Bloomberg — Los resultados de las elecciones presidenciales de Venezuela siguen sin desvelarse más de cuatro horas después de que los colegios electorales comenzaran a cerrar el domingo, en una votación muy concurrida que ha supuesto la mayor amenaza hasta ahora para el control del poder por parte de Nicolás Maduro.
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Maduro dijo repetidamente en las últimas semanas de su campaña que el primer boletín de la autoridad electoral llegaría a las 10 p.m. Las urnas cerraron a las 6 p.m., pero los centros permanecieron abiertos mientras hubiera gente haciendo cola para depositar su voto.
Representantes de Maduro dijeron a los periodistas a última hora del domingo que aún no podían divulgar los resultados, pero que estaban preparados para celebrarlo más tarde. Edmundo González, que está desafiando a Maduro para convertirse en el próximo presidente, y la líder opositora María Corina Machado, expresaron un optimismo similar.

Los vídeos publicados en las redes sociales mostraban a multitudes que empezaban a congregarse fuera de los principales colegios electorales de toda Venezuela el domingo por la noche, con ciudadanos solicitando recibos de los escrutinios a las autoridades. Mientras tanto, la televisión estatal mostraba a gente celebrando frente al palacio presidencial.
Es posible que el retraso se deba a una contienda muy reñida que requiere el recuento de más votos para declarar un ganador. Si el organismo electoral retuviera la tabulación física de los votos, será muy difícil para la oposición impugnar las cifras oficiales.
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Estas elecciones han sido las primeras en más de una década en las que la democracia parece estar al alcance de los venezolanos. Los votantes acudieron en masa desde primera hora de la mañana, con largas colas en los colegios electorales de Caracas durante la mayor parte del día.
Aunque las elecciones parecieron desarrollarse sin mayores incidentes, hubo algunos informes sobre retrasos en el recuento rápido de votos en los centros y la presencia de bandas de motoristas progubernamentales conocidas como, que intimidan a los votantes. Todo ello se ha convertido en algo típico en las elecciones del país.

En el mayor centro de votación de la nación, situado en el centro de Caracas, decenas de hombres en motocicletas, identificados como partidarios del gobierno, asediaron a los civiles que habían hecho cola para esperar la auditoría pública de la votación tras el cierre de las urnas. Se produjeron violentos enfrentamientos entre ambos grupos antes de que llegara la policía para controlar la situación. También hubo informes de algunos enfrentamientos en el centro por la mañana.
Agustín Brito, un votante de 61 años, dijo que acudió al centro después de enterarse de los incidentes ocurridos a primera hora del día.
“Quería venir aquí y ser testigo de las irregularidades”, dijo. “Han sido unas elecciones muy desiguales, en las que uno de los bandos tenía todos los juguetes y los recursos, y el otro se las está apañando”.
También la diáspora venezolana ha esperado con impaciencia los resultados electorales. En Santiago, los medios locales informaron de que se habían congregado tantos frente a la embajada venezolana que la policía tuvo que cerrar calles. En Bogotá, los vendedores ambulantes del centro de la ciudad vendían banderas venezolanas, y algún que otro grito de ‘¡Libertad!’ se oía en medio de las celebraciones. En Buenos Aires, la gente se congregó en las calles con banderas venezolanas, y un padre se pintó la cara con los colores del país, amarillo, azul y rojo.

Para Maduro, las elecciones ponen a prueba un cuarto de siglo de chavismo, la marca de socialismo de Venezuela, frente al ascenso meteórico de un ferviente movimiento ciudadano que su gobierno intentó reprimir. Machado alcanzó la popularidad gracias a sus promesas de desmantelar los controles gubernamentales sobre la economía, privatizar la industria petrolera y reunir a las familias desgarradas por el éxodo de 7,7 millones de venezolanos. Después de que el gobierno le prohibiera presentarse a las elecciones, hizo campaña junto a González.
El gobierno de Maduro ha hecho lo que ha podido para sofocar la energía de la oposición en los últimos meses. Más de 100 personas que ayudaron de algún modo a González o a Machado han sido detenidas este año, según la organización sin ánimo de lucro Foro Penal. Los asistentes a un mitin reciente afirman que el gobierno llegó incluso a perforar baches en las carreteras para impedir que los partidarios de Machado llegaran hasta ella. Maduro también llegó a embarcarse en una ambiciosa campaña de cambio de imagen en las redes sociales para suavizar su imagen.
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