Producción de petróleo en Venezuela podría aumentar 25% mientras EE.UU. alivie sanciones

Algunos analistas predicen que la producción puede aumentar rápidamente en 2024, y los más optimistas pronostican un incremento en seis meses

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Bloomberg – Estados Unidos acaba de dar los primeros pasos para dar marcha atrás en una política de sanciones de cuatro años que había estrangulado las exportaciones de petróleo de Venezuela, país que alberga reservas de crudo de talla mundial.

El importante cambio de rumbo indica que la industria del país latinoamericano está a punto de ser capaz de bombear 200.000 barriles más de crudo al día, lo que supone un aumento de la producción de aproximadamente el 25%.

Esta cifra, que es una previsión de consenso entre varios analistas, se basa en el supuesto de que las sanciones se suprimirán en gran medida. Por ahora, el alivio es temporal: una licencia de seis meses que autoriza las transacciones relacionadas con el sector del petróleo y el gas en Venezuela. Aún así, se trata de un gran paso que permitirá a las entidades estadounidenses comprar petróleo a la nación por primera vez en años y hará que sus envíos sean más aceptables para el comercio mundial en general.

Sin embargo, persisten las dudas sobre la rapidez con que puede aumentar la producción del país y el efecto que tendrá en el mercado mundial, que está desesperado por barriles a medida que aumentan las tensiones geopolíticas.

Algunos analistas predicen que la producción puede aumentar rápidamente en 2024, y los más optimistas pronostican un incremento en seis meses. Las importaciones rápidas de diluyentes, el condensado que el país necesita para mezclar con su crudo pesado, son clave para ayudar a Venezuela a aumentar la producción. El ritmo definitivo, sin embargo, dependerá “de cómo acabe siendo el paquete de flexibilización de las sanciones”, dijo Fernando Ferreira, director del servicio de riesgo geopolítico de Rapidan.

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció a última hora del miércoles su relajación de las sanciones, en respuesta a la firma de un acuerdo de hoja de ruta electoral entre el Gobierno del presidente Nicolás Maduro y la oposición. Las exportaciones de petróleo de Venezuela a Estados Unidos se detuvieron a principios de 2019, cuando el Tesoro impuso sanciones a la petrolera estatal Petróleos de Venezuela SA. Por aquel entonces, Venezuela exportaba casi 365.000 barriles diarios desde sus puertos a EEUU, el doble que en septiembre.

El indulto es el último paso en una incipiente, pero significativa, recuperación de la industria petrolera venezolana. La producción actual oscila entre 750.000 y 800.000 barriles diarios. No son los 3 millones de barriles diarios que convirtieron a Venezuela en una fuerza energética mundial en la década de 1990, pero tampoco son los 374.000 que alcanzó cuando el país tocó fondo en junio de 2020.

Esa recuperación venezolana, junto con un repunte más vigoroso en Irán, ha contribuido a moderar los precios de los futuros este año y ha ayudado a compensar parte del impacto de los recortes de Arabia Saudí y Rusia. El Presidente de EE.UU., Joe Biden, tiene interés político en que sigan fluyendo los barriles mundiales, ya que eso puede ayudar a mantener a raya la inflación de los combustibles a nivel nacional.

Entre 250.000 y 300.000 barriles diarios más pueden añadirse en 2025 si se acaban levantando todas las restricciones, según Francisco Monaldi, especialista en política energética latinoamericana del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad Rice. La cifra se reduciría a entre 170.000 y 200.000 barriles diarios si sólo se levantaran algunas sanciones, añadió.

Sin duda, según algunas estimaciones, el mercado mundial del petróleo se enfrenta a un déficit tan importante que ni siquiera 300.000 barriles más de crudo al día procedentes de Venezuela contribuirán mucho a aliviar la situación. Los futuros del petróleo en Nueva York han subido un 9% este año debido a la preocupación por la oferta.

Los barriles añadidos serían “una gota relativa en el océano en el escenario global”, dijo Sofia Guidi Di Sante, analista senior del mercado petrolero en Rystad Energy.

Sobre el terreno en Venezuela, los contratistas que trabajan con las grandes petroleras mundiales y PDVSA, como se conoce a la productora estatal, siguen siendo optimistas sobre sus perspectivas. Algunos ven un aumento de 200.000 a 250.000 barriles diarios ya el año que viene. Dicen que el repunte dependerá más de una reactivación de la infraestructura en torno a los pozos existentes, que de lanzarse a perforar más.

“Podemos añadir fácilmente 200.000 barriles diarios a 250.000 barriles diarios, porque ya tenemos la infraestructura”, dijo Alexis Medina, contratista de PDVSA y miembro de la Cámara Petrolera de Venezuela. “La historia lo demuestra”.

En la década de 1960, el occidente de Venezuela, y en la década de 1990, la región productora conocida como la Faja del Orinoco, tuvieron cada una tasas de crecimiento anual de 200.000 barriles diarios, con barriles adicionales provenientes de nuevas perforaciones y de la recuperación de la infraestructura petrolera.

Los optimistas señalan el regreso de Chevron Corp, la única petrolera estadounidense con operaciones en Venezuela y que reinició parte de la producción el año pasado tras un alivio inicial de las sanciones de la administración Biden.

La empresa ha duplicado con creces su producción en el país desde enero, alcanzando los 135.000 barriles diarios desde los 47.000 actuales. Se prevé que la producción alcance los 250.000 barriles diarios en 2025, tras el inicio en enero de un nuevo plan de perforación en un yacimiento subdesarrollado.

La reanudación de las ventas de PDVSA a compradores estadounidenses aumentaría aún más las exportaciones a EEUU. Hasta ahora, Chevron era la única empresa autorizada a realizar este tipo de transacciones y los envíos se sitúan en unos 160.000 barriles diarios.

Otros productores iniciarán ahora la carrera por aumentar su producción.

Incluso antes de conocerse la noticia de las sanciones, la francesa Maurel et Prom planeaba duplicar su producción de 16.000 barriles diarios en un plazo de 6 meses, a la espera de poder utilizar el sistema financiero estadounidense sin temor a ser penalizada, según una persona familiarizada con el asunto. Maurel et Prom no respondió inmediatamente a la petición de comentarios.

Para que Venezuela desarrolle todo su potencial, hará falta algo más que la eliminación de las sanciones. Tras años de medidas que lastraron la industria, muchos coinciden en que es necesario avanzar hacia la privatización y modificar el marco jurídico para mantener la recuperación de la producción.

César Parra, contratista petrolero en el estado de Zulia, predice que con los cambios adecuados y sin sanciones, su región podría bombear 134.000 barriles diarios adicionales en 18 meses y 400.000 más en tres años.

“Eso sólo puede ocurrir con garantías jurídicas y económicas para el sector privado de la industria petrolera”, dijo.

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