Bloomberg — La promesa del presidente Gustavo Petro de eliminar gradualmente la producción colombiana de combustibles fósiles probablemente implique importar energía barata de Venezuela, uno de los productores más sucios del mundo.
Petro planteó la idea de una “integración energética” entre los dos países tras una reunión con el líder venezolano, Nicolás Maduro, en Caracas este mes.
Petro, que fue elegido el año pasado con la promesa de eliminar gradualmente el petróleo y el carbón, dijo que el gas natural puede “sostener la transición” a energías limpias, mientras que las importaciones venezolanas también pueden reducir el costo de la gasolina para los automovilistas colombianos.
Las reservas de gas natural de Venezuela son más de 70 veces mayores que las de Colombia, cuyas reservas cayeron el año pasado al equivalente de unos siete años de producción. Pero el estado actual de la industria energética venezolana choca con las credenciales ecológicas de Petro.
Décadas de falta de inversión, agravada en los últimos años por las sanciones de Estados Unidos, han convertido a la industria energética venezolana en una de las más tóxicas del mundo. Las repetidas rupturas de oleoductos han contaminado las zonas de pesca, mientras que la quema y las fugas desperdician el equivalente a más de una cuarta parte de la producción de gas de España, según datos de Gas Energy Latin America.
La oficina de prensa de Petro y el Ministerio de Minas y Energía no respondieron a solicitudes de comentarios por escrito.
Oleoducto inactivo
Un oleoducto inactivo y deteriorado de 224 kilómetros conecta los campos de gas venezolanos con el noreste de Colombia. El oleoducto requeriría un mantenimiento significativo para funcionar.
Desde el viaje de Petro a Caracas, la petrolera estatal colombiana Ecopetrol S.A. informó que estaba estudiando la importación de gas natural venezolano a partir de fines de 2024, mientras que el Ministerio de Energía dijo que también podría importar crudo ligero de su vecino.
Las importaciones de gas natural ayudarían a Colombia a diversificar su producción de electricidad, que actualmente depende en su mayor parte de la energía hidroeléctrica. Gracias a ello, Colombia cuenta con una de las redes más limpias del mundo, pero deja a su economía vulnerable a las sequías causadas por el fenómeno meteorológico de El Niño, lo que puede provocar un fuerte aumento de los precios de la energía.
Existen dudas sobre si el sector energético venezolano puede ser un proveedor confiable para su vecino. Petróleos de Venezuela S.A. actualmente no puede producir suficiente gasolina para satisfacer la demanda local y a menudo depende de Irán o de la italiana Eni SpA para abastecerse de componentes.
La escasez de combustible obliga a los conductores a hacer fila durante días para llenar sus tanques.
Las perspectivas del sector mejoraron después de que EE.UU. levantara el mes pasado algunas sanciones a las operaciones de petróleo y gas de Venezuela, después de que Maduro aceptara trabajar en un acuerdo para celebrar elecciones más justas en 2024.
Nuevas empresas están tratando de entrar y reemplazar a socios de larga data en las empresas, ya que se espera que Venezuela aumente su producción y envíe una mayor parte de la producción existente a refinerías en EE.UU., un hecho que podría ayudar a controlar los precios de la gasolina estadounidense de cara a la campaña presidencial de 2024.
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