Bloomberg Línea — El presidente estadounidense, Donald Trump, ha confirmado en su discurso de toma de posesión que asuntos como la migración serán prioritarios dentro de la agenda con Latinoamérica, por lo que decretará la emergencia nacional en la frontera sur, al mismo tiempo que ha dejado ver su interés por poner en un plano más relevante a EE.UU. en materia energética, especialmente en referencia al petróleo.
En medio de la expectativa sobre el paquete de aranceles de Trump y sus efectos en la región, la mayoría de las monedas de la principal cesta de Latinoamérica subieron el lunes en relación con el dólar, mientras que sus comentarios sobre el petróleo generaron incertidumbre sobre los precios de las materias primas.
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Alejandro Rojas, economista sénior del equipo de investigaciones económicas del Banco de Bogotá, dijo que la llegada de Trump representa un cambio para el panorama económico global, por las propuestas con las que viene y por el hecho de contar con mayorías del Partido Republicano en el Congreso.
“La implementación de las políticas económicas propuestas tendría una mayor factibilidad de ocurrencia, en particular, se esperan menores impuestos corporativos, políticas a favor de la desregulación económica, mayor producción de petróleo y un recrudecimiento de los términos comerciales y migratorios de Estados Unidos”, dijo Rojas.
Trump también ha dicho que buscará alivianar cargas impositivas sobre el país a toda costa, amenazando nuevamente con retomar el control de EE.UU. sobre el Canal de Panamá a pesar de las implicaciones de esta posición en la región.
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“El tema de deportaciones masivas hacia México sigue siendo determinante y marcará dos aspectos: el tono de sus relaciones con su vecino, pero también qué tan efectivo es a la hora de declarar el estado de emergencia para este fin”, dijo a Bloomberg Línea el analista financiero Gregorio Gandini.
La analista internacional y profesora de economía en la Pontifícia Universidade Católica de São Paulo, Cristina Helena de Mello, explicó a Bloomberg Línea que el discurso de Trump se dirige principalmente al estadounidense promedio que anhela recuperar su calidad de vida: acceso a educación de calidad, buenos empleos y un futuro estable.
“Sin embargo, las medidas que propone tienen sus limitaciones, especialmente en el ámbito del poder blando internacional,” indicó.
Bloomberg Línea resume la claves de los posibles impactos de la materialización de las medidas de Donald Trump en la economía de Latinoamérica y el mundo.
El efecto de la deportación masiva en EE.UU. en las remesas
El tema de la inmigración es uno de los más sensibles y complejos en relación con Latinoamérica.
Aunque existe cierta tensión sobre los inmigrantes ilegales por parte de algunos sectores en EE.UU., estos representan una fuerza de trabajo clave y desempeñan un papel crucial en la economía estadounidense, dijo a Bloomberg Línea Cristina Helena de Mello, profesora de economía en la PUC de São Paulo. Detalló que los migrantes ocupan empleos que los locales no desean y aceptan condiciones laborales que ellos consideran beneficiosas, pero que no son atractivas para los estadounidenses.
De Mello también observa un movimiento inverso: “Muchos estadounidenses han emigrado tras la pandemia a países como México”, donde su poder adquisitivo es mayor y los costos de vida, incluido el sistema de salud, son más bajos”.
Los primeros efectos de la política de deportación masiva podrían verse reflejados en los millonarios flujos de dinero que envían los migrantes a sus familias en Latinoamérica y el Caribe, en donde las remesas pudieron haber totalizado unos US$161.000 millones en 2024, un crecimiento del 5% respecto del 2023, según cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
“Entre los mercados emergentes más grandes, México podría ver caer las remesas en un 0,6% del PIB si la próxima Administración estadounidense asegura efectivamente su frontera, o en un 3,4% del PIB si deporta a todos los inmigrantes no autorizados”, indica un reporte de Bloomberg Economics.
El plan de deportación masiva de Trump podría tener implicaciones inflacionarias para la mayor economía del planeta, pese a las dudas sobre su viabilidad debido a los desafíos desde el punto de vista legal, logístico y operativo, según han explicado fuentes financieras como el Citi. “Aunque logre hacer algo de deportación, eso debe incrementar la presión sobre los salarios en Estados Unidos en algunos sectores y eso también es inflacionario”, adelantó el analista Ernesto Revilla en diciembre.
