“El dinero fácil ha quedado atrás”, dice la firma financiera Schroders

Bloomberg Línea dialogó en exclusiva con un estratega de renta fija de uno de los grandes gestores de activos del mundo

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En un contexto mundial convulsionado desde lo político, los principales fondos de inversión del mundo recalculan sus estrategias de cara al 2025, sin perder el foco en las elecciones de los Estados Unidos. Mientras tanto, los bonos latinoamericanos se presentan como una alternativa para posicionamientos algo más audaces.

En este marco, Bloomberg Línea dialogó en exclusiva con Julien Houdain, head of Global Unconstrained Fixed Income (director global de Renta Fija Sin Restricciones) en Schroders, firma financiera que cuenta con US$978.000 millones de activos bajo gestión a nivel mundial, quien aportó su mirada respecto del mercado mundial de bonos, la estrategia de cara a los comicios electorales de Estados Unidos, los temores respecto del gasto en Latinoamérica y las oportunidades en emergentes, entre otros temas.

Bloomberg Línea (BL): En los últimos días, hemos visto que los tipos de interés del Tesoro estadounidense han vuelto a subir y quisiéramos saber: ¿qué está valorando el mercado?

Julien Houdain (JH): Los rendimientos del Tesoro de Estados Unidos han fluctuado, tomando como referencia el período de los últimos 10 años, del 3,62% al 4,25% hasta la fecha, eso equivale a descontar tres recortes a lo largo del resto de 2024, en comparación con hace unas semanas. Los movimientos comenzaron cuando los mercados observaron los avances de Donald Trump en las encuestas electorales, con el mercado viendo muy claramente el potencial de más crecimiento, pero también más inflación, mayores déficits, y esto es negativo para el mercado del Tesoro.

Además, el mercado no sabe cuán limpia será la posible transición de demócratas a republicanos, así que está preocupado y está comenzando a poner en precios esa incertidumbre. Esto probablemente recuerda a algún tipo de nerviosismo respecto a las elecciones pasadas de Trump (de 2016), lo cual de nuevo no sería lo mejor para el mercado de bonos del tesoro americano.

BL: ¿Qué estrategia de bonos estadounidenses prioriza en este momento?

JH: La estrategia respecto a los bonos estadounidenses es mantener una exposición limitada, ya que nos preocupa la revalorización de los bonos del Tesoro. Esto está vinculado a las probabilidades de que Trump gane las elecciones, considerando que hace tres semanas su apoyo en las encuestas estaba por debajo del 50% y ahora supera el 60%, lo cual refleja la debilidad reciente observada en el mercado del Tesoro. Adoptamos una posición conservadora en bonos del Tesoro de Estados Unidos, especialmente dentro de las carteras globales, y preferimos una exposición a deuda soberana en Europa, donde observamos un proceso de desinflación más claro y un panorama macroeconómico más débil que en Estados Unidos Este contexto es mucho más favorable para los bonos soberanos.

BL: A nivel de deuda corporativa, ¿cree que ha llegado el momento de elegir calidad o rendimiento?

JH: La respuesta sería calidad, creo que es un buen tema en el mercado de renta fija en este momento, donde se puede generar una buena renta para los clientes, pero no necesariamente asumir demasiado riesgo adicional. Normalmente, cuando el mercado está muy fuerte, como hemos visto recientemente con el mercado de renta variable cerca de máximos históricos y los diferenciales de crédito en máximos históricos, en este tipo de mercado se tiende a reducir el riesgo.

Hoy es un entorno muy diferente, en el que se pueden encontrar focos de valor en diferentes conjuntos de activos. Estoy pensando en el crédito de grado de inversión a corto plazo, por ejemplo, y al utilizar este tipo de activos puedes seguir obteniendo un rendimiento que está muy cerca del 6% para algo que sería de calidad muy alta en términos de grado de inversión. Yo diría calidad, porque el rendimiento tiene un precio y muchos de los mejores resultados para la economía mundial con respecto a un soft-landing perfecto ya están tasados en el mercado. El dinero fácil ha quedado atrás.

BL: Teniendo en cuenta la renta fija y la renta variable, ¿qué clases de activos cree que podrían beneficiarse de una victoria de Donald Trump y cuáles de una victoria de Kamala Harris?

