Bloomberg — La recién descubierta unidad dentro de la oposición venezolana pone a prueba la voluntad del presidente Nicolás Maduro de recuperar la legitimidad internacional, jugándose el todo por el todo en unas elecciones presidenciales abiertas.
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El Gobierno debe decidir si permite a la oposición continuar con el poco conocido exembajador Edmundo González, quien fue elegido por unanimidad a última hora el viernes para representar al grupo en la votación. Se espera una decisión antes del martes a la media noche, cuando expire una extensión de 72 horas del plazo para registrar candidatos.
Impedir que la oposición siga adelante con su plan inesperado dejaría al descubierto los esfuerzos de Maduro por aplastar a sus adversarios mientras los grupos de monitoreo internacional visitan Caracas. Los observadores electorales, incluido el Centro Carter y las Naciones Unidas, celebrarán reuniones esta semana y decidirán si supervisar las elecciones del 28 de julio, potencialmente validando el voto a los ojos del mundo.
Las posibles medidas del régimen de Maduro incluyen prohibir la coalición de 10 partidos conocida como Plataforma Unitaria, lo que evitaría que el grupo participe tanto en la elección presidencial como en las próximas votaciones regionales y parlamentarias.
El mes pasado, un aliado de Maduro solicitó que el Tribunal Supremo anulara la tarjeta de votación de la coalición. El lunes por la mañana, el tribunal falló en contra de otro partido de oposición a favor de un grupo de disidentes que se consideran más alineados con el régimen.
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Desde la decisión de la Plataforma Unitaria, dos partidos de oposición que intentan registrar su apoyo a la candidatura de González han encontrado dificultades técnicas con el sistema automatizado de elecciones. El lunes por la mañana, también se les negó el acceso personal en la sede del Consejo Nacional Electoral.
Permitir que González continúe sería una forma tácita de mantener a la oposición descalificada María Corina Machado en la carrera después de que el gobierno impidiera que su poco conocido sustituto de 80 años, Corina Yoris, se inscribiera el mes pasado.
González, de 74 años, ingresó originalmente a la campaña como candidato provisional después de que se extendiera el plazo de inscripción a finales de marzo. Las expectativas eran que el gobernador del estado Zulia, Manuel Rosales, que fue registrado unilateralmente por su partido, reemplazaría eventualmente a González como candidato de la coalición. El giro sorpresa llevó a Rosales, a quien muchos veían como seleccionado por Maduro, a renunciar el sábado. Su partido moderado, llamado Una Nueva Era, es uno de los dos que intentan respaldar la candidatura de González.
Maduro necesita al menos un contendiente creíble para legitimar los resultados de la votación frente a los observadores electorales internacionales. Sin Rosales y González, Maduro continuaría en la carrera con otros candidatos poco conocidos y de poca confianza, muchos de los cuales se han separado de la oposición.
La semana pasada, la administración del presidente Joe Biden volvió a imponer sanciones petroleras a Venezuela, argumentando que Maduro no cumplió totalmente los términos de un acuerdo para permitir elecciones inclusivas y competitivas.
Después de la decisión de Estados Unidos, el negociador venezolano Jorge Rodríguez advirtió que la oposición había llegado al final de la línea. "Esta vez no vamos a ceder ni un poco en lo que respecta a la derecha extrema de Venezuela", dijo Rodríguez en una conferencia de prensa.
A pesar de denunciar que Estados Unidos ha incumplido el acuerdo, el gobierno de Maduro no cerró la puerta a seguir dialogando. Permitir que González se postule podría ser un guiño a la administración de Biden para mantener el acuerdo vivo.
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