Bloomberg — Los seguidores de Elon Musk son conocidos por su compromiso con Tesla Inc (TSLA), pero en la actual caída de las acciones incluso los creyentes a largo plazo se están echando atrás.
La caída de la compañía de vehículos eléctricos de Musk, que ha sido el mayor bajista del índice S&P 500 este año, ha sido tan extrema que el lunes por la noche intervino el presidente Donald Trump, diciendo que compraría un nuevo Tesla para apoyar a Musk.
El martes, Trump eligió un Model S rojo de entre los Teslas que le fueron entregados en la Casa Blanca. La acción subió un 6% el miércoles a las 10:45 a.m. en Nueva York, lo que la pone en camino de ampliar las ganancias mientras intenta protagonizar un rebote tras la caída del 15% del lunes. Pero a pesar de la compra presidencial -y de la aparente oportunidad de comprar la caída-, los fieles de Musk están nerviosos por entrar y comprar acciones baratas, temiendo que el baño de sangre pueda estar lejos de terminar.
Hasta el cierre del martes, las acciones habían caído un 52% desde el máximo histórico alcanzado a mediados de diciembre y han cedido todas las ganancias que experimentaron tras las elecciones, cuando los operadores apostaban a que Tesla se beneficiaría de los estrechos vínculos de Musk con el nuevo presidente.
“Esta acción está cotizando en sensaciones en este momento y la presión bajista está ganando; hay más espacio para que la acción caiga en los próximos 30-60 días”, dijo Brian Mulberry, gestor de cartera de clientes de Zacks Investment Management Inc, que supervisa unos US$21.000 millones en activos. Las acciones “pueden bajar fácilmente a 200 dólares o incluso menos a corto plazo”.
Zacks poseía más de 270.000 acciones de Tesla a 31 de diciembre. y Mulberry dijo que podría ver a la acción volver a superar los US$400 el próximo año. Pero por ahora se mantiene al margen.
No es el único. A medida que el precio caía por debajo de los US$230 esta semana, por debajo de los más de US$400 de hace menos de dos meses, los analistas de Wall Street -incluso algunos de los que tienen una recomendación de compra- han ido adoptando una postura más cautelosa. Solo durante la semana pasada, al menos cuatro analistas rebajaron sus precios objetivo sobre Tesla, mientras que otros dos analistas alcistas a largo plazo advirtieron sobre las malas ventas y el sentimiento “negativo”.
Una de las pocas fuentes de apoyo han sido los operadores minoristas que se encuentran entre los seguidores más fiables de Musk. Estos pequeños inversores han comprado, en neto, US$2.800 millones en acciones de Tesla desde el pasado martes, según Emma Wu, estratega cuantitativa global y de derivados de JPMorgan Chase & Co.
Pero incluso aquí ha habido señales de dolor. El autor de uno de los principales mensajes del martes en el foro Reddit para operadores de Tesla escribió: “Sigo aguantando, pero en este punto empiezo a dudar de mi decisión”.
El problema al que se enfrentan los inversores es que hay pocos acontecimientos en el horizonte que puedan mejorar el sentimiento.
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No se esperan en breve actualizaciones sobre el coche totalmente autoconducido de Tesla o su robotaxi. Y la preocupación de Musk por el Departamento de Eficiencia Gubernamental ha suscitado la inquietud de que esté demasiado distraído para dirigir su empresa automovilística.
La fuerte oposición de la actual administración republicana a los vehículos eléctricos augura problemas para la demanda en EE.UU. Y las ventas de Tesla también están cayendo en todo el mundo, con informes nefastos procedentes de China, Europa y Australia. En muchos lugares se considera que la creciente implicación de Musk en la política mundial perjudica a la marca de la empresa.
