empresa de capital riesgo Pulse Fund, centrada en el clima, sobre el proyecto de ley climático de Biden.

Los créditos fiscales de la ley climática firmada por Biden han canalizado la inversión hacia los estados rojos y oscilantes, donde la tierra y la mano de obra son más baratas, afirma Dan Yates, CEO de Dandelion Energy, una empresa con sede en Arlington, Virginia, que instala bombas de calor geotérmicas en todo EE UU. “Esto ya no es una división azul-rojo”, añade.

De hecho, de los cerca de US$200.000 millones en gasto en tecnología climática anunciados desde la aprobación de la IRA, más de US$160.000 millones se destinaron a proyectos en distritos republicanos. El auge de los empleos verdes en los estados rojos llevó a 18 republicanos de la Cámara de Representantes a instar al presidente de la Cámara, Mike Johnson, a no derogar los incentivos a la tecnología limpia de la ley climática de Biden, advirtiéndole de los posibles daños económicos.

No obstante, un panorama político poco claro en año electoral ha retrasado a algunos fondos de capital riesgo a la hora de hacer grandes apuestas.

“Sin duda es un problema”, afirma Zachary Bogue, cofundador de DCVC, sobre la carrera presidencial de este año, sorprendentemente reñida. Aunque la empresa de capital riesgo con sede en California lanzó el año pasado un nuevo fondo que superaba los US$300 millones para tecnología climática, Bogue afirma que su equipo ha decidido “ir más despacio” a la hora de desplegar capital debido a la incertidumbre política, una tendencia que dice que también ha visto que se da en otras empresas de capital riesgo.

Mientras los inversores juegan a “esperar y ver”, Bogue añade que muchas de las empresas en cartera de DCVC también están “redoblando” su presencia en Europa en un intento de prepararse para posibles trastornos empresariales en EE.UU. si cambian los vientos políticos.

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Las sociedades de capital riesgo están haciendo apuestas estratégicas

Los vientos en contra mencionados no han impedido que los inversores busquen operaciones concretas.

Aunque las respuestas varían enormemente sobre los mejores sectores para respaldar en los próximos 12 meses, unos pocos surgieron en múltiples ocasiones: los combustibles más limpios, el almacenamiento de energía y la tecnología alimentaria para frenar el cambio climático se encuentran entre las áreas que los inversores de capital riesgo ven como lugares clave para hacer apuestas.

Los inversores reconocen que la obtención de grandes cantidades de capital sigue siendo un reto. También creen que la caída del mercado ofrece una oportunidad para buscar gangas, recompensando a aquellos dispuestos a jugar a largo plazo.

Mientras tanto, se han recalculado los riesgos de inversión.

Por ejemplo, O’Sullivan, de SOSV. Su firma ha respaldado algunas startups de alto vuelo orientadas al consumidor, incluido el fabricante de lácteos sin leche Perfect Day. Pero O’Sullivan dijo que durante el próximo año más o menos, su firma extenderá cheques a startups centradas en soluciones climáticas orientadas a las empresas, en lugar de a las dirigidas al público.

"Llegar hasta los consumidores requiere muchas más integraciones verticales", explica O'Sullivan. "Cuando el dinero estaba más disponible y era más barato, se podían recaudar cientos de millones de dólares para hacerlo. Pero ahora, cuando el dinero es muy, muy caro, no puedes permitirte [una] integración vertical completa."

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