Caracas — La administración de Nicolás Maduro ha logrado retroceder en el gasto público durante el último año luego de que esquivara el esperado ajuste del salario mínimo, viendo su impacto más notorio en la caída de los desembolsos correspondientes a agosto.
Desde marzo del año pasado -cuando se decretó el último aumento del ingreso mínimo de los trabajadores venezolanos- el monto de 130 bolívares, que representaba medio petro en ese entonces (US$29 según el tipo de cambio oficial), ha registrado un descenso en divisas situándose en menos de US$5 al mes actualmente.
Hasta julio, la moneda local había perdido 37,34% de su valor frente a la divisa estadounidense. En enero, el dólar se cotizaba en 17,55 bolívares según la tasa del Banco Central de Venezuela. A la fecha, se sitúa en 32,43 bolívares.
El ingreso del salario mínimo que no ha sido incrementado, a excepción de bonificaciones sin incidencia en mayo, y siendo los trabajadores del sector público y pensionados los más afectados, ha reflejado una significativa caída en el gasto público.
La diferencia más notoria se dio en agosto, a propósito de los pagos de bonos vacacionales.
De acuerdo a la firma Síntesis Financiera, el total erogado en este mes se posicionará en unos US$673 millones frente a los US$1.103 millones de agosto del año pasado, lo que representa 39% menos.
“La ausencia de aumento salarial en el sector público anuló el efecto multiplicador de este sobre el cálculo del bono vacacional a los educadores. (...) Los desembolsos de agosto rondarán los 21 millardos de bolívares, con una caída de 13% en el mes en términos nominales y 20% en términos reales, si aplicamos la inflación de 11,5% que prevemos para este mes”, explica la consultora en su briefing diario.
Incluso en el cálculo del gasto público acumulado, este año se registra una disminución de 7% en bolívares y 8% en dólares con respecto al mismo lapso comprendido entre enero y agosto del 2022.
El monto totaliza US$5.147 millones frente a los US$5.600 millones desembolsados en el mismo período el año pasado.
El gobierno venezolano ha expuesto sus dificultades para aumentar el salario, atribuyéndolas a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos. Maduro dijo en su memoria y cuenta en enero que tales restricciones afectaban los ingresos del país en hasta US$200.000 millones.