Las caídas han sido tan drásticas que varios analistas han rebajado sus estimaciones de entregas para el primer trimestre, y Joseph Spak, de UBS, advirtió el lunes de que las actuales expectativas de beneficios parecen demasiado altas. El analista de Evercore ISI Chris McNally recortó su estimación de entregas de vehículos para todo el año a 1,75 millones, desde 1,88 millones, en un informe publicado este miércoles.
Si bien estas preocupaciones han estado pesando sobre las acciones de Tesla desde principios de este año, la acción realmente perdió su rumbo cuando el apetito general por el riesgo se agrió en las últimas dos semanas en medio de crecientes incertidumbres sobre las políticas comerciales de Donald Trump y los temores de una desaceleración económica.
“Tesla es ahora un sustituto del comercio de Trump y, a menos que el mercado esté dispuesto a recompensar a Trump y Musk por sus esfuerzos, esta acción seguirá bajando”, dijo Adam Sarhan, fundador de 50 Park Investments. “No hay suelo en esta acción ahora mismo”.
Las tornas han cambiado rápidamente para Tesla. Tras la elección de Trump en noviembre, las acciones de Tesla se convirtieron rápidamente en las mayores beneficiarias de esa victoria en el mercado de renta variable. Las acciones se dispararon más de un 90% en poco más de un mes, a pesar de que las perspectivas para el negocio de la compañía seguían empeorando.
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Incluso después de la retirada de la ola Trump, Tesla sigue cotizando a un múltiplo significativamente más alto que otros pares de megacapitalización. Las acciones cotizaban a 75 veces los beneficios futuros al cierre del lunes, frente a una media de 25 veces para los llamados Siete Magníficos. El miembro medio del S&P 500 cotiza a unas 20 veces los beneficios.
La pronunciada valoración y la popularidad de Tesla entre los operadores de riesgo y de impulso hacen que la acción sea vulnerable a una venta drástica, pero también significan que cualquier recuperación, cuando llegue, puede ser rápida y masiva.
Por ahora, sin embargo, incluso los alcistas están encontrando poco a lo que aferrarse.
En los mercados de opciones, la mayor parte del flujo procede de inversores que buscan protegerse de nuevas pérdidas, con las opciones de venta cotizando al nivel más alto en relación con las opciones de compra alcistas desde la sacudida de la volatilidad de principios de agosto. La volatilidad implícita a un mes alcanzó el lunes el nivel más alto desde finales de 2022, cuando las acciones se habían desplomado hasta cerca de los US$100. Tanto el sesgo como la volatilidad rebotaron un poco el martes junto con las acciones.
“Tesla está en caída libre en estos momentos, lo que dificulta la compra de caídas para aquellos con horizontes temporales a corto plazo”, dijo Mark Newton, jefe de estrategia técnica de Fundstrat, y un alcista a largo plazo de la acción. “Pero los que intentan apresurarse a vender aquí para volver a comprar en unos días están jugando un juego peligroso”.
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- Google, de Alphabet Inc, está en conversaciones finales para adquirir AdHawk Microsystems Inc, un fabricante de tecnología de seguimiento ocular, parte de un renovado impulso hacia los auriculares y las gafas inteligentes.
- El diseñador de semiconductores SkyeChip Sdn. está considerando una oferta pública inicial en Malasia ya en la segunda mitad de este año, dijeron personas familiarizadas con el asunto, aprovechando el impulso del país para fabricar sus propios chips.
- El ciberataque que hizo caer el X de Elon Musk tuvo como objetivo servidores que no estaban suficientemente protegidos contra el tráfico malicioso, según los analistas de ciberseguridad.
- Waymo, la empresa de coches autoconducidos de Alphabet Inc., dijo que empezará a transportar pasajeros en un puñado de ciudades cercanas a su sede de Mountain View, California.
- Salesforce Inc. planea invertir US$1.000 millonesen Singapur en los próximos cinco años, uniéndose así a otras empresas tecnológicas estadounidenses que apuestan por el crecimiento en el sudeste asiático.
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