Bloomberg — La decisión de Venezuela de celebrar elecciones presidenciales en julio ha conmocionado a la oposición, que dispone ahora de menos de tres semanas para encontrar un contrincante a Nicolás Maduro.
Ante la fecha límite del 25 de marzo para que los candidatos se inscriban, la oposición está dividida sobre cómo proceder, ya que la principal aspirante, María Corina Machado, no puede participar en las elecciones. Algunos apoyan los continuos intentos de Machado de luchar contra su inhabilitación por un tribunal gubernamental, mientras que otros quieren seguir adelante y elegir un sustituto.
Machado, que obtuvo más de 2,3 millones de votos en su victoria en las primarias de octubre, está decidida a participar, según Pedro Urruchurtu, su coordinador de asuntos internacionales.
“María Corina tiene la legitimidad”, dijo Urruchurtu en una entrevista. “Se trata de hacer cumplir el mandato que recibió, y proponer otra cosa es traicionarlo”.
Machado ha mantenido la esperanza de que una oposición unificada mantenga el impulso que creó su victoria en las primarias y obligue a Maduro a permitirle participar. Pero el apresurado cronograma electoral sigue los contornos de anteriores intentos de Maduro de tomar desprevenidos a sus opositores y desatar disputas entre ellos: en 2018, su decisión de celebrar elecciones meses antes de lo previsto originalmente sumió a la oposición en el caos de manera similar.
El anuncio del martes de que las elecciones de este año tendrían lugar el 28 de julio probablemente tenía la intención de poner fin definitivamente a cualquier debate sobre el estatus de Machado, dijo Benigno Alarcón, director del centro de estudios políticos de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas.
“El objetivo principal de fijar la fecha de las elecciones es pasar la página de la inhabilitación de María Corina”, dijo Alarcón. “Se trata de cerrar ese capítulo lo antes posible”.
Maduro está bajo presión internacional para revertir la prohibición: Estados Unidos restableció las sanciones a la productora estatal de oro del país tras la ratificación de la decisión en enero, y amenazó con nuevas medidas sobre la producción de petróleo y gas si no se permitía presentarse a los candidatos prohibidos y no se liberaba a los presos políticos antes de abril.
En febrero, el Parlamento Europeo declaró que no reconocería la legitimidad de la contienda si no se permitía a Machado presentarse.
Pero no todos están de acuerdo con su estrategia. La oposición necesita tomar una decisión “ya”, dijo el exgobernador y dos veces candidato presidencial Henrique Capriles en un post en las redes sociales tras el anuncio, añadiendo que “bajo ninguna circunstancia se puede dejar al pueblo sin elección”.
Líderes moderados de la oposición creen que un candidato alternativo debe ser designado por una coalición conocida como la Plataforma Unitaria, a la que Machado no pertenece, dijeron personas familiarizadas con las conversaciones en desarrollo, solicitando el anonimato para discutir asuntos internos.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, también pidió a la oposición que eligiera un nuevo candidato. El izquierdista Lula, un viejo aliado de los gobiernos socialistas de Venezuela, comparó el miércoles la situación con su arresto antes de las elecciones de 2018 en Brasil, diciendo que “en lugar de llorar” nominó a un aliado para postularse en su lugar.
Machado arremetió contra los comentarios, diciendo en un post en las redes sociales que Lula estaba “validando los abusos de un autócrata”.
“Estoy luchando para hacer valer el derecho de millones de venezolanos que votaron por mí en las primarias y los millones que tienen derecho a hacerlo en unas elecciones presidenciales libres en las que derrotaré a Maduro”, dijo. “La única verdad es que Maduro tiene miedo de enfrentarme porque sabe que hoy el pueblo venezolano está en la calle conmigo”.
Incluso si la oposición elige un sustituto, no hay garantía de que la persona que elijan no corra la misma suerte que Machado.
A finales de 2021, un tribunal inhabilitó al entonces candidato opositor Freddy Superlano después de que obtuviera un raro triunfo en el bastión chavista de Barinas, un estado ganadero del oeste de Venezuela. A continuación, prohibió a dos candidatos a gobernador suplente nombrados posteriormente, incluida su esposa, que no es política. Sergio Garrido, una cuarta opción del partido más antiguo de la oposición, fue finalmente autorizado a presentarse y derrotó al candidato del partido gobernante.
El gobierno de Biden aún no ha reaccionado a la última medida de Maduro. El Departamento de Estado no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
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