JH: La victoria de Donald Trump probablemente beneficiaría al mercado de renta variable, impulsado por sus planes de reforma fiscal, que podrían estimular el crecimiento económico en general, lo cual sería positivo para las acciones. En cambio, las políticas económicas de Harris son menos claras; sin embargo, si gana, es probable que enfrente un Congreso dividido, lo que limitaría la posibilidad de una relajación fiscal significativa. Esto sería más favorable para la renta fija, ya que una gran relajación fiscal suele ser una preocupación para los bonos y no tan beneficiosa para las acciones.

Un posible riesgo con Trump son sus políticas de inmigración. La inmigración ha sido clave para el crecimiento en Estados Unidos en los últimos dos años, ayudando a cubrir muchos empleos y contribuyendo al consumo en el PIB mediante el gasto de los inmigrantes. También ha aliviado la inflación al aumentar la oferta de mano de obra, siendo un factor importante en el soft-landing de la economía hasta ahora. Si se reduce el flujo migratorio, podría haber escasez de trabajadores, lo que presionaría al alza la inflación, en contraste con una posible gestión de Harris. En resumen, la renta variable podría beneficiarse con ambos, aunque probablemente más con Trump debido a su enfoque en el crecimiento. En cuanto a la renta fija, sería más favorable bajo Harris, ya que sus reformas generarían menos presión inflacionaria y menos riesgo en los déficits presupuestarios que los planes de Trump.

BL: El mercado alcista en Estados Unidos dura ya más de dos años: ¿cree que aún hay combustible para que continúe la tendencia?

JH: Sí, una elección de Trump de nuevo enlazando con la pregunta anterior, si te fijas en mi respuesta, Trump sería favorable para el mercado de renta variable como combinación de un crecimiento potencialmente más fuerte pero una inflación algo más alta. Ese entorno, no sería favorable para toda la renta variable del mundo, pero para la renta variable estadounidense, probablemente ayude a que el mercado alcista continúe. Hay que tener en cuenta que Trump juzgará sus políticas en función del nivel del S&P, ya que quiere que el S&P suba más.

BL: ¿Es constructivo con respecto a la renta variable europea a mediano plazo?

JH: Si consideramos el panorama macroeconómico en Europa, es bastante desalentador, por lo que mi respuesta sería no, no somos muy constructivos con el panorama macroeconómico europeo y, por tanto, con la renta variable europea, que es propensa a la debilidad de la economía, unida a la inflación. Lo que vemos en Europa es un deterioro en el sector manufacturero; debilidad particular en Alemania y creciente debilidad en Francia, con una contracción fiscal prevista porque el déficit presupuestario ha sido muy alto durante demasiados años. Los planes de reducción del déficit no son muy favorables al crecimiento, y las empresas parecen estar perdiendo poder de fijación de precios, por lo que la situación es un poco más desfavorable para el mercado de renta variable.

BL ¿Considera que los mercados emergentes, en general, y América Latina, en particular, son atractivos en este momento?

JH: Si me fijo en las valoraciones, sí, especialmente en la deuda local. Países como Brasil, México o Colombia son atractivos desde el punto de vista de las valoraciones, tienen tipos nominales muy altos comparados con la inflación de estos países, es algo que tenemos en el radar, pero está claro que hay riesgo geopolítico. Se verán afectados por las elecciones en Estados Unidos, sobre todo México. En países como Brasil, el crecimiento es bastante robusto ya que el consumo es bastante fuerte, pero Brasil también tiene problemas fiscales, y necesitamos un poco más de certeza en torno a la acción del banco central. Dado que los bancos centrales de Latam dependen en gran medida de la Reserva Federal, necesitan tener en cuenta las acciones del banco central estadounidense a través de su impacto en el dólar. Una Fed más flexible permite a estos bancos centrales relajar su política monetaria a través de un dólar más débil.

BL: ¿Es usted constructivo con Argentina y ve recorrido al alza en los bonos y acciones argentinos?

JH: En Schroders tenemos la ventaja de estar presentes en Argentina desde 1932, donde contamos con un equipo de inversión local. Esto nos permite seguir de cerca el mercado y confiar en sus conocimientos. El equipo en Argentina es constructivo sobre la rápida consolidación fiscal que está demostrando el país, junto con el hecho de que la inflación sigue una trayectoria descendente. Si esta tendencia macroeconómica se mantiene, debería ser muy positiva tanto para los bonos como para las acciones.

BL: ¿Qué movimientos de los tipos de interés prevé en los próximos meses en las economías centrales y cómo cree que podrían afectar a los mercados?

JH: El primer elemento es obtener claridad sobre la administración en Estados Unidos, por lo que necesitamos ver el resultado de las elecciones en un par de semanas. A partir de entonces podremos prever un poco mejor la senda de los tipos de interés. A nivel mundial, debemos obtener más certeza sobre la debilidad de la economía europea y si es probable que se recupere o no.

