La era post-petrolera venezolana y el impulso gasífero que ha ido encontrando

La Venezuela que ya no produce 3.000.000 de barriles de petróleo al día es definitivamente otra nación. El director de GELA reconoce que el gobierno de Maduro se ha adaptado a esta premisa

Photographer: Carolina Cabral/Bloomberg
09 de agosto, 2023 | 11:58 AM

Caracas — Construir una nueva identidad es la descripción que ha dado Nicolás Maduro a la etapa post-petrolera venezolana, para la que ha buscado el respaldo del ministro de Petróleo, Pedro Tellechea, también presidente de la estatal Petróleos de Venezuela SA y Petroquímicos de Venezuela, dedicado a la implementación de acuerdos gasíferos.

“Cuente con la fortaleza moral de la Clase Trabajadora Petrolera, Gasífera y Petroquímica para robustecer las bases de la nueva economía diversificada y productiva”, respondió Tellechea en Twitter, al comentario hecho por el mandatario venezolano sobre un renacimiento productivo en el país que se ha caracterizado por su modelo rentista petrolero.

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La llegada del ingeniero mecánico con especialización en Finanzas Públicas en medio de investigaciones por casos de corrupción que causó entre detenciones y destituciones, la renuncia del anterior ministro de petróleo Tareck El Aissami, supuso un giro en la industria petrolera venezolana que si bien ha recuperado su capacidad productora, todavía se mantiene en niveles bajos a los que alguna vez registró.

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Con una capacidad promedio entre 700.000 y 800.000 barriles de petróleo diarios, y exportaciones que recién alcanzaron su nivel más alto en tres años con un promedio de 800.000 bpd, Tellechea ha buscado también oportunidades en el mercado energético.

Si bien El Aissami ya había dado un primer toque con la española Repsol y la italiana Eni el año pasado, no fue sino en la gestión de Tellechea que el chavismo logró ejecutar el acuerdo con ambas para la exportación de gas a Europa. La decisión que permitiría cubrir el mercado europeo, afectado por la crisis energética, consta de un proyecto más profundo para Cardón IV.

Aunque las probabilidades de avanzar son altas, a medida que aumenta la capacidad de las operaciones, también es visto por especialistas como un escenario condicionado, sujeto al incremento de la producción. Cardón IV es una empresa conjunta de 50:50 entre Repsol y Eni, titular y operador del bloque Cardón IV, en el Golfo de Venezuela.

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El acuerdo recién firmado para aumentar volumen estaría enmarcado en el Proyecto Cardón IV, denominado Proyecto Perla, cuya fase de producción arrancó en 2015, quedando dos etapas más por alcanzar.

“Compensa y ayuda, pero con eso no se sostiene la operación de gas, esa operación se sostiene si el usuario final paga más por el precio que ellos se lo venden a Pdvsa”, comenta Antero Alvarado, socio director de Gas Energy Latin America, una consultora en el área energética con sedes técnicas en Caracas y Bolivia.

Fuerte y sustentable

El ingeniero energista Nelson Hernández, miembro de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat de Venezuela explica que si bien el tema del gas es de vital importancia para la recuperación de la industria energética así como para la expansión del sector productivo de bienes en Venezuela, en el largo plazo también será objeto de reducción de consumo, no solo en la región sino en el mundo, que de por sí ya está viviendo una era post-petrolera general.

“Se anuncia un pico de la demanda de petróleo entre el 2025 y 2030, el gas tiene un poco más de vida pero también será objeto de reducción y todo conlleva a la creación de activos varados”, apunta Hernández.

Considera que el país puede construir un sistema energético fuerte y sustentable una vez que alcance un nivel de inversiones que permita incorporar al sector privado en todas las fases de la industria, lo que requerirá entre al menos 4 y 5 años para lograr avances en energía eléctrica, gasolina y diésel.

Reconoce que el gobierno venezolano ha buscado vías para la obtención de divisas, una de ellas la monetización de las reservas de gas no asociado costa afuera, con una propuesta privada de recolectar el gas que se arroja a la atmósfera en los campos de oriente para proporcionarlo a Trinidad y Tobago, con una operatividad que podría tardar entre 24 y 36 meses. “Existen conversaciones, sin embargo, no se ha llegado aún a un acuerdo”.

Otro país

A mediados de julio, Bloomberg publicó que el gobierno venezolano estaba preparando un aumento significativo para el precio del gas natural para empresas y fábricas que lo usan como combustible para hornos, calderas y calentadores. El millón de unidades términas británicas pasaría de US$1,13 a US$3,3 en lo que sería un primer aumento en más de una década.

Para Alvarado, se trata de una medida que era necesaria desde hace mucho tiempo, sobre todo cuando se compara con otros países de la región como el caso de Colombia, donde se paga un precio del gas natural tanto en el sector industrial como el residencial entre US$5 y US$10, y aún así los productos que se importan desde allí hasta Venezuela siguen siendo más económicos.

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“El productor de gas en Venezuela, Cardón IV vende el gas a Pdvsa en US$4 y después Pdvsa le regala ese gas al sector industrial y residencial, ¿cómo paga entonces a Cardón? Entonces la única manera de que la producción de gas sea sustentable, es que se trasladen los precios y los costos al usuario final y el usuario final empiece a pagar”, dice.

La Venezuela que ya no produce 3.000.000 de barriles de petróleo al día es definitivamente otra nación. El director de GELA reconoce además que el gobierno de Maduro se ha adaptado a esta premisa, con menores ingresos y con la posibilidad de encontrar un respiro en el diesel y el gas.

“Empezar a cobrar las cosas que jamás se plantearon cobrar. Esto ha llevado a que el país se convierta en un país normal donde se cobren las cosas”, agrega Alvarado.

El entrampado ideológico

El pragmatismo se ha convertido en la nueva ideología del chavismo para algunos expertos económicos, sin embargo, Alvarado considera que la administración de Maduro sí puede estar evaluando todavía algunas decisiones o pasos que terminarían por completo con el modelo inicial.

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Saben que están sentados en el último puesto, que necesitan dinero y atraer inversiones, pero que están atrapados con una ley de hidrocarburos que necesita cambios, y que es adversa a atraer inversión, capitales. Al final no es un tema de sanciones, porque las levantas pero entonces tienes esa ley adversa. Ese tema es un tabú para ellos. Tienen que empezar por allí, hacerlo en paralelo, ir haciéndolo mientras levantan las sanciones”, explica en contacto con Bloomberg Línea.

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A su juicio, pareciera que existe mayor atracción hacia el tema gasífero, que con una inversión sostenida para mejorar la infraestructura que abastece el sector residencial, tardaría diez años. En el caso de la producción petrolera, sigue dependiendo de cuánto tiempo se demore la aprobación de una nueva ley.

“Lo más importante es que está el recurso bajo tierra, ahora tiene que adecuarse la infraestructura con inversiones. Luego está el mercado interno venezolano que tiene una contracción desde 2016, y yo no veo que ese mercado interno vaya a volver a ese tamaño que tenía antes, porque no somos la misma cantidad y porque era otra época”.