Bloomberg — La resistencia contra Nicolás Maduro recibió un duro golpe el sábado, cuando el principal opositor del presidente viajó a España.
La marcha de Edmundo González se produce un mes después de que su partido presentara actas de votación para demostrar su victoria en las elecciones presidenciales del 28 de julio mediante un sistema de control ciudadano sin precedentes. Sin embargo, las autoridades venezolanas declararon a Maduro reelegido para un tercer mandato y ordenaron la detención de González.
Desde entonces, la represión del gobierno ha aumentado a un ritmo vertiginoso, con la detención de 2.400 manifestantes y el arresto de cuatro destacados políticos de la oposición.
“El exilio forzoso del presidente electo del país es un día triste para los millones de personas que votaron por él”, declaró Ryan Berg, director del Programa de las Américas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington. “También sitúa una transición política aún más lejos de su alcance”.
La nación se unió rápidamente en torno a González, un ex embajador poco conocido, después de que fuera elegido para representar a la oposición en abril. González, de 75 años, era el sustituto de María Corina Machado, la figura más popular de la oposición, que no pudo presentarse.
Mientras que la autoridad electoral venezolana dijo que Maduro ganó con el 51,95% de los votos, la oposición publicó más del 80% de las tabulaciones de votación que muestran que González recibió casi el 70%.
González tiene que huir para “preservar su libertad”, comentó Machado en un post en X el domingo. “El régimen no tiene escrúpulos ni límites en su obsesión por silenciarlo y tratar de someterlo”.
La vicepresidenta Delcy Rodríguez dijo que González buscó refugio en la embajada de España en Caracas hace varios días y que ambas naciones organizaron su traslado este fin de semana. El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, confirmó posteriormente que González estaba de camino en un avión de la Fuerza Aérea Española.
Los Países Bajos acogieron en secreto a González en la embajada holandesa en Caracas durante seis semanas, según declaró el domingo el ministro de Asuntos Exteriores holandés, Caspar Veldkamp, en una carta al Parlamento.
Es probable que la medida provoque nuevas protestas en Estados Unidos y otros países que han dado por ganador a González en las elecciones presidenciales.
La fiscalía venezolana acusó a González de infringir la ley porque la oposición cargó las actas de votación para demostrar que había ganado de forma aplastante. Se le acusa de delitos como falsificación de documento público, incitación a la desobediencia de las leyes, conspiración y sabotaje.
Su salida se produce en medio de crecientes tensiones en la capital, ya que decenas de agentes de Maduro se apostaron frente a la embajada de Argentina en Caracas el viernes, amenazando con ir tras los trabajadores de la campaña de la oposición que se han refugiado allí durante meses.
El enfrentamiento está aumentando las tensiones dentro de la izquierda latinoamericana, donde los aliados de Maduro desde hace mucho tiempo, incluidos los presidentes de Brasil y Colombia, no han logrado frenar sus tendencias autoritarias.
Seis altos colaboradores de Machado han estado refugiados en la embajada argentina desde marzo. Actualmente se encuentran bajo la protección del gobierno brasileño a través de un acuerdo con Argentina, cuyo personal fue expulsado del país tras las elecciones.
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