Si analizamos los datos del S&P 500 desde 1950 hasta 2024, podemos observar que el semestre móvil con los mayores rendimientos es el que va de noviembre a abril, con un rendimiento promedio del 7,1% y una tasa de éxito del 77%. Es decir, que un inversor tienes 77% de probabilidad de tener un rendimiento positivo durante este período.
Los datos, que surgen de un informe de Carson Group, muestran que el menor rendimiento fue de mayo a octubre (+1,7% de rendimiento y una tasa de éxito del 64,9%), parecieran validar el viejo dicho ‘sell in May and go away’ (que se traduce al castellano como “vende en mayo y aléjate”) muy popular en Wall Street.
Más allá de los números, hace tiempo se popularizó la idea según la cual invertir en acciones representadas por el Dow Jones Industrial Average de noviembre a abril (conocido como el período de “invierno”) y cambiar a inversiones de renta fija durante los otros seis meses (conocido como el período de “verano”) habría producido rendimientos confiables con menor riesgo desde 1950.
No obstante, es importante que el dato historiográfico no se asegura nada y menos en un 2024 tan convulsionado por el factor político, en el marco de las elecciones presidenciales en las que se disputan el poder el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris, en un escenario de paridad técnica.
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Un informe del holding financiero Mirabaud enumera algunas explicaciones para este fenómeno:
- La señal técnica: Según Yale Hirsch, creador de la publicación Stock Trader’s Almanac, existen señales técnicas que explican el rendimiento de los índices desde noviembre en adelante. La señal estacional del Moving Average Convergence Divergence (MACD) actúa como un gatillo para confirmar que es el momento de regresar al mercado después del débil período de verano.
El MACD es un indicador basado en el impulso que mide la relación entre dos medias móviles del precio de una acción, generalmente las medias móviles exponenciales de 12 y 26 días. Cuando la media móvil exponencial a corto plazo supera a la media móvil exponencial a largo plazo, genera una señal de compra, indicando el posible inicio de una tendencia alcista.
En la inversión estacional, este indicador técnico se combina con las tendencias estacionales de Hirsch para ofrecer mayor precisión en la sincronización del mercado. Históricamente, la señal de compra estacional del MACD suele activarse hacia finales de octubre o principios de noviembre, lo que corresponde al inicio del período de los “mejores seis meses”. Confirma que el impulso del mercado está cambiando y que este es el momento ideal para volver al mercado. En nuestro caso, podemos suponer que el MACD se invirtió (activado) el 23 de octubre (aunque no es muy claro).
- Resultados empresariales: La temporada de resultados corporativos es históricamente un buen momento para las empresas, especialmente ahora que muchas compañías bajaron sus previsiones en el segundo trimestre. Esto ha creado una alta “tasa de superación” para las empresas, lo que podría impulsar los precios de las acciones a corto plazo a medida que más de ellas informen resultados por encima de las previsiones revisadas.
Según Morningstar, en la primera mitad de 2024, solo el 18,2% de los fondos mutuos y fondos cotizados gestionados activamente superaron al S&P 500. Hay varias razones para esto, incluida la falta de exposición a los “Magníficos 7″, la dispersión de los retornos de las posiciones y la falta de exposición a activos no tradicionales. Este bajo rendimiento ocurre en medio de los mejores rendimientos del mercado durante un año de elecciones presidenciales en alrededor de 90 años, lo que obligará a los gestores de fondos a ponerse al día a medida que el año llega a su fin. Dado el “riesgo de carrera” que representa el bajo rendimiento significativo para los gestores, podría haber una presión de compra adicional.
Por último, la ventana de recompra de acciones se reabrirá en noviembre y diciembre, cuando las empresas salgan de su período de blackout. En particular, los dos últimos meses del año representan el mejor período de dos meses para ejecutar acuerdos, ya que las empresas se apresuran a completar recompras para el año fiscal en curso. Con casi un billón de dólares en autorizaciones para 2024, el ritmo de recompra será excepcionalmente alto este año. Según Goldman Sachs, se espera que las recompras de acciones totalicen $6 mil millones al día antes de que cierre la ventana de recompra.
Conocer los patrones, pero no confiar ciegamente en ellos
Mirabaud advierte que confiar en patrones estacionales históricos como “vende en mayo y aléjate” no siempre funciona, porque una vez que una estrategia es ampliamente conocida, tiende a perder su efectividad.
Además, el estudio de este holding advierte que, al salir del mercado en mayo y volver a comprar acciones en noviembre, los inversores corren el riesgo de perderse fuertes repuntes de verano, como en 2020, cuando los meses de verano generaron un rendimiento del 24% en el S&P 500, muy superior al del invierno.
En promedio, aunque los meses de verano han tenido un rendimiento históricamente inferior a los meses de invierno, siguen ofreciendo rendimientos significativos que se acumularán con el tiempo si se reinvierten.
Además, el informe detalla que los años de elecciones tienden a alterar estas tendencias, con mercados a menudo más activos en el verano durante ciclos presidenciales, lo que cuestiona aún más la relevancia de la estrategia de “vende en mayo”.