Las monedas esperan los aranceles
Los mercados de América Latina siguen al vaivén de las declaraciones de Trump. Ayer, las principales monedas de la región ganaron terreno frente al dólar y las bolsas registraron avances, después de que el mandatario no especificara cuáles eran los aranceles que se impondrán durante su Administración en su discurso inaugural.
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Bloomberg reportó que el presidente optará por una estrategia más cautelosa en las relaciones comerciales, especialmente con China, en vez revivir la guerra comercial que caracterizó a su primer mandato. A esto, se le sumó un informe del Wall Street Journal en el que advirtió que sí se realizará un análisis sobre las políticas comerciales con China, Canadá y México.
Sin embargo, durante la noche, el mandatario aseguró que estaba pensando imponer aranceles de 25% contra sus socios norteamericanos.
En esa amenaza arancelaria, de concretarse, podría darse uno de los efectos sobre América Latina. El peso mexicano destaca entre las monedas más vulnerables debido a su fuerte vínculo comercial con Estados Unidos.
La divisa mexicana se fortaleció el lunes durante el día frente al dólar, aunque la expectativa sigue en si se concretan o no los aranceles y una vez Trump advirtió de que lo haría en febrero, la moneda perdió hasta 1% frente al dólar.
Los economistas del BBVA Research han trabajado con un escenario de referencia de arancel universal del 10%, del que se habló durante la campaña electoral, que llevaría a un fortalecimiento del dólar y haría que la moneda estadounidense cueste 21,2 pesos mexicanos; 4.440 pesos colombianos; 1.040 pesos chilenos; 6,20 reales brasileños y 3,80 soles peruanos.
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“Los aranceles universales también aumentan el riesgo de represalias más amplias que podría amplificar los ajustes cambiarios. Si los aranceles terminan siendo específicos para un país o un sector, algunos de los efectos pueden comenzar a diluirse y los efectos de los ajustes también podrían ser menores, dependiendo del tamaño de los aranceles”, dijeron los analistas del banco español.
Ramón de la Rosa, analista económico de Actinver, dijo que el escenario central que manejan es que el tipo de cambio esté 20,9 pesos mexicanos y consideran que si se llegan a dar aranceles serían de corto plazo, por la naturaleza de las relaciones comerciales con Estados Unidos. “Parece que el escenario de un riesgo mayor se ha acotado”, dijo De la Rosa.
El analista, no obstante, se refirió a un escenario negativo en el que el dólar llegue a superar los 21 pesos mexicanos y dijo que otras medidas como el cierre de frontera, si bien son importantes para México, no están en el eje de la atención para los mercados.
Julio Romero y Cesar Pabón, analistas de la corporación financiera Corficolombiana, agregaron que aunque es probable que algunas de las medidas de Trump se moderen al pasar por el Congreso, los anuncios que se han venido dando ya han impulsado un fortalecimiento global del dólar “y se espera que generen presiones inflacionarias adicionales, un mayor deterioro fiscal y condiciones financieras más restrictivas”.
Mayor ruido por el Canal de Panamá
Donald Trump volvió a poner sobre la mesa el tema de los altos costos que presuntamente pagan los buques estadounidenses que transitan por el Canal de Panamá y ha vuelto a amenazar con retomar el control estadounidense sobre la vía, lo que generó reacciones inmediatas del país centroamericano.
El presidente panameño, José Raúl Mulino, declaró este lunes 20 de enero en un comunicado que “el Canal es y seguirá siendo de Panamá y su administración seguirá estando bajo control panameño con respeto a su neutralidad permanente”.
El analista Gregorio Gandini dijo que “los comentarios sobre el Canal de Panamá también generan mucho ruido, pero es algo que sería muy difícil de implementar en términos de afectar la soberanía de un aliado en la región”.
El analista económico y consultor Carlos Arauz dijo a Bloomberg Línea desde Panamá que “el contexto cambia ahora que el presidente Trump y no el ciudadano electo está haciendo estas aseveraciones” en un “discurso de carácter populista” y ante “una nación dividida y que necesita obviamente arraigarse en victorias rápidas”.
