Bloomberg Línea — Con un altísimo porcentaje de católicos en Venezuela, la Semana Santa constituye una de las manifestaciones más grandes que impulsan la fe y la devoción de la feligresía.
La fecha no solo es religiosa, pues se convierte en un despliegue de costumbres y tradiciones como la del Nazareno de San Pablo, advocación de Jesucristo que se encuentra en la Iglesia Santa Teresa, en la que convergen principalmente el martes y miércoles santo una considerable cantidad de creyentes para cumplir con su presencia de diferentes maneras, promesas por sanaciones y milagros.
En 2024, la Cuaresma, que marca el inicio de un período de 40 días que culmina el Jueves Santo. inicia el 14 de febrero, coincidiendo este año con Día de San Valentín.
En tanto, la Semana Santa iniciará el 24 de marzo, cuando se celebra el Domingo de Ramos, y culminará el 30 de marzo, día de las Pascuas de Resurrección.
En Venezuela, la población gozará de feriado nacional los días jueves 28 y viernes 29 de marzo, es decir, Jueves Santo y Viernes Santo, según el calendario de la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario de Venezuela (SUDEBAN).
La Semana Santa es considerada la temporada propicia para realizar turismo por el país, a veces del tipo religioso, o sólo para disfrutar de los diversos lugares que ofrece Venezuela rodeados de tradiciones típicas, esparcimiento y entretenimiento bajo el sol, la playa, la montaña o la ciudad.
Como ya es tradición, está previsto que las autoridades del Gobierno del Distrito Capital, de forma conjunta con la Alcaldía del municipio Bolivariano Libertador, lleven a cabo una extensa programación para el disfrute de los ciudadanos a través de diferentes actividades turísticas, culturales y eclesiásticas, como parte de la Semana Mayor, en articulación con los organismos de seguridad ciudadana que velarán por la tranquilidad de los feligreses y visitantes.
En Caracas, Los Palmeros de Chacao, es parte de una tradición que data de 1776. Los participantes, suben el viernes anterior al cerro El Ávila a buscar las palmas y, posteriormente, bajan a la ciudad para ser bendecidos en el Domingo de Ramos.
La manifestación fue decretada Patrimonio Cultural Municipal en el año 1999 y Bien de interés cultural, por el Instituto del Patrimonio Cultural en el año 2005.
