Caracas — Con dos fuertes contracciones entre el primer y segundo trimestre del año, la economía venezolana entró en un nuevo ciclo recesivo que muestra una caída de 7% durante el primer semestre de 2023, de acuerdo a un balance publicado por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).
El retroceso viene dado, según el ente autónomo, por una debilidad de la demanda agregada interna pese al aumento de la producción petrolera que no logró compensar las declinaciones en algunos factores.
El Índice Mensual de Actividad Económica registró una caída de 7,6% durante los tres primeros meses del año, mientras que en el segundo trimestre fue de 6,3%.
El OVF destacó que el gasto público real aproximado por las existencias en la Tesorería Nacional, el crédito bancario real, las ventas del comercio en términos reales y consecuentemente la recaudación del Impuesto al Valor Agregado, mostraron contracciones en los períodos referidos.
La institución dirigida por economistas y exdiputados de oposición hizo referencia al bajo ingreso de remuneraciones de los trabajadores, precisamente en el sector público, que obtiene menos de US$5 al mes, mismo monto establecido para pensionados.
Asimismo, consideró que la debilidad en el comportamiento de la demanda agregada también es consecuencia de la política de encaje bancario, situada en 75%, que “inhibe cualquier financiamiento a los sectores económicos que pueden mover la economía a corto plazo”.
A finales del 2021, Venezuela dejó atrás el ciclo hiperinflacionario que había registrado durante cuatro años, según datos del Banco Central de Venezuela (BCV), al acumular 12 meses continuados por debajo del 50% de inflación.
El año pasado además marcó un incremento en su actividad económica, con un crecimiento de 15% de su Producto Interno Bruto (PIB), dijo Nicolás Maduro en su rendición de cuentas. Sin embargo, el 2023 ha registrado una desaceleración de la economía con caídas en el consumo y la actividad comercial.