Una victoria de Trump en las elecciones será relativamente positiva para el crecimiento de EE. UU., pero conlleva el riesgo de cierta presión inflacionista. Trump probablemente será negativo para Europa porque sus planes arancelarios dificultarían mucho más las exportaciones de Europa a Estados Unidos, lo que supone un nuevo riesgo de crecimiento a la baja para Europa. Como se ha mencionado anteriormente, en Estados Unidos necesitamos saber primero quién va a ganar antes de tomar una decisión clara sobre los tipos de interés.

Lo que sabemos con certeza es que en Europa el panorama macroeconómico es muy débil, por lo que hay más posibilidades de ver rendimientos más bajos de los bonos soberanos allí. En consecuencia, los tipos podrían bajar en Europa a corto plazo. Pero, por otro lado, un gran estímulo fiscal por parte de China podría ayudar a Europa porque impulsaría la demanda de bienes europeos, pero necesitamos más precisión al respecto. Al día de hoy, el mercado de bonos soberanos en Europa es propenso a un repunte de la rentabilidad, y esto es más seguro que en Estados Unidos en estos momentos.

BL: ¿Cree que las nuevas iniciativas lanzadas por China contribuirán a impulsar la demanda de materias primas?

JH: En primer lugar, la calidad de la información sobre los posibles estímulos del régimen chino sigue siendo bastante limitada. Creemos que el estímulo no estará enfocado en infraestructuras, a diferencia de lo que vimos en el pasado. Si el estímulo se dirigiera a infraestructuras, la demanda de materias primas aumentaría considerablemente para proyectos como puentes y edificios, impulsando su demanda a nivel mundial. Sin embargo, el estímulo actual parece más orientado hacia el consumo, como poner dinero en el bolsillo de la gente, es decir, una suerte de “dinero helicóptero”. Esto no tendría un efecto negativo en las materias primas, pero tampoco un impacto positivo masivo como los estímulos previos en China.

Observamos un repunte en el precio de las materias primas tras el anuncio fiscal, aunque ahora se está estabilizando. Dado que el ciclo manufacturero mundial sigue siendo débil, el precio de las materias primas continúa bajo presión, como se ve en el precio del petróleo. A pesar de las tensiones en Oriente Medio, el precio del petróleo sigue siendo bajo, lo cual sugiere una demanda baja y probablemente un exceso de oferta en el mercado. El mercado parece entender que este estímulo chino sería muy diferente de los anteriores. China ahora necesita incentivar el consumo interno y reducir el ahorro, más que construir casas o puentes, y esta es una clave importante. En cuanto al impacto global, un factor a observar de cerca es el impulso crediticio en China, que actualmente es muy débil y afecta la economía mundial, pero si comenzara a mejorar, podría ser una señal positiva para el ciclo global.

BL: ¿Cómo se explica la subida del precio del oro? ¿Todavía queda mucho camino por recorrer para este metal?

JH: El aumento en el precio del oro parece estar impulsado en gran medida por la demanda de bancos centrales, aunque no es fácil identificar exactamente quiénes están comprando. Hay indicios de que China ha estado adquiriendo oro, lo cual contribuye a la tendencia global de demanda. Además, aunque la inflación es ahora menor que hace tres años, sigue siendo una preocupación, especialmente en ciertos sectores como el de servicios, y los riesgos geopolíticos agravan esta situación.

La creciente inquietud por el impacto inflacionario de los déficits en Estados Unidos también es favorable para el oro. Un repunte significativo en el precio del oro probablemente se relacione con una inflación elevada. A más largo plazo, otro factor a considerar es la posición fiscal de Estados Unidos, ya que el aumento previsto en la relación deuda/PIB podría presionar al dólar. Mientras el dólar continúe siendo la moneda de reserva mundial, un problema de confianza en su valor podría desencadenar una demanda significativa de oro. Esto no representa un riesgo inmediato, pero si la confianza en el dólar se ve afectada, el oro podría tener un camino amplio de valorización.

Los factores geopolíticos también desempeñan un rol importante, ya que el oro permite a los bancos centrales almacenar activos fuera del sistema financiero vinculado al dólar, lo cual resulta atractivo en medio de crecientes tensiones internacionales. Todo esto ha llevado a un aumento estructural en la demanda de oro, indicando que aún queda un considerable recorrido para este metal en el largo plazo.