Caracas — En US$9.402 millones se estimó el total de la renta de las actividades ilícitas en Venezuela el año pasado, de acuerdo a un reciente estudio de Transparencia Venezuela junto a la firma Ecoanalítica. Esta cifra representó 16% del Producto Interno Bruto venezolano en 2022, lo que se tradujo en 56,3% del total de ingresos del gobierno de Nicolás Maduro.
El contrabando de combustible y oro, así como el tráfico de estupefacientes han reflejado números elevados en los últimos tres años, mientras que la venta ilegal de chatarra se ha convertido en un nuevo negocio, según el capítulo para Venezuela de la organización Transparencia Internacional, a cargo de promover medidas contra crímenes corporativos y corrupción política.
El valor total de las actividades, explicó el economista Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica, marcó un monto similar al de 2021, aún y cuando porcentualmente registró una reducción de 5%, que es atribuida al incremento del PIB en términos nominales en divisas.
La cifra presentada el año pasado fue de 21% del PIB, con US$9.400 millones de acumulado.
“Estas rentas equivalen a un 56,3% del total de ingresos del gobierno y las exportaciones, y son 77% del total de importaciones de bienes de 2022″, destacó Oliveros en sus redes sociales, al compartir la tabla en la que se destaca el tráfico de estupefacientes como la actividad con un alto comportamiento.
En el tercer informe de Transparencia Venezuela con datos relevantes y análisis de impacto en Bolívar, Sucre y Zulia, se evidencia el narcotráfico como el ilícito con mayor frecuencia en estas entidades, además del incremento alarmante de la trata de personas.
“En el país el crimen organizado se encuentra en una fase simbiótica, esa que se produce cuando hay una interdependencia entre los actores criminales y los grupos de poder dentro del sistema político y económico que hace que sea muy difícil poder separar a unos de otros”, rezaba parte del documento difundido en su portal oficial a finales de agosto.
La organización igualmente sostivo que estas economías lícitas se encargan de facilitar la evasión fiscal y causar una disminución de la inversión privada. Sumado a esto, se profundiza la legitimación de capitales y los mercados paralelos ilegales sin control alguno.
La falta de empleo y caída del salario en medio de la crisis económica en el país ha sido uno de los factores claves en la proliferación de estas actividades. La economía venezolana a pesar de haber registrado un incipiente crecimiento el año pasado, dejando también atrás un ciclo hiperinflacionario, regresó a números alarmantes, que economistas han calificado de un nuevo episodio de recesión.