“Más de 40 naciones se mostraron entendedoras de cómo el Canal tenía que administrarse desde manos panameñas en un tratado de neutralidad que a todas luces el presidente Trump quiere desconocer. En materia económica, el Canal de Panamá es vital, aporta más de US$2.500 millones al año al Tesoro panameño, a las arcas del Estado, y políticas públicas en salud, en educación, son ejecutadas con esos fondos”, afirmó.
Explica que si bien Trump hace referencia a que China administra o maneja el Canal esto es “desproporcionadamente inexacto. El Canal de Panamá tiene estados financieros auditados, se maneja de manera transparente, reporta resultados todos los años y son de libre acceso”.
“Trump quiere algún tipo de negociación, pero para negociar hay que partir de datos exactos y ahora mismo su discurso es muy impreciso, muy inexacto. Querer desconocer la neutralidad afecta directamente a los intereses de la Fuerza Armada estadounidense”, ahondó Carlos Arauz .
China y las materias primas
Otras monedas de la región, como el real brasileño, el peso colombiano y el peso chileno, podrían experimentar repercusiones indirectas si las políticas de Trump inciden en China o en los precios de las materias primas.
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Chile tiene una alta dependencia del cobre, su principal producto de exportación, y además su socio comercial más importante es China, el principal consumidor del metal.
El peso chileno puede sentir estas presiones de concretarse ataques comerciales por parte de Trump contra el gigante asiático, que podría ver resentido su crecimiento económico y por ende la demanda del cobre.
Este escenario podría presionar aún más a la moneda, por la correlación histórica con los futuros del commodity.
Para Daniel Velandia, economista jefe de Credicorp Capital, el peso chileno es una de las monedas más vulnerables a las políticas de Trump, aunque en general las divisas van a estar condicionadas en la primera mitad del año por las medidas que anuncie Estados Unidos.
Para Cristina Helena de Mello, de la PUC de Sao Paulo, “los estadounidenses reconocieron tardíamente que el traslado de la actividad industrial a China, en lugar de generar productos más baratos con empleos poco deseados por los locales, creó una vulnerabilidad significativa en sus cuentas externas”.
Aunque Estados Unidos cuenta con la ventaja de tener la moneda de reserva mundial, este desplazamiento productivo llevó a una acumulación de reservas internacionales por parte de China en activos denominados en dólares.
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Trump anunció que declarará una emergencia energética nacional y justificó la medida en que la crisis inflacionaria durante la era de Joe Biden fue causada por un gasto excesivo y el aumento de los precios de la energía. “¡Perforaremos, baby, perforaremos!”, dijo Trump.
Los precios del petróleo cayeron el lunes, con los futuros del crudo Brent retrocediendo a US$80,15 el barril y los del WTI cayendo a US$76,58.
Trump dijo el lunes que EE.UU. producirá “la mayor cantidad de petróleo y gas de cualquier país del mundo”.
Para Alejandro Rojas, del Banco de Bogotá, una política a favor de una mayor producción de petróleo, que reduzca la necesidad de Estados Unidos de importar este producto, haría que los precios internacionales cayeran, lo que podría ser un riesgo para economías como la colombiana.
Esto “llevaría a una aumento de oferta de crudo y una reducción de precios del petróleo, lo que le serviría en términos de costo de gasolina e inflación; sin embargo, qué tan rápido se pueda llevar a cabo es la cuestión”, apuntó Gandini.
“Como se vio en 2014, la influencia de la industria de fracking de Estados Unidos en la oferta mundial de crudo es interesante. Para la región, de darse este aumento de producción y reducción de precios del crudo, afectaría las finanzas públicas en países como Brasil, México y Colombia”, explicó.
Analistas de UBS dijeron que ven riesgos al alza para las previsiones petroleras a corto plazo, debido los sólidos niveles de cumplimiento de los productores de la OPEP+, las posibles sanciones a Irán y la caída de los inventarios de crudo en las naciones desarrolladas.
Además, la nueva Administración podría imponer más sanciones contra el sector petrolero de Rusia. En su audiencia de confirmación ante el Senado, Scott Bessent, escogido por Trump para ser su secretario del Tesoro, ya advertía que las medidas contra el Kremlin han sido demasiado débiles y que está dispuesto a imponer sanciones más duras.
De la Rosa, analista económico de Actinver, aseguró que si Estados Unidos se posiciona como el principal productor de energía en el mundo, disminuiría los costos de un barril de petróleo, lo que podría tener implicaciones de menor inflación.