Venezuela cobra deudas petroleras a países que le pagaban a Chávez con granos

Este es otro esfuerzo del país y Nicolás Maduro por recuperar el reconocimiento internacional tras años de colapso económico y aislamiento internacional

Por

Bloomberg — En el apogeo del boom petrolero de Venezuela, buques de transporte de crudo navegaban por todo el Caribe para entregar 200.000 barriles por día a una constelación de islas pequeñas, en su mayoría pobres. El hecho de que esos países acumularan enormes deudas y pagaran parte de la factura con frijoles o maní le importaba poco a Hugo Chávez, ya que esta abundancia le permitía ganar fama mundial como el líder de lo que llamaba el socialismo del siglo XXI.

Dos décadas después, empobrecida y necesitada de efectivo, Venezuela trata de cobrar viejas deudas del programa Petrocaribe. El mes pasado, recibió un pago de US$500 millones de Haití (el país más pobre del hemisferio) para cancelar lo que había sido una deuda de US$2.300 millones, según documentos vistos por Bloomberg y personas familiarizadas con el asunto. Está trabajando en transacciones similares con otros países, dijeron las personas.

El acuerdo con Haití se concretó después de que el Tesoro de Estados Unidos concediera al país una licencia para transferir el dinero desde una cuenta de garantía a través del sistema bancario internacional. Para Haití, un país bajo el yugo de crisis crónicas, saldar la deuda le ayuda a avanzar con el Fondo Monetario Internacional en un posible paquete de préstamos.

Representantes de Venezuela, Haití y varias agencias involucradas en el acuerdo no respondieron a mensajes en busca de comentarios. Un portavoz del Tesoro de EE.UU. dijo que la Oficina de Control de Activos Extranjeros no comenta sobre licencias individuales.

Para Venezuela y su actual líder, Nicolás Maduro, quien asumió el poder después de la muerte de Chávez en 2013, el acuerdo marca otro paso en su esfuerzo por recuperar el reconocimiento internacional tras años de colapso económico y aislamiento internacional. El Gobierno y su estatal petrolera llevan años en default en bonos globales y le deben a China miles de millones por préstamos bilaterales.

“Arco de energía”

Durante los años de precios globales desenfrenados del crudo, Petrocaribe formó parte de la generosidad que Chávez aprovechó para ganar seguidores internacionales. Distribuyó combustible para calefacción a residentes pobres del Bronx, Nueva York, financió a Argentina —que contaba con problemas de liquidez— y prometió costear minas y refinerías para Níger y Mauritania.

“Queremos crear un arco de cooperación energética en la región”, dijo Chávez en la cumbre de lanzamiento de Petrocaribe 2005, a la que asistieron el cubano Fidel Castro y una docena de jefes de Estado más.

Según el acuerdo, Venezuela vendió petróleo a 18 países, permitiéndoles financiar la mayor parte de la factura hasta por 25 años a una tasa de interés del 1% al 2%.

Podían pagar parte de la factura en especie: Guyana envió arroz; Nicaragua puso ganado; Jamaica aportó materiales de cemento; y Cuba envió médicos. A veces se pagaba con maní o frijoles.

A su vez, Venezuela obtuvo apoyo político, suficiente, en ocasiones, para bloquear propuestas contra el Gobierno en la Organización de Estados Americanos, dijo David Goldwyn, presidente del Grupo Asesor de Energía del Atlantic Council Global Energy Center.

“Venezuela hizo algo por ellos que los países occidentales no hicieron: los ayudó con financiamiento en un momento en que los países lo necesitaban”, dijo.

Sin embargo, todo ese apoyo contribuyó a alimentar un colapso económico histórico, marcado por hiperinflación y la peor crisis humanitaria en la historia de América Latina.

Incluso cuando los precios mundiales del crudo caían, Maduro seguía enviando petróleo al Caribe bajo términos generosos.

“El costo para Venezuela era claro: cuando los precios del petróleo cayeron en 2014, el país no tenía forma de abordarlo”, dijo Francisco Rodríguez, profesor de economía de la Universidad de Denver.

Cuando el programa se detuvo abruptamente después de que EE.UU. sancionó a la industria petrolera de Venezuela en 2019, se habían acumulado alrededor de US$6.000 millones en cuentas por cobrar de Petrocaribe y otros acuerdos bilaterales de deuda, según estimaciones de EMFI Securities. Los cálculos excluyen a Cuba, que tiene un acuerdo de suministro de petróleo separado, cuyos términos no son públicos.

Venezuela comenzó recientemente a cobrar esas deudas después de que EE.UU. otorgó un alivio de las sanciones a cambio de la promesa de Maduro de apuntar hacia elecciones presidenciales libres y justas, programadas para finales de este año. No obstante, esas relaciones se han vuelto tensas a medida que se acerca la votación. Washington ha amenazado con restablecer algunas de las sanciones si Maduro no cumple con una serie de acuerdos políticos.

Mientras tanto, Venezuela sigue adelante con su cobro de las deudas. Este mes, la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, visitó a funcionarios en Granada, país que dijo que estaba discutiendo un plan de pago para sus deudas Petrocaribe. Y autoridades se están acercando a un acuerdo con Belice para cancelar su deuda por entre US$129 millones y US$164 millones, según personas familiarizadas con las negociaciones.

Los líderes del Caribe han instado a Venezuela a relanzar el programa y Maduro dijo que era un objetivo. A finales de 2022, Venezuela envió 23.000 barriles de diésel a San Vicente y las Granadinas, un aliado político.

Sin embargo, el país solo genera alrededor de una cuarta parte de lo que solía producir, con una producción de alrededor de 840.000 barriles por día, según datos de la OPEP. Y una parte de esa producción se destina a pagar las enormes deudas que la propia Venezuela acumuló mientras enviaba petróleo a sus vecinos.

Lea más en Bloomberg.com